Mucha moral, poco colmillo
El Castilla, sin Nico Paz, Gonzalo o Álvaro Rodríguez, mereció más ante el Alcoyano, pero no logró derribar a Valens. El playoff, a dos partidos de distancia.
Siempre es especial una visita madridista a Alcoy. Sea el primer equipo o el Castilla. Siempre desde aquel patinazo copero del equipo entrenado por Zidane, que se estrellaba hace casi tres años (2-1). Hubo vendetta al curso siguiente (1-3)... pero el filial tendrá que esperar para estrenar su propio casillero de victorias en El Collao. Tercera visita (tras 2011 y 2022), tercer empate. En la tierra de la moral, en un contexto complicado ante el Alcoyano, con la enfermería llena y Nico y Gonzalo reservados para Ancelotti, al Castilla le sobró voluntad. Pero faltó colmillo.
Salía a El Collao el Raúl más ortodoxo. Y camaleónico por las circunstancias. Porque el 4-3-3 de manual respondía al interminable listado de bajas. Los dos estiletes con el primer equipo. Álvaro Rodríguez, lesionado, como Vinicius Tobias. Y Carrillo. Y Marvel. Y Noel... Con tanta ausencia, entraba en escena Aparicio, killer del Real Madrid C (24 tantos la temporada pasada y cuatro y tres asistencias en la actual). Al menos regresaba Asencio y por ende, Mario Martín, tras reubicarse como central ante el Algeciras, volvía a su hábitat natural. Con tanta permuta de piezas, el Castilla comenzó sesteando y el Alcoyano dominando.
Los de Vicente Parras conocían al dedillo la receta. Presión asfixiante para cortocircuitar el caudal ofensivo castillista y morder a la mínima. José Lara casi da la primera dentellada en el 3′, pero Cañizares estuvo raudo al palo corto. La intensidad empequeñecía a un filial blanco que acusaba las circunstancias... hasta que comenzó a estirarse. Obrador, arrancada a arrancada y centro a centro ganaba yardas. Un envío hacia Manuel Ángel obligó a Valens a adelantarse al centrocampista. Instantes después, el lateral cedía a Aparicio tras un pase con bisturí de Palacios, pero la defensa levantó un muro a tiempo. El preludio de la más clara de la primera parte. Peter a banda cambiada y pierna natural cruzaba un balón raso que encontraba a Manuel Ángel en el punto de penalti. Como su disparo ajustado encontraba la madera. Y cuando la balanza se volvía blanca, Pradera peinaba al abrigo del descanso un córner que coqueteaba con la portería visitante. Pero respiró la zaga madridista.
Tras el refrigerio, efervescencia. Aparicio remató algo forzado un centro, uno más, de Obrador. La réplica, un contragolpe donde José Lara hacía volar a Cañizares. Manopla salvadora, como comprometedora fue su salida de puños en el córner posterior. A Albisua, con todo a favor, le faltó fe y mandó a las nubes el rechace. El segundo tiempo mantenía la dinámica del tramo final del primero. El Castilla mandón, el Alcoyano expectante. Mario Martín, que doblará con los mayores en Cádiz, armó el cañón desde 25 metros y Valens se puso la capa. Con el carrusel de cambios no cambiaba el paisaje y David González, recién ingresado, probó suerte con una falta directa a la que le sobraron unos centímetros de fuerza.
En los minutos finales, el Alcoyano atacaba por impulsos, merodeaba el área blanca. Y de repente, Valens y Cañizares. El portero local se hacía enorme ante Palacios. El visitante ante Pradera. La última sería de David González de nuevo. En otra falta directa, rozó el milagro. Pero los de Raúl merecieron más que obtuvieron. No es un verbo que sume puntos. Algo que ambos equipos necesitan imperiosamente. Al filial blanco le sobró voluntad, pero le faltó colmillo. Empate meritorio en El Collao con un plantel de circunstancias, pero el playoff sigue a dos partidos de distancia...
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