Svensson y Yeremay, de teloneros en el Depor a imprescindibles
El canario, titular en los tres partidos de Rubén de la Barrera, es el desequilibrio del Depor. Svensson llevaba dos goles toda en la temporada y suma tres con el técnico coruñés.
“Cada vez que Yeremay cogía el balón daba sensación de peligro constante. Svensson está en todos lados y estresa a las defensas rivales de manera considerable. Este chico es muy importante, por no decir superfundamental”. Así resumía Rubén de la Barrera en rueda de prensa el partido del canario y el sueco ante el Castellón. Ambos son dos de sus apuestas desde que hizo cargo del Deportivo hace menos de un mes, tres partidos que le han bastado a estos dos atacantes para pasar del papel de teloneros al de imprescindibles.
El rendimiento de Max Svensson ha subido de forma exponencial. Ante el Castellón, el delantero cedido por el Espanyol, marcó el gol de la victoria (1-0) y remató más veces a puerta que el resto de sus compañeros juntos. En la goleada ante Algeciras (4-0) logró un doblete y frente al Pontevedra solo jugó el último cuarto de hora. Tres goles en los últimos tres partidos frente a los dos que llevaba en los anteriores 25. Tres tantos logrados en 182 minutos, uno cada 60′, que contrastan con los dos anteriores en 1.225 minutos (uno cada 612′).
Yeremay, descaro y acierto
Yeremay tuvo que esperar 535 días para ser titular con el Deportivo en liga. Tuvo que esperar a que Rubén de la Barrera le diese una oportunidad, y la ha cogido con las dos manos. El canario solo había dispuesto de ratitos con Borja Jiménez y Óscar Cano, que le llegaron para marcar (Cultural) y forzar un penalti decisivo (Mérida). Esos destellos se han convertido en excelente rendimiento en cuanto ha tenido continuidad. Golazo y gran partido ante el Algeciras en su debut de titular. El mejor en Pontevedra junto a Quiles. De lo más destacado contra el Castellón y otro penalti forzado a Calavera, aunque en este caso quedó sin pitar. Así, Yeremay ha pasado de olvidado a indiscutible. Lo mismo que Svensson, de recurso a goleador. Dos piezas que han pasado de vivir en el maletero a ser motor y esperanza del Deportivo en el playoff.