Un Castilla con dos caras

Se presentaba un gigante en el Di Stéfano, el Ibiza, y se encontró con otro, el Castilla. Aunque sin el colmillo necesario para coronar ochomiles. Raúl, consciente del potencial rival, optó por blindarse de inicio. También impulsado por tener media columna vertebral en Arabia (Nico Paz, Mario Martín, Carrillo y Vinicius Tobias). No le salió mal el plan al Siete, que logra un buen botín ante un coco de la categoría, pero podría haber sido mucho mayor de haber atinado a tiempo. También menor, si Aparicio no arrima el hombro cuando la victoria, tras haber hecho injusticia Fausto Tienza, parecía volar a las pitiusas.

Los de Fernández Romo salieron mandones, como mandaba el canon clasificatorio. La racha, seis victorias y dos empates (ahora tres) en sus últimas ocho fechas (ahora nueve) y una sola derrota en toda la temporada (colíder junto al Castellón), un aval intimidante. No se achicó el filial blanco. Soko y Álex Gallar pincelaron dominio visitante de inicio, pero Edgar, incrustado como tercer central, y Asencio levantaron el muro ante dos chuts de Obolskii. Y poco a poco se fue sacudiendo la presión el Castilla, nivelando el cara a cara, hasta poner más pesas en la balanza propia. Muchas.

Manuel Ángel y Theo ganaron presencia, Obrador comenzó a poner centros con música y Loren mostraba su potencia en el flanco contrario. Aunque el que afilaba el colmillo era César Palacios. Los mayores ‘uys’ de los primeros 45 minutos fueron cocinados por el soriano. En el 17′, Gonzalo ganó a su par en carrera y obligó a Siqueira a demostrar por qué es internacional por Costa Rica. El rechace fue directo a la bota del 22. Amagó, se acomodó y fusiló... a la cabeza de Unai Medina, que sacó bajo palos. Instantes Quique Ribes ganó la batalla a Obolskii dentro del área. Aperitivo para otra ocasión de Palacios. En esta ocasión robó en la frontal y su disparo enroscado, acariciando la pelota en busca de la red, se desvió unos centímetros y sólo pudo lamer el palo. “El Castilla va a jugar playoff, seguro”, decía Fernández Romo en la previa. Con actuaciones como ese primer tiempo, terminado en monólogo blanco, no le faltará razón.

Del vestuario salió Theo, el último Zidane de La Fábrica (Elyaz ya ha debutado con el filial del Betis), a toque de corneta. Manuel Ángel articuló un contragolpe el hijo mediado de Zizou condujo hasta la frontal. Zancada larga... y chutazo demasiado centrado. Minutos después fue el propio Manuel Ángel, haciendo gala de su ambidextrismo, el que probó los guantes de Sequeira con la zurda tras conducir controlar con la derecha. Mucho dominio, mucho perdón. Demasiado. Ese es el problema de este Castilla. No hay nada “seguro” en el filial blanco. La Primera RFEF no entiende de merecimientos. Y no está en la cima el Ibiza de casualidad.

Perdón y renacimiento

Cañizares, que había sido un espectador más, pasó de héroe a villano en cinco minutos. Primero mostró manos de adamantium ante un chutazo de Obolskii y otro de Javi Jiménez. Sin embargo, a la salida del córner de la segunda intervención salvadora, patinó. Lucas salió sin contundencia, tampoco ayudó la zaga castillista ni una potencial falta a Loren y los pitiusos, Escassi mediante, hicieron injusticia. Jarro de agua congelada. Una historia que ha leído mil y una veces el Castilla. Pero demostró entereza. La misma que le hizo ganar de manera heroica en Córdoba. Raúl buscó atemperar el fulgor con los cambios y Esteban Aparicio, que sustituyó a un Álvaro intrascendente, apareció. Primero erró ante Sequeira un mano a mano cantado, pero un killer no perdona dos veces. Obrador, imperial en el costado zurdo, colgó un centro con lazo y el goleador del C, entre el hombro y la cabeza, abrió el regalo.

Y el empate desató la locura. El Castilla trataba de estirarse y con espacios, fue el Ibiza el que paladeó el gol de la victoria con un remate de Eugeni tras una cabalgada de categoría de Soko. Se topó con Quique Ribes bajo palos. Insistieron los isleños, oliendo sangre, pero el Castilla supo poner las vendas antes de que apareciera una segunda herida. El Ibiza se dejó el coliderato (ahora está a dos puntos del Castellón) y el Castilla se lleva un punto y se queda (de momento a falta de la jornada dominical) a cinco del playoff. Vaso medio lleno valorando el tramo final, medio vacío si la radiografía es completa. Un Castilla con dos caras. Con fútbol para mirar definitivamente hacia arriba, sin acierto para hacerlo.

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