Paulo Fonseca: “No renunciaré a mi estilo ni contra el PSG”
El técnico portugués, actualmente en el Lille, atiende a Diario AS en la víspera de su visita al Parque de los Príncipes para medirse a los parisinos.
Paulo Fonseca (5 de marzo de 1973, Maputo, Mozambique) se ha convertido en uno de los mejores entrenadores de la Ligue 1. El portugués, de 49 años, ha implantado en el Lille un estilo ofensivo, aguerrido y que mira a la cara a todos los equipos sin importarle su situación en la clasificación. El técnico de los dogos atiende en exclusiva a Diario AS en la víspera de su visita al Parque de los Príncipes, asegurando que no va a renunciar a su estilo ni aunque tenga al PSG enfrente.
¿Qué es para usted el juego de posición?
Para mí es casi una obsesión. No se trata solo de tener la posesión del balón. Es detentar el esférico para dominar. Para ser ofensivos y, sobre todo, para generar ocasiones. Y también para defender mejor. Porque siempre digo que la mejor manera de defender es teniendo la pelota. Así que estoy obsesionado con atesorar la posesión y dominar los partidos, algo que es fundamental.
Nosotros, los periodistas, solemos hablar de un sistema de juego para atacar, como por ejemplo un 4-2-3-1. ¿Qué diferencia ve entre un sistema de juego y la ocupación de espacios? Decía Pochettino que el sistema era una foto inerte, que lo importante era la posición en la que el jugador recibe.
Creo que los sistemas son una referencia inicial. Para mí no es lo más importante. Para mí, lo más importante es el juego de posición y las posiciones en el campo de los jugadores. Y hoy, para hacer un gran juego de posición, son importantes los cambios de sistema en medio del partido. Te daré un ejemplo. Yo divido el campo en tres zonas: fase 1, fase 2 y fase 3. Podemos construir en la fase 1 con cuatro jugadores y después con tres en la fase 2. Para mí, la ocupación de los espacios es mucho mejor que el sistema en sí. Porque el sistema cambia constantemente en el juego.
¿No cree que el fútbol se ha robotizado? Ahora vemos a muchos entrenadores decirle a un jugador que se coloque en una zona, espere y espere el balón ahí. Se ha perdido, quizá, la libertad y el talento para que un futbolista regatee.
Creo que lo ideal es que hagamos saber a los jugadores cuándo pueden sacar a relucir su talento. Si tengo un gran regateador, tengo que proporcionarle las condiciones para que desarrolle ese talento, esas situaciones de uno contra uno en determinadas zonas del campo. Ahora bien, no puedo decirle a un regateador que en nuestra segunda fase, en el medio, haga del regate su mejor arma. Ese regateador tiene que entenderlo. En mis equipos, tienen libertad para hacerlo y aprovechamos al máximo esas situaciones, pero en la última fase siempre. Creo que lo que tenemos que desarrollar en el juego son las condiciones para que estos jugadores tengan iniciativa individual. Ahora bien, no creo que el juego deba ser una anarquía. Hay que poner a prueba ese talento en condiciones ideales. El juego hoy es cada vez más difícil. Cada vez hay menos espacios. Los equipos defienden cada vez mejor. Y por eso se ve cada vez menos iniciativa individual. Pero creo que hay espacio para ello. Y en mis equipos intento fomentar ese talento individual y esa libertad para que, en determinadas zonas del campo, puedan desarrollarse.
¿Entonces en la fase 2 (centro del campo) un jugador no puede regatear?
El talento no es regatear. El talento también es esto. Tengo un lateral que se desenvuelve muy bien bajo presión. Vienen a presionar y él puede salir regateando. Eso también es talento. Y jugamos con esas cosas. Esto también es libertad. No vamos al lateral y le decimos: ‘no regatees’. No. Si tiene esa habilidad para salir de la presión... Esto también es libertad. Eso también es talento. Lo que pasa es que hoy en día hay mucho debate al respecto. Que los jugadores no tienen libertad. Puedo entenderlo. Creo que cada vez hay más libertad. Hay diferentes maneras de desarrollar ese talento. Ese talento está cada vez más al servicio de las estructuras. Las fases del juego. Creo que esto es importante. Si tengo aquí, por ejemplo, a André Gomes, que es un jugador que actúa bien bajo presión. Que sale de ellas, gira sobre ellas... ¿Por qué no? Es la libertad del juego y de los jugadores. Ahora, en lo que creo cada vez menos es en el formateo. Lo que llamamos en portugués: automatización. Es decir: “la pelota está aquí y usted tiene que hacer esto”. No. Él tiene que hacerlo dependiendo del juego. Dependiendo de si hay presión o no. No creo en la automatización.
¿Cree que un entrenador debe adaptarse al estilo de una liga o tiene que ir con sus ideas por delante? Intuyo que los jugadores y la plantilla influye para ello.
Creo que es mitad y mitad. Hoy en día se utiliza mucho como excusa. Es decir: “No puedo hacer mi juego porque no tengo jugadores para ello. No puedo jugar desde atrás porque no tengo jugadores para ello”. Es la forma más sencilla de no asumir riesgos. Creo que los jugadores siempre pueden mejorar. Ahora tiene que haber una conexión en el equipo y los jugadores que permita que eso ocurra. Cuando llegué aquí teníamos un jugador... Vi muchos partidos del Lille. Cuando llegué aquí teníamos un jugador, Benjamin André, que no jugaba. Prácticamente no jugaba. Era el mejor mediocentro defensivo de la Ligue 1. Podría venir aquí y decir: ‘No podemos jugar porque los centrocampistas no quieren la pelota’. Esa es la salida fácil. O creemos en nuestras ideas e intentamos que los jugadores las desarrollen, o no creo que podamos tener éxito. Llegar a un equipo y decir: “No puedo jugar porque no tengo jugadores para ello”. Pero ¿en qué creemos? Para mí es impensable llegar a un equipo y no salir a jugar al fútbol.
Usted ha hecho debutar a un gran número de jóvenes en los últimos años. En el Lille, por ejemplo, son importantes Chevalier, Baleba o Yoro. ¿Qué importancia le da a la cantera dentro de la estructura de un club?
Creo que es muy importante, aunque para mí los jugadores no tienen edad, sino rendimiento. Para mí no importa si tienen 16 años, como Yoro cuando empezó, o José Fonte, que tiene 39 años. Francia es un país para jugadores jóvenes. De hecho creo que ahora en el último mercado, esta última temporada, Francia fue la que más jugadores exportó a Inglaterra. Y eso habla bien del talento que hay aquí. Todos los equipos tienen jugadores jóvenes, buenos jugadores, que surgen constantemente. Creo que tiene que ver con la escuela francesa. Aquí, lo ideal es que tengamos 15, 16 jugadores y luego tengamos algunos buenos futbolistas jóvenes procedentes de la cantera, para que podamos, con equilibrio, trabajar sobre ellos. Este año, nuestra plantilla es tan corta y debido a los problemas que también tuvimos, casi tuvimos que poner a estos jugadores para que rindieran. Pero juegan porque es evidente que tienen talento. Yoro no es normal. Con 16 años ya es un jugador maduro. No es normal. Carlos Baleba también lo es. Lucas Chevalier no tuvo un año en la Ligue 1. El propio lateral derecho Bafode Diakité no tuvo un año en la primera división. Era casi una necesidad. Pero obviamente porque tienen valor. Ahora me gusta trabajar con los jóvenes. Están abiertos a escuchar y están abiertos a aprender. Tienen una ambición muy grande y nosotros aquí hemos tenido la suerte de que los jóvenes que tenemos con nosotros son jugadores que quieren desarrollarse, quieren aparecer. Obviamente, eso es bueno para nosotros.
Llega el PSG. Será con Mbappé. No sé si ha visto los partidos ante el Marsella, Bayern o Mónaco. Les ganaron con marcajes individuales. ¿Cree que es posible ganarles presionándoles muy arriba?
Somos un equipo que siempre presiona alto. Nunca dejamos de hacerlo contra ningún equipo y la pregunta es la misma que me hice en el primer partido. Tenemos que ser valientes. Siempre les digo a mis jugadores que tenemos que ser valientes, tenemos que robar el balón arriba. Nos jugamos nuestra forma de jugar y la pregunta que me hago es: “¿Merece la pena que renunciemos a lo que somos para jugar contra el PSG?”. La probabilidad de perder sigue siendo enorme. ¿Y qué queremos para el partido? Ser el mismo equipo que hemos sido. Si no, los jugadores también dejarán de creer en mí. No voy a renunciar a mi estilo de juego. Soy plenamente consciente de ese riesgo, como lo fui en el primer partido. Perdimos 7-1. Pero éramos el mismo equipo. Contra el PSG disparamos 16 veces. Tuvimos creo que un 50% de posesión y perdimos 7-1. Pero confieso que he tenido derrotas en mi vida -nunca había perdido 7-1- que me han costado mucho más que la derrota contra el PSG. Porque no jugamos mal. Llegué al final del partido y me fui a casa disgustado, obviamente, pero completamente tranquilo porque el equipo había desarrollado nuestro juego. Creo que ese partido fue decisivo para nosotros porque vieron que es posible jugar así contra cualquier equipo. La verdad es que estos partidos también pueden ser diferentes por el lado positivo. Esto puede aportar mucha confianza a los jugadores. También la puede quitar, es cierto. Pero, afortunadamente, creo que nuestro equipo ganó mucha confianza con el partido que jugamos contra el PSG y sabemos que vamos a presionar. Y es muy difícil presionar a Verratti, a Marquinhos, porque ellos mismos salen de la presión. ¿Qué se supone que debo hacer, defender, algo que nunca hemos hecho? No pienso hacerlo.
¿Qué tan importante son las vigilancias ofensivas contra jugadores como Mbappé, Messi y Neymar cuando su equipo ataca?
Son muy importantes. Es algo en lo que trabajamos mucho. Primero porque somos un equipo que juega mucho tiempo asentado en campo rival. Así que esta preparación de los jugadores que no participan directamente en ataque, esta preparación para el momento en que perdamos el balón, es determinante. Y ahora, por ejemplo, con el PSG. Más complicado es si no nos preparamos bien para cuando perdamos la pelota. Porque tienes a Mbappé, Neymar y Messi. Que siempre están preparados para recibir el balón y contragolpear. Y a veces de manera individual. Si no intentas anticiparte a ese momento, es muy complicado. El portero también tiene que estar preparado para eso. El otro día, por ejemplo, estaba viendo el PSG-Bayern. Y el Bayern preparó ese momento hombre a hombre. 3 para 3 más el centrocampista un poco adelantado, pero 3 para 3 contra los delanteros. El 90% de los partidos preparas 3 para 2 o 3 para 1. Ahora contra el PSG son 3 jugadores que no defienden y están esperando el momento en que el equipo gane el balón. Si no preparas al equipo para ese momento, es difícil. Por ejemplo, he dado a los jugadores dos días y medio de descanso (la entrevista se hizo el miércoles). Hoy ha sido nuestro primer entrenamiento y ya hemos empezado a prepararnos.
Decía Guardiola que existen los espacios indefendibles entre el central y el lateral. ¿Le da usted importancia a ello?
Es casi obligatorio ocuparlos. La cuestión es que siempre queremos atacar la línea defensiva con 5 jugadores. Y el espacio entre el central y el lateral es crucial para mí. No sólo en la creación de líneas de pase, sino también en la apertura de otros espacios. Y en nuestro equipo es casi obligatorio que eso ocurra. Especialmente cuando el balón llega al pasillo interior. Porque tenemos una línea de cinco jugadores de ataque. Con una línea de cinco, es más fácil. Aunque la usé en la Roma, tenía que ver con las características de los jugadores. Creo que cuando jugamos con línea de 5, que es más fácil defender esas zonas indefendibles, eso nos quita capacidad para presionar arriba, por supuesto. Y sinceramente no me gusta. ¿Cómo lo hago? Depende de las zonas del campo. Pero casi siempre es con el central cubriendo ese espacio. Si tenemos línea de 4, el balón llega, por ejemplo, a lateral rival y queremos que el central cubra por detrás esa zona para evitar la ruptura. Pero el peligro está en la zona central. Pero si nos anticipamos por fuera, ya no se genera un espacio por dentro para la ruptura en dicha zona. Y para mí es importante. Si presionamos arriba, esta distancia es corta y se acorta a medida que nos acercamos a la portería. Y cuando el central sale, nuestro centrocampista tiene que tapar esa zona indefendible para evitar la ruptura, que nos hace daño.
¿Se ve entrenando a un grande a corto plazo?
No lo sé. Sinceramente, no lo sé. Confieso que en el pasado pensaba mucho en ello. Hoy no pienso tanto. Para mí hay una cosa importante: ver sobre el terreno de juego aquello en lo que creo. Creo que, cada vez más, en los grandes equipos, donde los jugadores son más grandes que los entrenadores, es difícil que suceda. Y ser feliz, eso es importante. Los entrenadores no tienen mucha felicidad. Y eso para mí es lo más importante. Tener placer. Ir a un equipo grande, donde es difícil poner en práctica mis ideas, no tengo esa obsesión. Hay entrenadores que van a grandes equipos y triunfan. Como Guardiola. Pero él es único. Mourinho también. Pero es un juego totalmente diferente. Klopp, Tuchel. Tuchel, por ejemplo, no triunfó en el PSG y se va al Chelsea y es campeón de Europa. Para dar ese paso a un equipo grande hay que pensarlo muy bien. Es entender si tenemos las condiciones para hacer nuestro juego. Desde el momento en que estamos seguros de que va a ser difícil, creo que es preferible no ir.
¿Qué opina de Cristiano Ronaldo? ¿Cree que todavía le queda cuerda para ser importante en la selección portuguesa?
No sé qué pasará con Roberto Martínez, no sé cuáles son sus planes respecto a Cristiano Ronaldo. Creo que Cristiano seguirá en la Seleção. Tal vez sin la misma preponderancia que tuvo en el pasado. Que ya tiene la edad que tiene. Y todos nos damos cuenta de que no es el mismo Cristiano en el Real Madrid, por ejemplo. Hay una cosa que es incuestionable: Cristiano ha llevado a nuestra selección a un nivel muy alto. Eso es incuestionable. Y todos los portugueses estamos muy agradecidos por todo lo que Cristiano Ronaldo ha hecho por nuestra selección. Pero no debemos olvidar que hoy Portugal tiene un grupo tan fuerte de jugadores y tantas opciones que no necesitamos depender de un solo jugador. Hoy en día tenemos tantos jugadores en los mejores equipos que Portugal no depende de un solo jugador como en el pasado con Cristiano Ronaldo. Y ahora tuvimos el ejemplo en el Mundial. Cristiano no jugó y la selección jugó bien. Lo que quiero decir es que dependíamos demasiado de un solo jugador. Y hoy, con los jugadores que tenemos, esa dependencia no es tan grande.