Máxima tensión en París

La tensión en París se ha acrecentado en las últimas horas con motivo del encuentro que medirá a la selección francesa el jueves, en el Stade France, contra Israel. Después de los episodios violentos acontecidos la semana pasada en Ámsterdam, en el que aficionados del Maccabi de Tel-Aviv fueron agredidos por retirar banderas de Palestina y por, entre otros motivos, no respetar el minuto de silencio por las victimas de la DANA, el ejecutivo de Emmanuel Macron teme que se repitan actos similares debido al contexto geopolítico que entraña el partido.

Se había barruntado en las semanas previas que el encuentro podría deslocalizarse a otra ciudad y a otro estadio para evitar aglomeraciones que pudieran entorpecer el desarrollo normal del partido. Sin embargo, el prefecto de París, la semana pasada, ratificó que se mantenía en el Stade France, aduciendo que no podían recular contra la opinión pública francesa, muy crítica con el Ejecutivo debido a su apoyo a Israel en el conflicto con Palestina.

Entre las muchas medidas que ha adoptado el Elíseo, una de ellas es la prohibición de exhibir banderas de Palestina. La semana pasada, en el PSG-Atlético, los ultras parisinos mostraron una pancarta pidiendo la libertad del país de Oriente Medio, suscitando grandes críticas por parte de los políticos. Toda bandera en apoyo a Palestina acarreará una sanción y será inmediatamente retirada por la policía.

A ello hay que añadir que las autoridades israelíes han recomendado a sus compatriotas no ir al partido, temiendo que sean asaltados por hinchas franceses. El odio hacia Israel en el país galo se ha acrecentado en los últimos meses y muchos han considerado absurdo la disputa del encuentro. Emmanuel Macron, presidente de la República, acudirá al Stade France, estimando casi un acto diplomático el hecho de ver en directo a la selección francesa frente a Israel.

Mientras que Bélgica deslocalizó su partido de la Nations a Hungría, para evitar desbordamientos, Francia ha mantenido el Stade France como sede para albergarlo. El prefecto de París ya ha confirmado que hasta 27 grupos distintos de policía se desplazarán a Saint-Denis para velar por la seguridad, en lo que supone el mayor despliegue para un evento deportivo desde los Juegos Olímpicos en agosto.

Prueba del descontento que concita que el partido se haya mantenido en Francia, un grupo de 40 personas asaltaron la semana pasada la sede de la Federación Francesa de Fútbol, en pleno corazón de París, exhibiendo pancartas para la liberación de Palestina. La asociación, que recibe el nombre de “Stop Genocidio”, ya ha anunciado acciones no violentas para exigir al Ejecutivo la anulación del encuentro.

Cien aficionados israelíes, aproximadamente, se desplazarán a Saint-Denis para apoyar a la selección israelí en su partido contra Francia. Irán, en todo momento, acompañados de las fuerzas de seguridad, con el objetivo de evitar un linchamiento por parte de franceses y de, también, asociaciones que proclaman la libertad de Palestina. La prioridad de la gendarmería francesa, en los aledaños del Stade France, será eludir a los más radicales. Aun así, el prefecto de París ya ha confirmado que las medidas de seguridad, incluso lejos del estadio, serán extremas, mediante dos anillos de seguridad en los que se requerirá el documento de identidad.

La prensa tampoco es ajena a los controles. El Sindicato de Periodistas exigió la semana pasada a todos los periodistas su documento de identidad y su pasaporte para acreditarse a la contienda. El acceso a la tribuna de prensa, normalmente por la puerta ‘U’ del recinto, se realizará por uno de los parking subterráneos, en otra medida inaudita por parte del gobierno de Macron para apuntalar la seguridad.

El presidente de la Federación Francesa de Fútbol, Philippe Diallo, se adhirió a la posición adoptada por el gobierno y confirmó que el partido se jugará en el Stade France a pesar de “las amenazas” que sufrió el órgano federativo en las últimas horas. El partido, en el que Francia es más que favorita para certificar su pase a la segunda fase de la Nations League, ha pasado a un segundo plano y ahora mismo la única prioridad es que no se produzcan incidentes ni ningún acto de violencia.

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