Santos duda de Neymar
El Santos medita en ampliar la estadía del crack en el Vila Belmiro. Su rendimiento en el campo no ha tenido tanta influencia como fuera de él. Semanas clave.
Revés, y posiblemente mortal, al futuro de Neymar (Mogi das Cruzes, Estado de São Paulo, Brasil; 1992). Según pudo saber AS, la renovación del astro se encuentra en punto muerto. El Santos se juega la permanencia en la élite brasileña y no piensa en otra cosa que certificar su estadía. Una vez se consiga, recién se retomarán los contactos. Una negociación que apunta a ser un quebradero de cabeza.
Porque la vuelta de Neymar no ha sido todo lo exitosa que se esperaba. Si bien en el plano extradeportivo la marca del extremo ha supuesto una inyección económica importante en términos de contratos de patrocinios, en el plano deportivo es “casi una ruina”. Se ha perdido un total de 25 partidos en todo el 2025, el 54% de los disputados por el Peixe.
Otro punto que ha traído más de un quebradero de cabeza es su salario. Con un sueldo de casi 700 mil euros mensuales, además de una deuda de poco más de 13 millones hasta finales de año, según avanzó Globo, la economía del Santos está rozando el límite de la intervención. En el departamento económico hacen cábalas para intentar cuadrar las cuentas porque, a pesar del crecimiento de su economía en lo que va de año, la diferencia entre ingresos y gastos no para de aumentar.
Es por ello que la cuestión es casi clara: si el Santos continúa en la Serie A, la continuidad de Neymar estará casi asegurada. Será necesario realizar algunos recortes o vender algunos activos, con el ojo puesta en la cantera. Mantener a Ney es prácticamente una cuestión de estado que se resolverá, a más tardar, antes de acabar el año.
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No habrá casi problemas en las negociaciones. La relación entre el club y el jugador, representado por la empresa NR Sports, es excelente. Sin ir más lejos, el brasileño acaba de comprar la marca Pelé con el beneplácito del propio Peixe. Se entiende que continuar una temporada más en el Vila Belmiro, especialmente si es en la élite, allanará el camino para volver con Brasil y disputar su último Mundial, el de 2026. Un win-win con el que Ney quiere dar su último baile.
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