Verano loco en el PSG

Los veranos en París son calurosos, agobiantes e intensos, sobre todo en cuanto a fútbol se refiere. El próximo no será una excepción. El PSG, inmerso todavía en la pelea por el título de la Ligue 1, decimoprimera corona que le convertiría en el equipo más laureado de la historia del fútbol francés, se prepara para abordar un mercado estival repleto de operaciones que intentará arreglar, al máximo posible, los últimos descalabros que se han producido en el Parque de los Príncipes.

Ganar la Champions es una obsesión para Qatar, que ha desembolsado cantidades ingentes de dinero para alzarse con la máxima competición continental. Este verano, las tornas han cambiado. El proyecto de los galácticos, salvo giro de última hora, llegará a su fin y la dirección deportiva, encabezada por Luis Campos, buscará rodear a Kylian Mbappé, el alma del proyecto, de jugadores jóvenes, competitivos y que refuercen un colectivo dañado continuamente por la lucha de egos en el vestuario.

Mbappé, intocable

Kylian Mbappé es el único jugador del espectacular trinomio ofensivo del PSG que tiene, sin ninguna duda, garantizada su continuidad en verano. Hace un año, el delantero francés renovó hasta 2024, no hasta 2025 como lo anunció en primera instancia el club, por lo que el próximo mercado de fichajes jugará un papel decisivo, trascendental, imperioso en su posible renovación hasta 2025, que puede ejecutar únicamente de forma unilateral el crack de Bondy.

Qatar y Al Khelaïfi, que hicieron todo lo posible por renovarle, entrometiéndose incluso Emmanuel Macron, presidente de la República, en las negociaciones, son conscientes de que ya han agotado la primera bala de las dos que poseen para reforzar su continuidad. El PSG no hará locuras en verano. Intentará fichar razonadamente, evitará derroches económicos y luchará hasta el final para que la estrella del proyecto, Kylian Mbappé, siga otro año más en la capital francesa.

En octubre, el atacante ya hizo un primer ‘amago’ de salir, después de sentirse traicionado por las promesas de Nasser Al Khelaïfi y tras un mercado de fichajes que no cumplió con sus pretensiones para estampar la firma de renovación. El club se encuentra ante un escenario similar, idéntico, al de agosto de 2021, justo antes de entrar en su último año de contrato que acabó, después de un sprint final no apto para cardíacos, con la renovación del exjugador del Mónaco.

Messi, más fuera que nunca

Leo Messi fue la guinda al proyecto de Qatar en París. El argentino, después de no poder renovar con el Barcelona, aterrizó en el PSG en agosto de 2021. Su incorporación, estratosférica e inesperada en todos los sentidos, acercaba al conjunto parisino a su obsesión de ganar la Champions League. Dos años después, tras sendas eliminaciones en los octavos de la máxima competición europea, su futuro está más fuera que nunca del Parque de los Príncipes.

En la última semana, de hecho, se produjo el divorcio casi definitivo entre Messi y el PSG. El argentino viajó a Arabia Saudí sin permiso del club y recibió un apremio en forma de suspensión de empleo y sueldo durante dos semanas. Días después, tras un vídeo publicado en las redes sociales en el que pedía perdón, los dirigentes recapacitaron y el siete veces ganador del Balón de Oro se reincorporó a los entrenamientos.

Que el PSG indulte a Messi no significa, en principio, que ambas partes acerquen posturas en su renovación. En Francia ya se da por hecho que no seguirá la próxima temporada en la institución presidida por Al Khelaïfi y su entorno, que reitera que no decidirá nada hasta que no acabe la temporada, no da por hecha todavía su salida. Su padre, Jorge Messi, negó este martes, mediante un comunicado, haber llegado a un “acuerdo verbal” con el Al-Hilal, que es lo que habían publicado diversos medios franceses a lo largo del día. Hasta que no se asegure el título de la Ligue 1, Messi no decidirá, aunque la opción de volver al Barcelona sigue siendo, o al menos eso se filtra, su prioridad.

Neymar abre la puerta a una salida

Seis años después de reventar la banca con su fichaje, desembolsando 220 millones por hacerse con sus servicios, el PSG ya ha decidido que Neymar no seguirá la próxima temporada. Entre medias, numerosos vaivenes, continuas lesiones y una final de Champions, la de 2020 en modo líder, han sido el bagaje de un jugador que ha suscitado más críticas que elogios después de que aterrizara en París para ser el mejor jugador del mundo.

El año pasado, Ney ejecutó, de forma unilateral, una cláusula que disponía en su contrato y que le permitía renovar hasta 2027. Aquel acto se entendió como un desafío al PSG, que le puso en el mercado, pero la negativa del brasileño desbarató cualquier operación. Ahora la situación ha cambiado. El exjugador del Barcelona valora una salida en junio y el club analiza las distintas opciones con las que podría ahorrarse una ficha que asciende a 40 millones de euros por temporada.

Varios clubes de la Premier, entre los que se encuentran el Chelsea, Manchester United y Newcastle, ya habrían manifestado, aunque no de forma pública, su interés en fichar al mediapunta. Neymar deberá, no obstante, rebajarse su salario o, en el caso en el que no se pueda llegar a un acuerdo para ello, el PSG se vería obligado a asumir la mitad de su sueldo si se materializa una cesión con opción de compra. Una salida que, ahora mismo, es posible en los próximos meses.

Optimismo por Ramos

Sergio Ramos, mediante esfuerzo y trabajo, ha cambiado totalmente su situación en París. Después de un primer año para olvidar, marcado por las lesiones inextricables que le impedían asentarse en el campo, el camero ha olvidado completamente sus molestias físicas y se ha erigido como un líder para Galtier y en el vestuario, ganándose la confianza del club a la hora de negociar una posible renovación.

Tanto Al Khelaïfi como Luis Campos la habían supeditado a su rendimiento en la eliminatoria de los octavos de la Champions League contra el Bayern. A pesar de no haber evitado la eliminación, prematura eliminación, de su equipo, el gran desempeño que mostró en la doble confrontación, unido a su liderazgo, fueron dos bazas que jugaron a su favor a la hora de negociar su continuidad.

A comienzos de mayo, Sergio Ramos sigue sin disponer de una oferta sobre la mesa, pero el optimismo se ha instalado en el entorno del internacional español. Al Khelaïfi quedó muy satisfecho con su nivel ante el Bayern y, desde hace varias semanas, está reflexionando qué condiciones ofrecerle para que siga en París. Será, en todo caso, una renovación corta, de un año, y a la baja, en condiciones económicas inferiores a las que percibe actualmente.

¿Mourinho al PSG?

El último de los ‘dolores de cabeza’ que abordará el PSG en verano será el banquillo. Fuentes del club consultadas por AS reiteran que no habrá ninguna decisión hasta que no acabe la temporada, es decir, hasta comienzos de junio. La figura de Galtier está cada vez más debilitada, pues el marsellés, fichado por Luis Campos, no ha estado a la altura de las expectativas y su falta de contundencia dentro del vestuario, unido a los malos resultados, le alejan cada vez más del banquillo.

En el horizonte aparece la figura de Mourinho. Según informó RMC Sport, Luis Campos avanzó la semana pasada las negociaciones con Jorge Mendes para fichar al actual técnico de la Roma, con el que ya trabajó en el Real Madrid y con el que mantiene una fantástica relación. Sin embargo, Campos todavía no ha negociado nada con Mou ni lo hará, pues el luso está inmerso en las semifinales de la Europa League en estos momentos.

La principal duda que suscita la elección del entrenador es si Qatar, o por el contrario Campos, tendrá la última palabra a la hora de levantar el pulgar. En 2022, al consejero deportivo se le dieron plenos poderes por su cercanía con Mbappé, fichado de hecho por la amistad entre ambos, y su irregular mercado de fichajes, además de Galtier, no han terminado de gustar en las altas esferas de Doha. Otros nombres, como Motta, el deseado de Al Khelaïfi, o Nagelsmann, también han sonado para suceder a Galtier. Un verano intenso en París, como viene siendo habitual.