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FRANCIA

Mbappé, una gestión en duda

Luis Enrique le ha dosificado y el delantero está afectado de todo el ruido generado por su marcha en el mes de junio.

París (Francia)
Mbappé y Luis Enrique se saludan tras un encuentro.

El 14 de febrero, en la ciudad deportiva del Paris Saint Germain, en Poissy, Kylian Mbappé se reunió con Nasser Al Khelaïfi para comunicarle que se marchaba a final de temporada. Dos días después, tras vencer 2-0 a la Real Sociedad en la ida de los octavos de final de la Champions League, el conjunto parisino confirmaba extraoficialmente su salida, aunque los términos debían acordarse en los próximos meses.

Aquel anuncio, esperado por Qatar debido a las continuas negativas del delantero para sentarse a negociar su ampliación de contrato, cambió por completo el status del jugador en el PSG. Luis Enrique comenzó a dosificarle en los partidos de la Ligue 1, justificando su decisión para que “el equipo se acostumbre a jugar sin él”. De los últimos siete partidos en el campeonato doméstico, el capitán de la selección francesa ha disputado los 90 en tan solo uno, el 17 de marzo en Montpellier, una situación que ha menguado completamente su rendimiento en otras competiciones, como la Champions.

Mbappé fue uno de los grandes señalados de la derrota del PSG contra el Barcelona el miércoles. Se le achaca que no tirara del carro, que estuviera poco participativo y que apenas conectara con sus compañeros. En los últimos seis partidos que ha disputado el crack de Bondy, apenas ha marcado un gol, en las semifinales de Copa ante el Rennes, números que, evidentemente, denotan un bajón de rendimiento preocupante.

Todo el ruido generado por su marcha, unido a la ‘tensión’ con Luis Enrique, han lastrado a Mbappé, desconectado de los partidos y con un rol que no se imaginaba a comienzos de temporada, pese a ser apartado de la gira por Japón en julio debido a su negativa a renovar. Luis Enrique le trata como uno más, no como una estrella, después de que se confirmara su salida en junio. Frente al Barcelona, de hecho, el PSG no le buscó continuamente, en una evidencia de que el equipo, a diferencia de años anteriores, o incluso meses, ya no juega para potenciarle.

La última vez que Mbappé fue tan poco prolífico de cara a gol se produjo en 2021, cuando, entre septiembre y octubre, tal y como destaca L’Équipe, anotó, como ahora, un gol en seis partidos. El martes, en Montjuïc, el delantero tiene la última oportunidad para acercar a la Champions al PSG, título que se le resiste desde que fichó en 2017 y con el que podría poner punto y final a un ciclo jamás visto antes en otro jugador que vistió los colores del conjunto de la capital francesa.

Mbappé no ha sido ajeno a todo el tumulto provocado por su anuncio en febrero a Al Khelaïfi, además de que Luis Enrique ha variado su estructura ofensiva, incidiendo menos en la banda izquierda, que es donde suele colocarse el exjugador del Mónaco. Su liderazgo y su estatus de estrella están en tela de juicio, pero el PSG es consciente de que la remontada el próximo martes, contra el Barcelona, pasará por sus botas, no por otras, incapaces de marcar las diferencias como lo viene haciendo desde hace siete años.

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