QATAR 2022 (FINAL) | ARGENTINA - FRANCIA
Invasión argentina
Unos 50.000 hinchas de la albiceleste conquistan las calles de Doha antes de ser mayoría en las gradas del estadio de Lusail.
“Los pibes saben el esfuerzo que hemos hecho para estar acá. Mañana (por hoy) van a morir por nosotros”, se emocionaba un hincha natural de Palermo sin entrada para la final del Mundial entre Argentina y Francia, como otros tantos que ayer tiñeron de albiceleste el mercado Souq Waqif de Doha.
Este zoco es uno de los puntos turísticos del país donde la tradición y la cultura árabe se vuelven más latentes. Un lugar que los argentinos volvieron a conquistar ayer, como otras veces en esta Copa del Mundo. Tantas como partidos ha jugado la albiceleste. Se esperan a 50.000 argentinos para la cita, aunque no todos vayan a estar en las gradas, donde también serán mayoría.
Ayer, la convocatoria se contaba por millares. Los argentinos cumplieron con lo que ya es un ritual en la ciudad. Su banderazo es historia de esta cita mundialista. Presididos por banderas gigantes de Maradona, una marea inundó los callejones del zoco, contagiando su pasión a todos los que circulaban por allí, que fueron más de los habituales. Que hoy sea la fiesta nacional de Qatar ayudó.
Los argentinos pusieron color, el albiceleste, y banda sonora, acordándose de Maradona y de las Malvinas al preámbulo del partido que nadie, aun sin butaca en Lusail, se quiere perder. El último Mundial de Messi o el primero, hoy se verá. “El fútbol se lo debe a Leo”, afirman. Si una conclusión se puede sacar antes de su clausura, es que el de Qatar ha sido uno de los Mundiales más mediáticos de siempre. Pero también de los más insípidos en cuanto al fervor futbolístico. México, Argentina, sobre todo, y también Marruecos, que ilusionaron a los qataríes menos acérrimos a empaparse del fútbol, salvaron la papeleta.
Si hubiera una Copa del Mundo para las hinchadas, la de Argentina sería siempre la principal candidata al título. Y hoy esperan ser correspondidos.