“Mi madre me dio la vida y yo se la extendí”

El pasado mes de marzo Robert Perić-Komšić se enfrentaba a una decisión difícil, pero tenía claro su propósito, “mi misión era clara, curar a mi madre. Todo lo demás era menos importante o completamente sin importancia”. El joven futbolista se sometió a una cirugía, donde le extirparon el 70% del hígado, que posteriormente fue trasplantado a su madre Ljiljana.

Según cuenta el propio Robert, su madre lleva enferma 13 años y ha pasado un auténtico calvario, hasta en tres ocasiones su cuerpo rechazó el trasplante de un donante. Posteriormente, su hermano y su marido serían los donantes, pero tras encontrar varias incompatibilidades, tampoco se pudo llevar a cabo la operación. Llegados a este punto Robert no dudó, dejó el fútbol y se marchó a Estambul para ayudar a su madre.

Ahora meses después, Ljiljana sigue con su tratamiento de medicación y Robert comenta estar en perfectas condiciones para volver a disputar un partido de fútbol: “todos mis hallazgos son normales, el hígado se regeneró casi por completo dos meses después de la cirugía”. Además resta importancia a un gesto que salvó la vida de su madre, “huyendo de alguna historia de heroísmo, hice lo que creía que haría cualquier persona que creció en una familia funcional. Mi madre me dio la vida y yo se la extendí.”

El atacante bosnio juega en el Cibalia, un modesto club de segunda división croata. En el país balcánico ha desarrollado la mayor parte de su carrera, pero en 2018 pasó por la cantera del Deportivo Alavés, experiencia que duraría media campaña. Ahora, totalmente recuperado y tras haberle salvado la vida a su madre está listo para afrontar una nueva temporada, “me siento muy bien, estoy lleno de motivación, estoy de mejor humor que nunca. Lo que me pasó me fortaleció y realmente siento que estoy listo para grandes cosas. Podría jugar los primeros minutos el próximo fin de semana”, concluía Robert.