Rodrygo, el goleador silencioso
El Rayo alcanzó la decena anotadora en un curso por primera vez en su carrera. Goles, en muchos casos, de importancia capital para el Real Madrid. Sin estridencias, no para de crecer.
Los goles de Rodrygo no aparecen, normalmente, por casualidad, sino por necesidad. Sin estridencias, Rodrygo sigue sumando tantos determinantes con el Madrid. No siempre pertenecen al baúl de las gestas, como ante Chelsea o Manchester City el curso pasado en Champions; como el reciente tanto al Cacereño que salvó a un equipo embarrado en el Príncipe Felipe; como el eslalon frente al Atleti que articuló la remontada copera en el derbi. A veces, son goles como el anotado en Rabat, de los que permiten dejar de contener la respiración. Con el Al Ahly topándose con Lunin y la mala puntería en su búsqueda desesperada del empate y el Madrid enfurruñado, hasta el punto de no lograr matar el encuentro desde el punto de penalti (Modric), fue Rodrygo el que selló el triunfo en el descuento. Una vez más, fue capital.
No fue un tanto más, además, sino el décimo de la temporada. Cifra especial. Primera vez como profesional que la alcanza... y con cuatro meses por delante para seguir sumando. Sin hacer ruido, ya es el tercer máximo goleador del Real Madrid (tras Vinicius y Benzema: 14 y 13). Aprovechando las ausencias de Karim, Rodrygo no sólo ha ido rascando minutos, sino también importancia; convirtiendo esas apariciones hasta ahora esporádicas, en rendimiento habitual. ¿El mejor ejemplo? La semifinal del Mundialito.
Frente al Al Ahly, el equipo blanco se aferró a la sociedad Vinicius-Rodrygo para alborotar. El gol fue la guinda que redondeó el encuentro del de Osasco. Ya había rozado el tanto con una jugada de fantasía, un regate en una baldosa, tras robar él mismo el balón, que terminó con su vaselina en la cepa del poste. Poco antes había habilitado a Vini en un tanto que se le escapó al ‘20′ por centímetros. El 0-2 de Valverde llegó tras no embocar Rodrygo un mano a mano precedido por un control estupendo a mejor envío de Modric. Fue el jugador que más remató (6), el segundo que más pases completó en el último tercio del campo (22, por los 25 de Modric) y lideró, junto a Camavinga y Vinicius, al Madrid en regates completados (4). El MVP fue para Vini, pero Rodrygo, tanto numéricamente como en intangibles, fue el MVP silencioso.
Reubicación oportuna
Sin Benzema, el ‘nueve’ de guardia es Rodrygo. Y con Karim, Ancelotti ha llegado a reconocer que se replantea el 4-2-3-1, donde el ‘21′ puede aparecer como mediapunta. Sea como fuere, este año se está viendo a un Rodrygo más centrado, posicionalmente hablando, y al protagonista le gusta. “Soy el mismo Rodrygo, juegue en banda o de delantero centro. Yo únicamente intento mostrar mi mejor versión. Pero, es verdad, prefiero por dentro, como diez, pero como nueve también me gusta, porque puedo combinar con los medios que llegan. Disfruto de esta función”. Tras ayudar en el pase a la final del Mundial de Clubes, el brasileño dejaba claro que, si puede elegir, prefiere convertir al ‘Rodrygo extremo’ en parte del pasado. Una reubicación oportuna.
Si bien tiene velocidad y regate, Rodrygo es un molde diferente a Vinicius. Menos explosivo e insistente en el desborde, más asociativo y clarividente en la decisión final. Más Benzema. Rodrygo se maneja con soltura entre líneas, donde, como él mismo explicó, puede mezclar con el resto, pero también genera para sí mismo. Su salida para ambos perfiles, pues a pesar de ser diestro puede chutar con soltura con la zurda, se lo permite. Se encuentra más cómodo como diez, pero puede hacer las veces de nueve. Y no falso, ya que entiende la posición gracias a su buena comprensión del desmarque y capacidad de remate (su primer gran día fue un hat-trick perfecto al Galatasaray en Champions: marcó con la derecha, la izquierda y de cabeza).
Estos diferentes registros, sumados al don de la oportunidad sin el cual no habría Decimocuarta y el Madrid no seguiría vivo en la presente Copa, están haciendo crecer a Rodrygo, que ya acumula más de un tercio de sus goles en el Madrid en esta media temporada (10 de 28). En el limbo del jugador número 12, impulsado eso sí por los problemas físicos de Benzema, el paulista es el sexto jugador más utilizado por Ancelotti (2.043′). Casi sin hacer ruido, Rodrygo se ha vuelto más titular que muchos titulares.