SUPERCOPA | LEVERKUSEN 2-2 STUTTGART
¡Xabi Alonso es inmortal!
El Leverkusen gana la Supercopa en los penaltis de forma agónica. Es el tercer título del tolosarra, que jugó con diez la final desde el 37′. Grimaldo y Aleix García marcan sus lanzamientos.
En un duelo de gran tensión e intensidad, casi como si Stuttgart y Leverkusen se tuvieran ganas desde el año pasado, las dos grandes revelaciones de Alemania demostraron que siguen vivos en una Supercopa que se llevó Xabi Alonso el inmortal, el de siempre, el que, salvo la Europa League del pasado curso, cuenta casi sus torneos por títulos. Es el tercero que levanta el técnico español.
El Leverkusen inició el primer partido oficial del curso con la inercia del pasado curso. Boniface, el nueve de Xabi Alonso cuando físicamente ha estado bien, adelantó a los de la Aspirina, que jugaban en casa y ante su gente tras haber ganado la Bundesliga y la Copa la pasada campaña. Todo parecía indicar que los tiempos de alegría en el Bay Arena se prolongarían en el primer título en juego de la temporada, pero la historia no fue tan plácida. Ni mucho menos.
El Stuttgart, un equipo brillantemente dirigido por Sebastian Hoeness, empató casi a continuación gracias a Millot. El tanto de la igualada hizo daño a Xabi Alonso, pero especialmente la expulsión, antes del descanso, de uno de sus fichajes para esta temporada, Martin Terrier, que vio la roja directa tras una durísima entrada sobre Demirovic en el centro del campo. Una acción absurda que condicionó el resto del encuentro, pues el Levekusen tuvo que plegar velas y dedicarse a defender cuando en realidad se había mostrado mucho más cómodo atacando.
Movimientos
Xabi retiró a su delantero centro, Boniface, para introducir a otro central, Tah. El final del primer tiempo fue un tormento. El técnico vasco fue amonestado y Millot se topó con el larguero en lo que pudo ser la remontada del Stuttgart antes de concluir la primera mitad. La angustia, en cualquier caso, prosiguió tras el descanso. Los de Hoeness fueron claros dominadores y el Leverkusen, sin Wirtz ni Grimaldo sobre el campo, se dedicaron a esperar alguna contra con Tella y Adli como puntas de lanza.
Sobrevivió el conjunto local como pudo hasta que los cambios desnivelaron el marcador. Uno de ellos, el sensacional Undav, hizo el 1-2 en el primer balón que tocó en el partido tras una asistencia desde la izquierda de Kratzig. La reacción de los de Xabi, en cualquier caso y estando sobre la lona, fue extraordinaria. A punto estuvieron de empatar tras la incorporación de una tacada de Frimpong, Schick y Wirtz, toda una revolución en el choque.
Fue tras la entrada de Grimaldo, ya sobre la bocina, cómo el Leverkusen encontró un empate agónico, uno más de un equipo que nunca se rinde. La asistencia del lateral español la aprovechó Schick para llevar la final a los penaltis, aunque la remontada pudo ser total si Frimpong no hubiera fallado un gol clarísimo en la última jugada antes de la tanda.
En la ronda fatídica, el Leverkusen no falló (Grimaldo y Aleix García anotaron) y sí el Stuttgart con errores de Kratzig y Silas, lo que da un nuevo título a Xabi Alonso, el más sufrido de todos, la Supercopa que tuvo perdida y acabó conquistando. Es inmortal Xabi.
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