Verdugo cruel para el Arsenal

En las 12 temporadas de Theo Walcott en el Arsenal se batieron todo tipo de récords de precocidad y juventud. Su llegada procedente del Southampton a cambio de 5 millones de libras auguraba un futuro espléndido en el club. Tenía 17 años. Y así fue.

Líder de los londinenses por la banda derecha por su velocidad y capacidad de desborde, también fue convocado por Eriksson para el Mundial de 2006 apenas unos meses después de aterrizar en Londres. Un talento precoz que duró en el Emirates hasta 2018.

Golpeado por las lesiones y por la falta de velocidad, se marchó primero al Everton y después al Southampton, con el que regresó este viernes de nuevo al que fuera su estadio para marcar un gol decisivo en las aspiraciones del Arsenal de ser campeón de Premier.

El 0-2 de los Saints supuso un mazazo del que fue difícil sobreponese para los de Arteta, siempre a remolque, siempre por detrás en el marcador. En un final épico, el conjunto local acabó empatando un duelo que, aun así, deja en bandeja de plata el título al City. El chico de oro del Arsenal tuvo mucha culpa de ello. Aquel Walcott que maravilló en el Emirates fue esta vez el verdugo inesperado de una fiesta que acabó en funeral.