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Sebastián Boselli, una estrella para Uruguay

La irrupción del defensor uruguayo ha llamado la atención de varios equipos del Viejo Continente. A sus 19 años está llamado a liderar a una generación.

Sebastián Boselli, una estrella para Uruguay
ASTV

Uruguay afronta un gran cambio dentro de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), con Marcelo Bielsa a la cabeza para dar forma a la Celeste del futuro. La generación dorada ha terminado por dar el paso a un costado tras conquistar Sudamérica y algún que otro Mundial. Desde las categorías inferiores, el nombre de Sebastián Boselli ha comenzado a sonar con mucha fuerza tras su gran irrupción. Un fijo en la idea de Marcelo Broli, su incursión en el combinado Sub-20 fue el gran escaparate para el defensor, pasando de ser un desconocido a toda una figura dentro del fútbol uruguayo.

Con apenas 19 años, Sebastián Boselli está llamado a liderar a una generación que promete dar de qué hablar tanto o más que su predecesora. Si bien los inicios del jugador en la Primera División del fútbol uruguayo, su papel durante el Sudamericano Sub-20 de Colombia daría un giro de 180º a su situación. Durante el torneo disputado en Colombia el nombre de Boselli comenzaría a resonar en los pasillos de algunos clubes de la talla de River Plate. Su imponente porte, muy asemejado al estilo de juego de un referente en el puesto como Diego Godin, terminó por decidirle como uno de los jugadores del torneo. Tras su vuelta del país cafetero y con un agridulce subcampeonato bajo el brazo, Defensor Sporting confió en la jerarquía de Boselli para reconducir una situación agravada por los resultados.

En los 15 partidos disputados con ‘La Violeta’ el central se ha destacado por ser todo un central moderno, consolidando su juego con los pies para la salida de balón (80% de precisión en el pase) y teniendo un espíritu de potrero (56% de regates efectivos). Boselli es la personificación de un estilo característico de toda una nación con amplia tradición futbolera. El Mundial Sub-20 fue la guinda del pastel unos seis meses meteóricos. La Uruguay de Marcelo Broli no se entiende sin la jerarquía de Sebastián Boselli y la madurez Sebastián Boselli no se entiende sin su evolución dentro del cuadro Celeste. En los siete partidos disputados con la flamante campeona del mundo, el zaguero fue determinante para que la selección no encajara ni un solo gol durante la fase decisiva del torneo, promediando más de nueve recuperaciones por partido.

Su futuro es, a día de hoy, una incógnita. Sin embargo, el círculo de Boselli ha confirmado a AS que la decisión será tomada con calma y en función de lo que sea mejor para su futuro. Si bien el jugador tuvo ofertas dentro de Sudamérica, la idea principal sería dar el salto a Europa este mismo verano. Según manifestó el presidente de Defensor, la cláusula de Boselli está situada en seis millones de euros, toda una ganga para un jugador llamado a marcar una época. De una familia con un historial muy marcado dentro de diversas disciplinas deportivas, su padre, Pablo Boselli, es el CEO de la agencia GBG Global Business Group, empresa que en su momento llevó a jugadores de la talla de Mathías Olivera o Santiago Bueno, por lo que su próximo paso está en muy buenas manos.

Una familia con pedigrí en el deporte

Hay personas cuyo destino está ligado al deporte. El de Sebastián Boselli no dista en absoluto de muchos de los que alguna vez fueron ídolos de masas. El pedigrí dentro de la familia Boselli es notable, comenzando por sus progenitores quienes inculcaron los valores del deporte a los más pequeños del clan. Y es que dos de sus tres hermanos también han logrado ganarse la vida como deportistas profesionales. El mayor de los cuatro, Juan Martín Boselli, exjugador de Peñarol, se desempeña como extremo izquierdo en el club La Luz de la Primera División uruguaya, Por su parte, Juan Manuel Boselli, de 23 años, acaba de terminar su primera temporada en el Gil Vicente de la Liga NOS portuguesa, anotando dos goles en la Conference League esta temporada.

Su padre, Pablo Boselli, fue un destacado jugador de pádel profesional, logrando representar a Uruguay hasta en cinco mundiales, siendo considerado por muchos como el mejor deportista de la categoría en la historia del país. Su madre, Erika Graf, fue una nadadora olímpica que logró representar a una nación de apenas tres millones de personas en unos Juego Olímpicos (Atalanta 96) además de levantar hasta en dos ocasiones el Charrúa de Oro a mejor deportista uruguayo. Dice el dicho que “de tal palo tal astilla”, pero a veces la realidad supera a las palabras.