Surinam despierta del sueño

Nadar y nadar para morir en la orilla. Ese es el refrán más repetido en Paramaribo, capital de Surinam, desde pasado martes. Con solo 630.000 habitantes, el país vecino de Brasil y las dos Guyanas (Francesa y a secas), dejó escapar, aunque no del todo, la increíble oportunidad de acudir a un Mundial por primera vez en su historia, al menos de momento.

Tras una fase de grupos impecable con 3 empates y 2 victorias, el conjunto geográficamente sudamericano cayó y bien en Guatemala. Sin embargo, no todo son malas noticias en el único país de América en el que se conduce por la izquierda: el gol logrado por Samayoa en el último minuto sirivió para devolver a Surinam a las plazas de repechaje mundial.

Corazón neerlandés, sangre surinamesa

Tras haber sido colonia neerlandesa durante siglos, ambos países tienen una enorme cantidad de lazos, lo que tendió un puente entre ambas naciones, de lo que se nutre ahora la selección nacional, ya que muchos de sus jugadores son nacidos en Países Bajos con ascendencia surinamesa, lo que les convierte en una pequeña sucursal de Des Oranjes, algo similar a lo que ocurre con Curazao.

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Un Mundial entre balas y escombros

De hecho, históricamente, grandes jugadores neerlandeses han mostrado orgullosos sus raíces surinamesas, incluida gran parte de la segunda generación de la apodada ‘Naranja Mecánica’. Estrellas como Davids, Seedorf, Gullit, Rijkaard, Kluivert, Wijnaldum o Van Dijk tienen antepasados de dicho país, algo que, en tiempos como los actuales, hubiera podido hacer que jugasen con la selección del país que, pese al batacazo, todavía sueña con acudir al próximo Mundial.

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