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NÁPOLES

Mazzarri, al borde del despido ante el Barça

De Laurentiis medita cambiar de entrenador por segunda vez si los azzurri caen de mala manera contra los azulgrana.

Milan (Italy), 11/02/2024.- Napoli'Äôs coach Walter Mazzarri reacts during the Italian Serie A soccer match between AC Milan and Napoli at Giuseppe Meazza stadium in Milan, Italy, 11 February 2024. (Italia) EFE/EPA/MATTEO BAZZI
MATTEO BAZZIEFE

El Nápoles-Barça podría ser el último encuentro de la segunda aventura napolitana de Walter Mazzarri. De Laurentiis medita despedirle en caso de derrota con los azulgrana y valora los perfiles de Marco Giampaolo y Francesco Calzona, actual seleccionador de Eslovaquia.

El técnico llegó en noviembre para sustituir a Rudi Garcia, que pagó la relación complicada con la plantilla, con el club (apartó a Sinatti, preparador físico del scudetto) y con el mismo presidente, que llegó a afirmar que debió “haberlo despedido en el día de su presentación”. El máximo mandatario sureño, tras reunirse con Tudor, optó por llamar a su viejo conocido, que le había prometido haber “estudiado el trabajo de Spalletti”. La realidad fue muy distinta: el Nápoles nunca peleó por defender su scudetto, salió de la Copa italiana con un humillante 0-4 ante el Frosinone, perdió la Supercopa y se aleja cada vez más del cuarto puesto.

En 17 encuentros oficiales, Mazzarri cosechó apenas seis victorias, con tres empates y ocho derrotas. En la Serie A, suma cinco partidos consecutivos sin marcar goles lejos del Maradona (algo que en el club azzurro no pasaba desde 1979) y sufre dificultades enormes en ambas fases. A la hora de atacar, el plan del Nápoles se puede resumir con un “balón a Kvaratskhelia, y a rezar”. Todo gira en torno al talento del georgiano, único capaz de darle imprevisibilidad a una circulación de balón a menudo estéril y sin brillo. Atrás, las cosas van incluso peor. En los últimos 17 encuentros, el Nápoles encajó 24 goles y solo tuvo algo de solidez cuando Mazzarri propuso su sello, la defensa de tres, con un catenaccio muy criticado. Fue efectivo contra la Fiorentina en la semifinal de la Supercopa, pero no evitó la derrota contra el Inter en la final (0-1, aunque jugando casi toda la segunda parte con diez). Después, solo valió un gris empate a cero con la Lazio y otro encuentro perdido por la mínima con el Milan.

Ante el Barça, eso sí, el italiano podrá volver a contar con su mejor arma, Osimhen, disponible tras su larga aventura en la Copa de África: las esperanzas del Nápoles pasarán por su puntería y por la clase de Kvara. Además de la clasificación a cuartos de Champions (sería apenas su segunda vez), el equipo azzurro sigue en juego para un sitio en el Mundial de clubes: con tres victorias, se lo quitaría a la Juve. Es complicado, pero Mazzarri aún tiene un camino para salvar su banquillo y hacer historia.

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