Mbappé, ahora o nunca

En mayo de 2019, subido a un atril tras recibir el premio a mejor jugador de la Ligue 1, Kylian Mbappé aseguraba que “quizá era el momento de tener más responsabilidades, ya sea en París o en otro equipo”. A partir de ese momento, el PSG se dio cuenta de que renovarle, hacerle buque insignia del proyecto y convertirle en el mejor jugador del mundo, era obligación. Cuatro años después, con varias eliminaciones en Champions, incluida una final perdida contra el Bayern en 2020, y una renovación astronómica, en mayo de 2022, el delantero tiene una oportunidad de oro, esta noche en Dortmund, a las 21:00 horas, para erigirse como el salvador de un equipo que no termina de carburar en la máxima competición europea.

Al Khelaïfi, también Qatar, han intentado todo para dotarle al capitán de la selección francesa de un ecosistema que le ofreciera garantías para seguir en el PSG. Desde fichar a Messi, hasta rodearle de jugadores que trabajaran para potenciarle. Ninguna de estas fórmulas funcionó y el último proyecto cincelado por la dirección deportiva, más centrado en fichar a jóvenes que en aglutinar a varias estrellas mundiales en la plantilla, puede sufrir en Dortmund un batacazo inédito con los dirigentes qataríes, caer eliminado por primera vez en la fase de grupos de la Copa de Europa.

Es el momento en el que Mbappé debe dar un paso al frente. Es la oportunidad de oro para el crack de Bondy de demostrar que es uno de los mejores jugadores del mundo. Es, por supuesto, un partido que puede poner patas arriba su renovación. Aunque en Francia se rumorea que su ampliación de contrato, en caso de producirse, no está supeditada al rendimiento en Champions, una prematura eliminación podría suscitar grandes dudas en el jugador de que el proyecto es garante de éxito en los próximos años.

Mbappé se ha convertido en una de las principales razones por las que el PSG sigue vivo en la Champions. Su rendimiento fuera de casa, no obstante, no ha sido, ni por asomo, similar al que ha mostrado en el Parque de los Príncipes. Los tres tantos que ha anotado el exjugador del Mónaco han sido todos en casa, dos de penalti, ante Dortmund y Newcastle, y un fantástico gol contra el Milan. Lejos de París, sin embargo, no vio portería en San Siro y St James’s Park, en dos encuentros en los que estuvo desaparecido y en los que se puso en tela de juicio su liderazgo.

El PSG podría caer eliminado esta noche si empata o pierde. Una victoria, por su parte, certificaría su pase a octavos como líder de grupo. Luis Enrique, cuyo futuro, en principio, no depende del partido de esta noche, deberá encontrar la fórmula para que Mbappé se sienta cómodo. En los últimos tres partidos, incluido el de Newcastle, el técnico asturiano le ha colocado de referencia, una posición en la que ha mostrado un rendimiento irregular y en la que no goza de la misma libertad que cuando actúa en la banda izquierda.

La baja de Dembélé, su mejor socio en París, condiciona todavía más la final del PSG en Dortmund. Si algo ha demostrado Mbappé en los últimos años es a ser decisivo sin importarle el contexto del partido, por lo que su ausencia, aunque sea capital, no debería interferir en sus ganas de intentar acercar a los parisinos a los octavos de la Champions. Su contrato expira en junio y, aunque no habrá un apresuramiento por renovarle, Al Khelaïfi es consciente de que una debacle esta noche puede condicionar las negociaciones para renovarle, que se dirimirán el próximo año en las altas esferas del club.

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