Pablo Ramón ve la luz
El defensa del Madrid se rompió el cruzado el pasado 21 de abril durante su cesión en el Mirandés. Ya enfila el tramo final de su recuperación. A finales de enero, su regreso.
El túnel ha sido largo, un tránsito complicado. Siempre lo es. Pero Pablo Ramón (23 años) ya ve la luz. El 21 de abril, en una jugada sin riesgo, hubo drama. ‘Crac’. Era el minuto 31 del duelo entre el Mirandés y el Burgos. En la banda, al abrigo de la grada general de Anduva. La hinchada, a escasos metros, se temió lo peor. También el jugador, lógicamente, con lágrimas en los ojos. Al día siguiente se confirmó el augurio que no por no deseado era menos esperado. Rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha. Una semana después, Pablo se operó en Madrid. Ya no había lágrimas, sí una sonrisa de optimismo. “Todo ha salido bien”, anunció. “Sólo quiero volver más fuerte”, aseguraba a los suyos. Esa sentencia se aproxima. La meta, muy cerca. A finales de enero o principios de febrero, aunque la importancia del cuándo importa mucho menos que el cómo, Pablo Ramón estará de vuelta.
La lesión se produjo en su Séneca en el Mirandés, pero la recuperación, desde le minuto uno, comenzó en Valdebebas. Allí, bajo el ala de los servicios médicos del club blanco, el zaguero ha ido cumpliendo, sin prisa ni pausa, los plazos marcados. Ya hace unas semanas que Pablo Ramón se ejercita incluso con balón y las sensaciones son inmejorables. Eso sí, como decimos, el plan trazado huye de precipitar acontecimientos. Poco a poco, pero la bandera de cuadros está ya a la vista. Un contratiempo que llegó cuando estaba volando en Miranda de Ebro. Allí, en su préstamo en el cuadro jabato, brilló en su primera experiencia real (ya había debutado con el primer equipo del Mallorca con 17 años) como profesional. Una mili donde el defensa sacó nota.
Hasta el revés había sido vertebral para Lisci. Más que titular indiscutible. Salió de inicio por primera vez en la tercera jornada, tras haber llegado al club en el tramo final del mercado estival y desde aquel Mirandés-Espanyol, inamovible. Sin contar un encuentro de sanción por acumulación de amarillas se perdió... ¡un minuto! En el empate ante el Levante, el técnico le sustituyó en el 89′. El resto de jornadas, completas. Con un rendimiento que le colocó como uno de los mejores defensas de la categoría y como un objeto de deseo. No sólo para repetir en Segunda al término del préstamo en el Mirandés, también en Primera.
Cartel intacto
Como ya informó AS, el Espanyol y el Betis, amén de un buen número de clubes de plata, estaban dispuestos a echar el guante al futbolista en verano. Con confianza plena en su recuperación, algo que no ha mutado y que sigue latente en invierno. El Real Madrid, que se aseguró renovarle el contrato antes de la cesión a Miranda conscientes del potencial del jugador, no pondría trabas. Tampoco perdería el control por el polivalente central (también puede hacer las veces de lateral derecho), pues, de concretarse la operación, sería bajo la ‘fórmula del 50%’. Así, los blancos mantendrían la mitad de los derechos sobre Pablo Ramón. Ya fuese para recuperarle a futuro o para ingresar en caso de venta. El cartel sigue intacto. El regreso, más cerca.
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