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QATAR 2022 | FRANCIA

“Koundé fue un baluarte desde su primer partido”

Gustavo Poyet, su descubridor en Burdeos, ensalza al jugador del Barcelona, que es lateral en la selección francesa. Ante Marruecos será titular.

Doha (Qatar)
Jules Kounde abraza aa Didier Deschamps.
DYLAN MARTINEZREUTERS

Jules Koundé, defensa del Barcelona, ha alternado la posición de central con la de lateral cuando juega con la selección francesa. El mal debut de Pavard contra Australia, señalado incluso públicamente por Deschamps, le abrió las puertas de la titularidad en el Mundial con la actual campeona del mundo. Su más que notable partido contra Dinamarca en la segunda jornada de la fase de grupos fue un éxito, a tal punto de que nadie le ha movido desde entonces del once titular.

Hubo un tiempo en el que el nacido en París hace 24 años se moldeaba, en las inferiores francesas, como un lateral ofensivo, rápido y con muchas opciones de desarrollar su carrera en la banda derecha. Sin embargo, Gustavo Poyet, entrenador uruguayo que fichaba por el Girondins de Burdeos en enero de 2018 y que atendió a Diario AS para hablar de los inicios de Koundé, le dio las riendas del eje de la zaga al considerar desde el primer momento que reunía condiciones idóneas para ser un central de primer nivel, como ha sucedido con el paso del tiempo.

Todo el mundo me decía que Koundé había jugado de lateral derecho en el centro de formación. Cuando llegué ya había tenido dos partidos de central, uno en Copa y otro en La Ligue 1. Yo cuando le vi entrenar en mi primera semana me pareció un jugador muy interesante. Tenía la capacidad para confiar en él y en saber que iba a ser importante para el equipo. Desde el primer partido contra el Lyon fue un baluarte en defensa. Tenía mucha potencia y era un central que se adaptaba de maravilla a lo que yo necesitaba para un jugador que actúa en dicha demarcación”, confiesa a Diario AS el técnico uruguayo.

Ese partido contra el Lyon, que además del debut de Poyet con victoria, 3-1, supuso la consagración definitiva de Koundé. El canterano del Girondins de Burdeos disputó 70 partidos repartidos en dos temporada, pasó de promesa a líder en tiempo récord y suscitó el interés de grandes clubes europeos, recalando en 2019 en Sevilla por 25 millones, cifra récord para los hispalenses. En verano, ya asentado en la selección francesa, el Barcelona desembolsaba 50 millones de euros (12.5 en variables) para que fuera su fichaje estrella en defensa.

Sobre su polivalencia, capaz de actuar tanto en el eje de la zaga como en el lateral derecho, Poyet añade: “Yo siempre le vi como un central con la posibilidad de jugar de lateral. Si le tuviera conmigo ahora mismo y tuviera que ponerle en el campo con todos los puestos cubiertos, yo le colocaría de central”. En la selección francesa, ante la escasez de laterales derechos y sin la convocatoria de Jonathan Clauss, que sí había estado presente en las dos últimas listas antes del Mundial de Deschamps, Koundé ha vuelto a sus orígenes, ejerciendo como un lateral derecho muy fiable en los duelos y en el que puedes confiar para jugar a cara de perro.

Poyet, por último, reconoce que Koundé está actuando en banda debido a que los centrales franceses son muy físicos y disponen de un imponente juego aéreo: “Creo que su rol es claro con Francia. Tienen centrales con otra estatura y que tienen cierta experiencia con la selección. Al tener esa capacidad de adaptación, le permite a Deschamps, el seleccionador, jugar ahí. Además, puede ser un soporte defensivo para Dembélé en la derecha. También puede pisar la línea de fondo en ataque porque tiene la potencia física para hacerlo. Lo ideal es que juegue siempre más anclado para que Dembélé tenga más libertad. En defensa, puede lidiar con extremos rápidos y delanteros que caigan a banda sin ningún problema”, comenta.

Este miércoles, en las semifinales contra Marruecos, Jules Koundé se medirá a un hueso durísimo de roer, Sofiane Boufal. El extremo izquierdo del Angers, colista de la Ligue 1, se ha destapado como uno de los jugadores más desequilibrantes de todo el torneo, capaz de hacer regates imposibles y, sobre todo, obligar al lateral derecho rival a imprimir un ritmo alto de concentración durante los 90 minutos. Tras haber frenado a Foden, Koundé tendrá que estar muy atento a un jugador que puede ser imparable si está enchufado.