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Los jugadores estuvieron peor que Mateu

Hacer un análisis de un arbitraje al terminar un partido es fácil y ventajista, pero es lo que toca. Lo difícil es saber qué táctica empleas y cómo visualizas el encuentro antes de empezar. Así que hay que poner sobre el tapete algunas circunstancias que no ayudaron al arbitraje. La primera y más importante, la poca colaboración que tuvo de los jugadores de ambos equipos. Y la segunda y no menos importante, que los jugadores sabían que una amarilla no servía para nada, ya que entrarían limpios a semifinales. Después de 17 amonestaciones, resulta curioso que solo un titular se pierde la semifinal.

Lo que más me extrañó fue que Mateu intentó hacer un arbitraje diferente al de los dos primeros partidos. Digamos que vimos más al Mateu de la Liga, que domina la escena a través del diálogo y donde los jugadores le aceptan sus decisiones. Ninguno de los equipos le compró esa manera de dirigir el encuentro. Su primera decisión fue amonestar a un ayudante de Scaloni, Walter Samuel. Ahora es fácil decirlo, pero si le hubiera expulsado, el mensaje que hubiese mandado a los jugadores habría tenido mucho impacto. Y ni a él ni al fútbol no le hubiese supuesto ningún problema, ya que es una expulsión de un ayudante, no de un entrenador o un jugador.

La tangana que se produce después del balonazo de Paredes hacia el banquillo de Países Bajos, con el partido parado, fue otro de los puntos álgidos del encuentro. Aquí perfectamente pudo expulsarle, pero decidió amonestar sin más, quizá porque no llegó a golpear con el balón a nadie del banquillo. Sin embargo, hubo conducta violenta y queda claro que es roja, “independientemente de si se produce o no contacto”.

Cuando hablamos de alguien y solo se mencionan sus fallos, la crítica parece un juicio sumarísimo, pero acertó sin mediar VAR en el penalti a favor de Argentina. Y después de dar 10 minutos de descuento, tuvo la valentía de pitar una falta al borde del área en el minuto 99 que acabó en gol. Me hubiese gustado ver a otro en esa circunstancia.

Por desgracia, creo que no le salió el partido que él, la noche anterior, en la soledad de su habitación, estuvo visualizando. Para mí, y después de hacer el análisis en frío, creo que tiene calidad para haber hecho un mejor arbitraje, aunque no compro la opinión de los que dicen que fue muy malo.