Así empezó todo: la trama que ‘inventó' Rubiales contra él

Luis Rubiales ha afirmado en todo el proceso contra su gestión en la RFEF que es la víctima de una trama que tenía como objetivo desprestigiarle e implicarle en actividades ilegales. Desde antes de que se viera envuelto en el escándalo por la celebración del Mundial femenino y el beso a Jenni Hermoso, numerosas informaciones apuntaron a prácticas sospechosas sobre iniciativas como la negociación de la Supercopa de Arabia Saudí o complementos en su sueldo de presidente federativo. Muchas de ellas se apoyaron en las desveladas por El Confidencial, que sacó a la luz mensajes de WhatsApp entre el propio Rubiales y Gerard Piqué en los que se hacían referencia a las negociaciones para llevar el torneo al país árabe.

Todo ello llevó a Miguel Ángel Galán, presidente de la Asociación, Transparencia y Democracia en el Deporte, a querellarse contra el entonces mandatario y el exjugador del Barça y su empresa Kosmos por varias cuestiones que iban desde el presunto espionaje a cargos políticos, las millonarias comisiones por la Supercopa, una ‘ayuda’ por vivienda que Rubiales presuntamente cobraba, camuflar viajes de ocio como trabajo... Ya ahí, la defensa de Rubiales se basó en desacreditar al querellante, un Galán del que destacó que se retiró de las elecciones a la RFEF y al que involucraba como parte de una trama que implicaba también a Javier Tebas, presidente de LaLiga y González Otero, exsecretario general de la RFEF.

Lo primero que denunció fue el hecho de que aquellas conversaciones se hicieran públicas. No sólo por el hecho de vulnerar el secreto de mensajes privados, sino por haberlas sacado de sus respectivos teléfonos. De hecho, llegó a decir públicamente que su terminal había sido ‘hackeado’ para conseguir esas conversaciones. En cuanto a Galán, ponía en conocimiento del juzgado lo que para él era una ‘tradición’ de querellarse contra él de forma falsa.

Para Rubiales, el funcionamiento de esta supuesta trama era el siguiente. En primer lugar, “se confeccionaba un relato falso, apoyado en interpretaciones de hechos carentes del más mínimo rigor” contra él. Luego, estos relatos “se deslizan a determinados medios de comunicación en situación de dependencia económica de la publicidad de la LNFP”. Para el expresidente, el objetivo era influir en la opinión pública y destruir la imagen del propio Rubiales.

Por último, se “interpone una querella por parte de una organización satelital de LNFP, a la que posteriormente se suma la propia Liga”. Una vez que se presentaba, “la noticia de la admisión de la querella (falsa) se reproduce en los terminales mediáticos de LaLiga con redoble de tambores”, se explicaba. Para dar empaque a la supuesta trama, se aportaban otras informaciones de medios como OKdiario en el que se hablaba de reuniones entre González Otero (a quien nombran como mano derecha de Tebas) y Galán pocos días antes de interponer la demanda.

Otro punto destacable era la acusación a esta supuesta trama de intentar convencer o ‘comprar’ a empleados de RFEF para obtener información confidencial. Ya fuera el caso de Juan Luis Rubiales, tío de Luis Rubiales, o de Miguel García Caba, jefe de integridad de la RFEF durante el mandato del expresidente. En sus propuestas, según informaciones que adjuntaba, se le preguntaba a dicho trabajador si podía entrar en los servidores de la RFEF. Todo dentro de lo que, según los documentos aportados por la defensa del expresidente de la RFEF, formaba parte de una trama orquestada contra su persona fundamentada en informaciones falsas.

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