El Depor Juvenil de la épica aspira a completar su triple corona
Tras remontar ante Atlético y Villarreal, busca sumar la Copa del Rey con Manuel Pablo a los títulos de División de Honor y Copa de Campeones conseguidos con Óscar Gilsanz en 2021.
Mientras en A Coruña se debate sobre si el Deportivo le concede a sus jóvenes todas las oportunidades que debería, el trabajo de la cantera sigue dando frutos en forma de resultados deportivos con un Deportivo Juvenil en el que se ha instalado una cultura ganadora que traspasa generaciones. La gestión del día a día en Abegondo está dejando las principales alegrías en un club que busca salir cuanto antes de la tercera categoría del fútbol español.
La última gesta ha sido plantarse en la Final Four de la Copa del Rey después de eliminar a Celta, Atlético de Madrid y Villarreal, estos dos últimos con remontadas épicas que ya se han convertido en la seña de identidad del equipo que ahora dirige Manuel Pablo. Las jóvenes promesas deportivistas buscarán del próximo 8 al 12 de marzo completar su triple corona en este ciclo victorioso que comenzó en 2021 con el título de División de Honor y la posterior victoria en la Copa de Campeones tras dejar en el camino a Real Madrid y Barcelona.
Gilsanz dirigía aquel prometedor grupo liderado por los Noel, Trilli, Mella o Barcia. El técnico y muchos de esos integrantes están ahora en el Fabril o ya han dado el salto al primer equipo, pero Manuel Pablo ha sabido completar una transición efectiva con la nueva hornada y transmitir ese carácter al talento que ya traían de serie diamantes en bruto como Martín Ochoa, Diego Gómez, Rubén López o Kevin.
Las noches mágicas de la Youth League
La temporada pasada se saldó sin títulos, pero sí con una trayectoria en la Youth League que también quedó para la historia. Con una mezcla de los campeones de 2021 y los que quieren volver a coronarse ahora en 2023, el Deportivo Juvenil acaparó los focos de todo el continente eliminando al Pogon polaco tras remontar en Riazor el 3-0 de la ida y al Maccabi después de una goleada y resistir en Israel. Tres noches mágicas que resonarán para siempre en el imaginario deportivista, incluida la eliminatoria contra el Dinamo de Kiev con más de 20.000 espectadores, la segunda mejor entrada de la historia de la competición.