Primer “match ball” de la Cultural en El Toralín por el ascenso

El capítulo 103 del derbi leonés puede pasar a la historia. Nunca antes estuvo en juego un ascenso, al que opta este sábado la Cultural, que puede culminar su magnífica obra (es líder desde la jornada 1) con una guinda que pasaría a la posteridad: regresar al fútbol profesional en el feudo del eterno rival. Lo tiene en su mano el cuadro capitalino, pero la Deportiva apura sus opciones. Es segunda a cinco puntos del líder, pero se agarra al duelo directo y al Cultural-Andorra, el tercer aspirante al ascenso, que se jugará dentro de ocho días en el Reino de León.

La magnitud del evento ha “paralizado” ambas ciudades. Ni que decir tiene que no hay entradas para el partido. Serán unos 700 los culturalistas los presentes en El Toralín y podrían haber sido miles. El discutido reparto de entradas para la hinchada visitante ha desatado la polémica a ambos del lado del Manzanal. Más calor para la caldera.

Tiene noventa minutos la Ponferradina para aplazar la fiesta blanca. Se agarrará al factor campo, el que le ha mantenido en la puja para ir recortando puntos al líder. Ritmo alto de juego, agresividad sin pelota y eficacia a balón parado son algunas de sus armas. Deberá arriesgar Javi Rey, a cuyo equipo sólo le vale ganar y mejor por dos o más goles para enjugar el resultado (2-0) de la ida. Todos los detalles cuentan. El técnico blanquiazul cuenta con toda su plantilla, a excepción de Nacho Castillo y se espera en la zaga el regreso Ger Nóvoa tras sanción. Las dudas giran en torno a la elección del lateral izquierdo, Andoni o Álvaro Ramón, y de la referencia en la punta del ataque con Cortés, Pau Ferrer y Álex Costa aspirando al puesto.

Si la Cultural quiere cantar el alirón (también podría ser campeón si empata y el Andorra no gana ante el Sestao) deberá corregir su mala inercia a domicilio. Tras ser durante muchos meses un equipo casi imbatible lejos de su casa, acumula ahora cuatro derrotas seguidas en otros tantos partidos en los que, además, no vio puerta. Un denominador común fue la ausencia de Bicho, convertido de un tiempo a esta parte en el eje sobre el que gira el juego ofensivo de un equipo que espera el resurgir de Justo y Chacón, sus grandes artilleros y que no ven puerta desde hace dos y tres meses, respectivamente. Con Bicho recuperado de sus problemas musculares respira Raúl Llona, a pesar del estado de Maestre y Barri, jugadores entre algodones.

Y más allá del balón, lo emocional y los datos. Los jugadores no disimulan la trascendencia del choque y sus consecuencias. Uno de los pocos futbolistas de la tierra presentes en este derbi, Borja Valle, ha vivido “una semana preciosa. Estamos en el final de la liga y estamos peleando por el ascenso directo y creo que la única palabra es ilusión”. En el bando contrario, devolver a la Cultural a Segunda está en la mente de todos. “Estamos a un paso de lograr algo que te puede cambiar la vida”, aseguró Bicho. El gallego, poco dado al gol, hizo un doblete el curso pasado en El Toralín en otro derbi que se tiñó de blanco, la tónica de los últimos tiempos. En los últimos ocho la Ponferradina no logró la victoria.

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