Un Deportivo a flor de piel
El Depor lleva 11 de 15 puntos, pero vive hiperventilado. La grada pitó, los jugadores temblaron con el 3-2 y Borja Jiménez patinó en rueda de prensa.
El Deportivo está invicto después de las cinco primeras jornadas, viene de ganarle este miércoles al Talavera (3-2) y es cuarto en la tabla tras sumar 11 de los 15 puntos posibles. Los números de los blanquiazules no son nada malos. De hecho, si ganan al San Fernando el próximo domingo en Riazor superarán el arranque de la pasada temporada, en la que eran segundos a un punto del líder (Unionistas). Las cifras cumplen, pero las sensaciones del equipo no son buenas y eso, a pesar de que está empezando la temporada, se ha traducido en un nerviosismo general que alcanza a jugadores, entrenador y afición. Una tensión a flor de piel porque es la tercera temporada consecutiva fuera del fútbol profesional y el Riazorazo del Albacete está todavía caliente en la retina.
Nervios en el campo
Cada jugador que aterriza en el Depor siempre asegura en su primera rueda de prensa que sabe adónde viene, que el objetivo evidente es el ascenso y que son conscientes de la presión de jugar en un grande. Sin embargo, en el debut de liga ante el Linense (2-1) hubo que remontar y una de las explicaciones fueron los nervios de estrenarse en Riazor ante tanta gente. Palabras al margen, contra el Talavera, colista y con cero puntos, el temblor de piernas fue real en un partido que debió ser plácido. El Depor se adelantó en el minuto seis y se puso 2-0, pero el gol de Escudero antes del descanso sembró dudas done había convicción. En el 56′ llegó el 3-1 y un posterior vendaval que pudo acabar en goleada, pero lo que llegó fue el 3- 2 en el 66′ y poco después una ocasión para el 3-3 que Escudero falló de forma incomprensible. Del todo bien se pasó a sufrir hasta el infinito hasta el final del encuentro.
El partido que vio Borja Jiménez
Si sobre el césped se apreció nerviosismo, no fue menos en el banquillo. Borja Jiménez arrancó la temporada con cargas en su tarjeta de crédito al no lograr el año pasado el ascenso y ver como el club ratificaba su continuidad después de una semana de reflexión y opiniones divididas. El técnico abulense es un hombre tranquilo y sus análisis de los partidos, aunque suelen ser blandos y en positivo, no acostumbran a alejarse de la realidad. Después de la victoria ante el Talavera estuvo tenso en sala de prensa y realizó una lectura del encuentro a la defensiva con la que no coinciden afición, medios ni sus propios jugadores: “Ha sido un partido creo que solvente por parte del equipo. Hemos tenido controlado el partido en todo momento. Los chicos están contentos. Es la quinta jornada, van once puntos y toca seguir adelante. Hay que coger sensaciones”, analizó.
Enfado de Riazor
La tercera pata del banco, la grada, también comienza a exhalar humo. La afición es, de largo, el mejor activo del Depor desde hace muchos años. Pese al descenso, a ser el tercer año en Primera RFEF y el batacazo del Albacete, el club coruñés ha batido todos los registros históricos de la categoría más de 22.000 socios. Riazor suele estar en Top- 10 o muy cerca de las mejores entradas del fútbol español, incluyendo Primera y Segunda. El apoyo es total, pero la confianza empieza a quebrarse a pesar de ganar. Ante el Talavera hubo pitos al descanso y durante la segunda parte, algo inhabitual en Riazor a pesar de los continuos golpes. Al final del partido, en el que la plantilla va siempre a saludar al estilo islandés al Fondo de Maratón (donde se sitúan los Riazor Blues), los dos capitanes (Bergantiños y Mackay) estuvieron dialogando con varios aficionados, descontentos. Después de una tensa espera, con pitos y reproches por megáfono durante casi dos minutos, el equipo y la grada acabó saludándose con aplausos cruzados.