Oxígeno para Reinier
El brasileño resultó crucial, con el gol del empate del Frosinone, ante el Genoa. Brotes verde tras haber perdido fuelle por una lesión.
El Frosinone lo necesitaba. Ante un Genoa que camina cómodo en mitad de tabla, los de Di Francesco se encontraban en desventaja. Hasta que desenfundó Reinier. Seis minutos después de que Gudmondsson descorchase el duelo. Tras un arranque fulgurante, el de Brasilia había perdido preponderancia. Una lesión muscular trastabilló su progresión en el cambio de año. Cinco partidos de ausencia, 22 días fuera. Con el consiguiente período de recuperación de ritmo. Su último gol databa del 2 de noviembre, en Copa ante el Torino. Su última asistencia, del 29 de octubre. Enlazó siete titularidades consecutivas en la Serie A hasta el traspié físico. Desde entonces, cuatro en 12 jornadas. Y otros cuatro encuentros sin salir del banquillo. Pero contra el Genoa ha tomado aire. Con un encuentro de MVP, más allá del tanto del definitivo empate.
Oxígeno cuando más lo necesitaba, para afrontar este rush final con garantías renovadas. La confianza de Di Francesco ha sido fundamental en esta lucha por el renacimiento. Lo fue cuando llegó tarde al equipo por haber esperado hasta la bocina del mercado para aterriza. Lo ha sido ahora que el camino se tornó más enrevesado. En una doble mediapunta junto a Matías Soulé, otro joven talento (Argentina, 20 años), brilló. Se siente cómodo en el esquema con libertad del técnico de los canarini. Frente al equipo genovés, las puntuaciones de la Gazzetta dello Sport le igualaron con Gudmundsson, el goleador local, como el MVP del duelo. Y el portal estadístico SofaScore puntuó su actuación con un 7,5, el mejor de su equipo y sólo superado, ligeramente, por el internacional islandés (7,7). Un trampolín propio y colectivo. Los del río Sacco marchan antepenúltimos, limitando el descenso. Con seis equipos separados por tres puntos y luchando por esquivar esa 18ª posición, la importancia de sumar fuera de casa se explica sola. Tras el partido, llevó su alegría a redes. Por su partido y el cumple de papá Mauro, a quien dedicó su día redondo.
Ya son tres goles y dos asistencias. Cada 189 minutos, participa en el festejo del Frosinone. Las actuaciones de Reinier siempre coquetean con los extremos. Pocos grises por su contexto. Por los 30 millones de euros desembolsados por el Madrid. Por apenas haber disputado tres partidos de blanco... y con el Castilla (con dos goles y una asistencia en apenas 223′). Por no haber encontrado en sus cesiones el impulso necesario y esperado. Especialmente en Dortmund, con 741 minutos en dos temporadas. En Girona fueron las lesiones la rémora que impidieron pasar de 620′ a final de curso. Pero algo convenció a Míchel, pues a punto estuvo de renovarse el préstamo. Brotes verdes que se confirmaron en Frosinone y, tras unos meses de arenas movedizas, germinan de nuevo. Su horizonte, más allá de decisiones, es blanco. Hasta 2026 tiene contrato y no se cierra la puerta. “Llevo tres años fuera, pero sigo teniendo en mi mente jugar en el Madrid. Es mi sueño y creo en mi oportunidad si sigo trabajando”, asumió, con confianza, en entrevista con AS.
Con mucho amigo en Chamartín
Partidos como el del Luigi Ferraris son la mejor llave para abrirse el futuro. De blanco o con cualquier otra elástica. Desde Chamartín no le quitan ojo. El contacto con Rodrygo y Vinicius es constante, con los partidos a la Play como lazo irrompible. “Vini es muy bueno, me gana la mayoría de las veces”, confesaba, entre risas, a este periódico. Allí tiene también a otro buen amigo, un Jude Bellingham con quien hizo buena migas en su etapa en Dortmund. Y también están muy pendientes desde otros estamentos. Fue una apuesta fuerte de Juni Calafat, el Chief Scout de Florentino y arquitecto del plan renove del Real Madrid (Valverde, Vinicius, Rodrygo, Camavinga, Tchouameni, Bellingham... Todos llevan, de una u otra forma, la firma de Juni). Reinier es consciente de que tiene muchos ojos encima y no baja los brazos. En Génova ha cogido aire cuando más lo necesitaba.