La década prodigiosa
San Mamés cumple años lleno de orgullo y de grandes historias vividas. Su diseño ha sido copiado por todo el mundo. El Cádiz, invitado a la fiesta. Yeray al fin se ha colado en una lista.
San Mamés sopla hoy las velas. Se echa a la espalda una década de vida, que parece muy poco teniendo en cuenta el siglo que contempló al antiguo estadio, su hermano mayor. La transición entre ambos estuvo cargada de simbología, ya que convivieron durante un espacio corto de tiempo. Empezó a construirse el nuevo mientras seguía vigente el viejo. Por eso el campo actual se levantó incompleto, sin un fondo, y no pudo terminarse hasta que se demolió su antepasado.
El Cádiz es el invitado en un día para la posteridad (sigue el partido en direto en As.com). Representa el papel que hace diez años recayó en el Celta, el que cortó la cinta de la Catedral II. Desde entonces, el campo situado la vera del Nervión ha albergado 239 partidos, 191 de ellos de Liga, 23 de Copa, 20 de Europa League, 4 de Champions y 1 de Supercopa de España. En este tiempo, los leones han suscrito un 52,3 por ciento de victorias (traducido a números, 125, más 58 empates y 56 derrotas, con 378 goles a favor y 224 en contra). Los 10 últimos años en el viejo San Mamés se saldaron con 114 victorias (48,5%), 58 empates y 63 derrotas (26,8%). Desde la mudanza es se han agolpado los premios en las vitrinas de IDOM, firma bilbaína de ingeniería con enorme prestigio en el mundo. Por ejemplo, fue nombrado Mejor edificio deportivo del mundo en el 2015 por el World Architecture Festival. En los World Design Awards 2020, premios anuales concedidos por la prestigiosa entidad The Architecture Community, se llevó la máxima distinción en la categoría de Instalaciones Deportivas y Recreativas, una de las 39 que componen estos galardones. Fue el primer campo europeo en conseguir la certificación de edificación sostenible LEED.
Todo arrancó el 26 de mayo de 2010. Se colocó la primera piedra. Un mes después se iniciaron las obras. La financiación para la construcción del estadio se llevó a cabo por la sociedad San Mamés Barria S. L., compuesta por cinco socios. La aportación económica de cada socio fue la siguiente: 50 millones por parte de Athletic (33 en aportación económica y 17 por valor de terrenos del antiguo San Mamés), Gobierno vasco, Diputación Foral de Bizkaia y Kutxabank, y 11 millones del Ayuntamiento de Bilbao. El nuevo feudo rojiblanco supuso un refuerzo anímico, empezó a envolver cara compromiso con un aura de castillo infranqueable, ya que el Athletic no perdió un partido hasta el 29 de enero de 2014 en Copa ante el Atlético (1-2). El 27 de agosto de ese año ya dispuso del campo al completo, festejado con la memorable victoria contra el Nápoles (3-1) en el partido de vuelta de la eliminatoria previa de la Champions.
San Mamés ha ido evolucionando durante esta década. La primera polémica estalló con el agua, ya que algunos socios se mojaban en sus localidades. Así que hubo que ampliar la cubierta, una txapela más grande que hasta reforzó la sonoridad e hizo más bonito el techo del campo: 12 millones costó. Se cambiaron las luces, se instalaron escaleras mecánicas, y las entrañas del campo fueron engordando con museo, tienda, restaurante, bar, polideportivo municipal... Se espera que vayan para allá las federaciones vascas. También llegó la Grada de Animación. Antes, acontecimientos como la final de la Champions de rugby que disputaron Leinster y Racing 92 en mayo de 2015, cuando se alcanzó el récord de asistencia, 52.282 aficionados en un aforo de 53.289 espectadores. Para chequear el tope en un partido de fútbol no hay que remontarse mucho tiempo atrás: la vuelta de la semifinal de Copa frente a Osasuna el pasado 4 de abril, que congregó a 51.544 seguidores.
La celebración por esta década prodigiosa corre paralela a un partido en el que el Athletic intenta retomar la Liga con buen pie, como es tradición tras los parones. Tras el tropiezo inicial ante el Madrid, el equipo ha cogido vuelo. El que se pierde esta fiesta es Nico Williams, lesionado con España y en medio de la vorágine sobre las ofertas que se agolpan en su taquilla. San Mamés sueña con tenerle en zapatillas y bata de andar por casa dentro de otros diez años. Yeray al fin se ha colado en una lista. No juega un partido oficial desde el 13 de mayo. Cuatro meses son muchos. De Marcos regresa tras su problema en el pie en El Sadar. Nolaskoain también está de baja.
El Cádiz quiere seguir mostrando la buena sintonía de este inicio de temporada. Los amarillos visitan un campo en el que han ganado en dos de sus últimas tres visitas desde que ascendieran a Primera. Sergio no variará el once que consiguió vencer al Villarreal, en la última jornada liguera, con un Machis enchufado tras su último doblete ante el equipo de Castellón. En el banquillo estará Robert Navarro, uno de los últimos en llegar; y no Kouamé, que arrastra una sanción de Francia. Ocampo, Chust y Guardiola se pierden el partido por lesión. Regresa Fede.
Eventos deportivos, sociales y musicales de San Mamés
Guns N’ Roses ofreció un concierto el 30 de mayo de 2017, siendo el primer evento musical que se celebró en este recinto.
El 11 y 12 de mayo de 2018 se celebraron las finales europeas de rugby.
El 3 de noviembre de 2018 se ofrecieron los conciertos de Berri Txarrak, Crystal Fighters y Muse con ocasión de los MTV Europe Music Awards 2018.
Fase final de la Champions femenina 2019-20.
El 6 de septiembre de 2019 el estadio acogió la salida de la 13.ª etapa de la Vuelta a España.
El 11 de junio de 2022, Fito & Fitipaldis reunieron a más de 46.000 personas durante más de dos horas en la Catedral.
El 3 de julio de 2022, el grupo Metallica dio su concierto en el estadio.
El 25 de agosto de 2022 la explanada junto al estadio acogió la salida de la 6.ª etapa de la Vuelta a España.
En 2024 llegará la final de la Champions femenina.
En 2025 albergará la final de la Europa League.
Charles, histórico primer goleador
Charles pasó a la historia aquel lejano 16 de septiembre por ser el primer futbolista que marcó en el nuevo San Mamés. Así que su nombre va ligado de forma directa al del campo. Cuando Erik Morán trataba de salir desde atrás con la pelota jugada, en el minuto 11, le robó la cartera Rafinha, que cedió a su compatriota y marcó ante la salida de Herrerín. Intentaron obstaculizar su disparo el propio Morán, Laporte y Gurpegui, pero no pudieron. Ahí comenzaba a girar el contador de los goles del estadio.
Para el punta brasileño ese tanto sirvió para rendir homenaje a su mejor amigo, Arón, fallecido una semana atrás en Brasil. Desde que supo que los celestes sería el primer equipo que pisaría el nuevo San Mamés, Charles soñaba con inscribir su nombre en la historia como primer goleador de un estadio que se convertirá en un templo del fútbol como era la Catedral. Se trataba de la cuarta jornada, tras viajar en la segunda, también casera, a Anoeta.
La salida al verde ya fue para recordar: “Me impresionó el campo y cómo se escuchaba a la afición del Athletic. Cuando aprieta como aquel día del estreno, lo hace de verdad. Fue un partido complicado y lo perdimos en los minutos finales”.
San José (primer jugador local en marcar en el nuevo estadio, en el minuto 17), Iraola y Beñat pusieron el 3-1, y Santi Mina hizo el definitivo 3-2. “Me quedó una sensación de alegría por el gol que marqué, pero de tristeza por la derrota. Mina se convirtió en el futbolista más joven en marcar con la camiseta del Celta en Primera.
“Nunca olvidaré ese momento, significa muchísimo, lo tengo muy presente y más ahora con todas las entrevistas que me estáis haciendo para recordar aquel momento. Anotar en ese gran estadio y ante un club tan importante”, prosigue a AS el actual secretario técnico del Pontevedra, en donde es leyenda. Allí acudió a colgar las botas este verano, a los 39 años, y cerrar el círculo de su carrera, en un club muy querido. con 204 goles marcados en los 623 partidos disputados, 208 de ellos en Primera. “Mi rodilla izquierda no estaba bien y era una decisión que tenía tomada desde hace tiempo”.
“Me encontré delante de Herrerín y rematé por bajo al lado derecho”, refresca. No olvida el exdelantero, no obstante, con media sonrisa que en ese partido falló un penalti “y fui, por tanto, también el primero en eso en ese estadio”. Mandó el balón contra la lona que cubría el fondo que permanecía en construcción y se le escapó el doblete.
No esconde Charles que tanto él como sus compañeros en el Celta estaban enormemente motivados, sintiendo que entraban en la historia de un estadio que ha provocado envidia en todo el mundo durante esta década. “Como delantero, yo siempre he tenido ganas de marcar en todos los partidos, pero en aquel un poco más”. Lo consiguió y no dudó en donar la camiseta y las botas con las que disputó el choque al museo del Athletic. “Me lo propuso un dirigente del Celta la misma semana del partido y por supuesto que dije que sí. Es otro motivo de orgullo para mí”, incide Dias.
Charles pasó a la historia en un sitio muy especial para él. “He vivido tres años en Bilbao (cuando militaba en el Eibar) y sé la pasión que tiene la gente con ese club. Nos trataron muy bien en esa ciudad a mí y a mi familia. Tenía como vecinos a jugadores del Athletic, mis hijos iban al colegio con los hijos de algunos de ellos, como Muniain y Aduriz, e hice amistad con ellos. El año pasado vino Aduriz a Pontevedra a jugar la Copa con el Mallorca y estuvimos juntos, porque mi hijo fue al colegio con su hija”. No solo eso. “Mi hijo jugaba también en el mismo equipo que el de Muniain y cada vez que podía le llevaba a San Mamés con entradas que me conseguía el propio Iker o conocidos que tenía en equipos rivales”.
Para Charles el Athletic no es un club más. Se trata del rival contra el que más veces ha jugado como profesional, así que el propio Aduriz, sabiendo que le veía cada poco tiempo como rival le dijo alguna vez “que tenía que ser yo el que marcara aquel primer gol en el nuevo San Mamés”. Desde entonces ha ido siguiendo la historia de la Catedral. “La sonoridad es especial. Se han vivido grandes gestas, aunque es un campo muy joven”, remata, al tiempo que desea “otros diez años, y diez más y así hasta el infinito, iguales o incluso mejores, que se los merece”.