Sin bis de Reinier

Venía de hacer un hat-trick. Y no sólo eso: ante la mirada de Ancelotti, presente en la grada. Una actuación que elevó el suflé de la expectativa y agitó el runrún –crónico– que le rodea. Venía de brillar frente al Illescas. De lucirse en el primer amistoso. Y pinchó en el segundo. Sin terminar señalado ni similares: el partido del Castilla, cercano a un desastre tan anárquico que es difícil de analizar, tampoco ayudó. Se podría resumir en que era prácticamente imposible brillar en un engranaje que aún necesita mucho 3-en-uno. Pero si algo tienen las estrellas, y él lo es con diferencia en este equipo, es que recogen los análisis como imanes. Es el peso sobre sus hombros. Porque es de quienes se espera. Y no llegó.

Reinier fue titular en la banda izquierda, su posición fetiche. Donde puede recibir, encarar y animarse a disparar. Lo intentó en varias ocasiones, pero siempre se topó con la zaga de un Racing de Ferrol que demostró no sólo estar mejor físicamente, sino ser un equipo más compacto y con mejores hechuras para la competición. Los cara a cara, en líneas generales, caían del lado de los gallegos. Reinier en la primera parte y Víctor Muñoz en la segunda fueron quienes más ímpetu pusieron a la utopía del gol. Apenas estuvo cerca. La tarde, al menos, dejó la imagen del homenaje a Mesonero (el diamante del C ha sufrido una rotura de cruzado en un entrenamiento, como Palacios esta madrugada).

Con mucha varita del C

El Castilla siembra dudas en su primer test de altura. Aunque deben ser embargadas por razones obvias: este equipo no era el Castilla. Con hasta once canteranos (doce si se cuenta a Latasa) en el stage del primer equipo, este partido se convirtió más en unas pruebas públicas para los que quedaban, junto a los del C y algún juvenil, que a un test futbolístico al filial. En este sentido, buenas actuaciones de Ribes, Chema Andrés y Hugo de Llanos. Talento hay. Faltan minutos. Rodaje. Confianza.

Reinier, apartado al filial

El mismo que sigue sin tener Reinier, herido en el orgullo tras ver como Ancelotti lo ha dejado en tierra ante la gira norteamericana. “Incluso sin entender, creo en ti (refiriéndose a dios)”, escribió en su cuenta de X. La realidad es que no comprende su situación. Pero es translúcida: no convence a Ancelotti y el club aceptaría un traspaso en caso de que llegase una oferta notable. Mientras se aclara cuál será su próximo destino, trabaja con el filial. Junto a su expedición se ha desplazado a Galicia, donde el Castilla vive su stage particular.

Ha comenzado verdaderamente mal. Los tantos de Naldo, Alejandro López y Álvaro Giménez partieron en dos a un equipo que tuvo más energía que fútbol. Más ganas que orden. Más locura que cordura. La próxima cita será el domingo, a las 14:00 horas, frente al Vizela portugués. Un encuentro que se disputará en la humilde localidad de Viveiro. Ahí tendrá Reinier su tercera oportunidad. Una tarde para dar otro golpe sobre la mesa. Para entonar el bis que tantos esperaban hoy... y no llegó.