Y 3.481 minutos después Pablo Martínez celebró su gol
El central francés dio la victoria al Deportivo con su primer tanto de blanquiazul: “La sensación es una locura, ahora entiendo a todos los que marcan un gol en Riazor”.
Pablo Jean-Antoine Martínez llegó al Deportivo en el último día del mercado de verano de la temporada 2022-2023. Central francés con ascendencia española y una dilatada experiencia en Francia, tardó poco en convertirse en el jefe de la defensa blanquiazul. Su colocación, raza y potencia lo hicieron insustituible. Su poderío en el juego aéreo quedó patente desde el primer día en ambas áreas. Cada partido, casi cada córner, su gol se olía, pero no terminaba de llegar. Un día los porteros, otro los palos, otro unos pocos centímetros… lo cierto es que cerró la temporada sin estrenarse con el Deportivo, una espinita que se quitó el domingo ante el Nàstic.
El esperado gol de Pablo Martínez llegó donde él quería, en Riazor. Sirvió para derrotar al líder y dar la primera victoria a los coruñeses en su estadio (1-0) en el quinto partido como locales. Llegó después de 40 partidos, de 3.481 minutos de larga espera. Al final del encuentro el hispano-francés, de 34 años, no podía ocultar su alegría: “Cada fin de semana, cada vez que jugamos en Riazor es la afición los que me da alegría a mí; era hora de darle yo a ellos. Ahora entiendo a todos los que marcan un gol aquí. La sensación es una locura, más cuando son tres puntos”.
La celebración del gol fue al estilo ‘cangrejo’, algo que tenía pensado previamente para dedicárselo a su familia: “La tenía en la cabeza y es para mis hijos. Cuando estoy en la playa jugando con ellos hago el cangrejo y quería darles una alegría”. Pablo Martínez no solo fue el protagonista con el gol de la victoria, también en una presunta falta de Jardí sobre él provocó que se anulase el gol del Nàstic en el primer tiempo: “Yo voy a jugar la pelota, como siempre. Me empuja con el codo y es falta clarísima. No hay duda que era falta”.
El vestuario se volcó con el capitán
La obsesión de celebrar un gol no solo estaba presente en la mente de Pablo Martínez, también de sus compañeros. Adorado por la afición deportivista, también se ha ganado al vestuario y esta temporada es uno de los cinco capitanes del equipo. El defensa blanquiazul se vio sorprendido por la celebración de sus compañeros: “Todo el mundo abrazándome, parecía que había nacido un hijo mío”. Uno de los más contentos era Pablo Vázquez, su compañero en el eje de la defensa y un recién llegado que llevaba marcados ya dos goles. El valenciano lo destacaba en una entrevista a AS esta misma semana: “Me han comentado en el vestuario que había rematado muchísimas y que si el palo, una gran parada del portero… A ver si tiene la suerte de meter ya”. Dicho y hecho.
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