El Depor resucita de forma agónica en el Johan Cruyff

Hay partidos y partidos, y el que jugaban Barcelona B y Deportivo era de esos que deciden cosas. No tanto clasificatorias, más bien personales con un nombre propio: Imanol Idiakez. El técnico blanquiazul llegaba al Johan Cruyff consciente de que estaba en juego su futuro y el resultado del juicio acabó en un veredicto del jurado que no llegó hasta el minuto 93: inocente. Lo fue por el resultado, por una victoria que llegó en el último suspiro, pero por la que los coruñeses había hecho méritos antes en un partido de menos a más. En un duelo en el Pau Víctor puso todo cuesta arriba, pero que un inconmensurable Villares y un agónico tanto de Davo en el descuento le dieron la vuelta cuando todo parecía perdido. Gran victoria ante un Barcelona B que llegaba lanzado y que sufrió la primera derrota de la temporada en el Johan Cruyff. Aire para Idiakez, abrazado hasta el infinito al final del partido, y para un Depor que parecía condenado un día más por un gafe con olor a eterno.

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La gran incógnita del duelo, más allá del futuro de Idiakez, estaba en Yeremay. En saber si el canario comenzaba en el banquillo o bien el técnico vasco quemaba todas sus naves y lo situaba en el once inicial. Y esto último fue lo que sucedió. La puesta en escena de los blanquiazules fue buena, con control y una oportunidad de Villares a los seis minutos que Marc Vidal desvió en una gran salida. La respuesta del Barça B cuatro minutos después fue un calco, con Pau Víctor de rematador y Germán de salvador. A la tercera fue la vencida. Pase a las espaldas de Pablo Martínez del juvenil Héctor Fort y Pau Víctor, aplicando la pausa, batía en el mano a mano a Germán para firmar su décimo tanto en el 18′. Como si todo fuese un espejo, a la media hora fue Villares el que tuvo su segunda oportunidad. Esta vez tras un robo sobre Faye al borde del área y, como hizo Pau Víctor, el centrocampista blanquiazul ya no perdonó con un buen remate.

El gol made in Villares devolvió al Depor al partido y dibujó un tramo final del primer tiempo algo diferente, en el que comenzaron a aparecer errores e imprecisiones en ambos bandos. La claridad en el último pase desapareció y el peligro comenzó a llegar con disparos lejanos. Casadó, Cuéllar y un Alarcón que traía loco con su velocidad a Paris Adot, lo buscaron. En el Depor fueron un remate de José Ángel y otro, realmente peligroso, de Yeremay que se marchó fuera por poco. Fue la primera y única oportunidad en la que apareció el canario, muy vigilado, antes de irse al descanso.

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El paso por el vestuario aclaró ideas a dos equipos cómodos con el balón y sufridores sin él. En un suspiro Davo y Alarcón disfrutaron de dos clarísimas ocasiones para mover la balanza, pero ambos remates fueron igual de defectuosos. El siguiente aviso fue del omnipresente Villares, pero Marc Vidal respondió a su disparo con una buena parada. La respuesta fue una jugada de combinación en el área con marca de la Masía que remató Unai y que Pablo Vázquez logró sacar para evitar disgustos. A partir de ahí, y con la entrada de Mella, el Depor se fue haciendo con el partido hasta que el minuto 78 Lucas Pérez, que ya había rozado el peligro, tuvo la primera clara. Fue un disparo seco cargado de ganas que escupió el larguero. Una nueva muestra de que la mínima fortuna no está de su lado este año. Ni con él, ni con el equipo. Poco después fue Villares el que la tuvo con un remate de cabeza en el área pequeña, pero se salió tras coger altura y rozar el larguero. Todo caminaba hacia lo de siempre, a méritos varios sin premio, pero esta vez ocurrió lo que tantas veces condenó a los coruñeses. Un despiste local, un pase de oro de Lucas y Davo, inédito todo el partido y en ojo del huracán toda la semana, clavó el gol del triunfo en el 93′.

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