La mejor cantera de América: “No envidiamos a ningún club europeo”

Algo está pasando en Ecuador para que todo el planeta fútbol haya girado su mirada hacia esas latitudes. El boom de talento joven que está viviendo el país sudamericano hace que cada vez sea más normal escuchar cómo muchos grandes de Europa apuestan por jóvenes promesas procedentes de un fútbol que está exportando talento a la altura de las clásicas canteras brasileñas o argentinas. Y, al escarbar en la causa de este auge, todos los caminos llevan a un club que ya es considerado como una de las grandes minas de talento mundial: Independiente del Valle.

“Como dice el lema de la entidad, se trata de un club diferente”, coinciden dos españoles, Andoni Bombín (director de cantera) y Arkaitz Mota (jefe de ojeadores), a los que la gerencia del equipo ha confiado la joya de su proyecto, las categorías formativas de las que han surgido nombres como Moisés Caicedo (el multimillonario fichaje del Chelsea), Piero Hincapié (el central del Leverkusen de Xabi Alonso), Willian Pacho (otro central, del Eintracht, que ha llamado la atención de varios grandes), Kendry Páez (firmado por el Chelsea), Justin Lerma (reciente fichaje del Dortmund)... Futbolistas que tienen en común haber pasado por los equipos inferiores de este club procedente de la ciudad de Sangolquí, lo que lleva a preguntarse: ¿qué tiene de especial Independiente del Valle?

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“Es un club que tiene entre sus objetivos intentar transformar la sociedad ecuatoriana a través del fútbol”, explica a AS Andoni Bombín, que llegó a Ecuador procedente de Lezama, el famoso vivero del Athletic. “Es una entidad en el que el trabajo prioriza la formación del individuo, del futbolista... por encima de lo colectivo. Pero esa formación no está reñida con los títulos y éxitos del club”, explica. Porque si Independiente del Valle tiene sus orígenes en 1958, en 2007 vivió una refundación en el que se sentaron las bases de lo que es hoy, el principal exportador de futbolistas a Europa, la base de la selección ecuatoriana, con unas asombrosas instalaciones coronadas por su ciudad deportiva ‘Valle de los Sueños’ y, por el camino, ha logrado convertirse uno de los clubes más potentes del país, capaz de ganar en los últimos años una Liga (2021), una Copa (2022), una Supercopa (2023), dos Copas Sudamericanas (2019 y 2022), una Recopa (2023) y alcanzar una final de Libertadores (2016) tras eliminar por el camino a River y Boca.

Todo, mientras sus categorías inferiores (el filial también es entrenado por otro español, Javier Rabanal) engrosan las vitrinas año a año, en las que brilla de forma especial la Libertadores Sub-20 de 2020, en un equipo en el que figuraban Caicedo, Hincapié... Una cantera, tanto masculina como en una categoría femenina que cada vez tiene más peso (Dragonas es su marca), que vuelve a estar de actualidad por “proyectos de estrellas mundiales” como Kendry Páez, un talento de 17 años que deslumbra en la Libertadores y que se marchará al Chelsea cuando sea mayor de edad, o Justin Lerma, un interior por el que el Borussia de Dortmund ha pagado nueve millones de euros por su futura incorporación, a pesar de que aún tiene 16 años. “Y no sólo tienen talento, sino que han sido preparados desde un punto de vista táctico-físico para que se adapten al fútbol europeo. Y también de una forma emocional, cultural, de idiomas, que sepan expresarse en ruedas de prensa... No les formamos sólo para el fútbol profesional, sino para que puedan dar el salto a Europa con las máximas garantías profesionales y humanas”, explica Arkaitz, que se vio seducido por el proyecto ecuatoriano después de haber trabajado para canteras como las de Real Madrid, Barça, la Academia Aspire africana...

Él es el encargado de dirigir “el proceso de captación”, en muchos casos procedentes de entidades con acuerdos con Independiente o licencia del propio club. En total, más de 100 clubes y escuelas de jugadores y jugadoras, más otras sesiones puntuales de scouting, del que se seleccionan a jóvenes talentos para seguir su formación. El club cuenta además con centros en Quito, Santo Domingo, Guayaquil, Esmeraldas e Ibarra. Jóvenes que tienen como meta entrar en la residencia del club. “Se incorporan chicos desde los 12 años y siguen planes totalmente estructurados en el que se incluyen entrenamientos matinales, preparación académica por la tarde en las propias instalaciones. El sistema gira 360 grados alrededor del jugador. Y todo, con el apoyo de un Departamento de Desarrollo humano con un equipo de psicólogos, tutores... para ayudar a sortear cualquier problema que les impida rendir en el plano académico y deportivo. Se le da al joven las herramientas para desarrollarse socialmente, no sólo en el fútbol”, apunta Andoni.

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“Creo que esa es la clave para el boom que estamos viviendo, la preparación para el futuro...”, destaca Arkaitz. Una explosión que tanto él como Andoni están dando continuidad, pero cuyo germen está en todos los técnicos que pusieron en marcha el ‘método Independiente’, en el que siempre “los técnicos españoles han tenido influencia, con nombres que han pasado por el club como Roberto Olabe o Miguel Ángel Ramírez, entre otros, este mérito es buena parte de ellos”, se apresuran a destacar. Una forma de trabajar que también lleva impreso el que todos los equipos de la categoría sigan el mismo modelo que se aplica hasta el primer equipo, como explica Andoni: “Ese es el hilo conductor en todos los equipos. Modelo no es lo mismo que sistema de juego, no es que todos deban jugar 4-3-3. Sino que, adecuando el sistema al talento de los jugadores, en todos los equipos exista la misma filosofía: ser dominadores, crear muchas situaciones de peligro, ejercer presión alta, que el pase sea nuestra principal herramienta...”, aclara.

Un proceso que ha tenido como resultado convertir a esta escuela en, para muchos, la mejor cantera de América. “Con toda la humildad, por trabajo, organización, metodología... esta cantera no tiene nada que envidiar a la de ningún club europeo”, destacan. Y los frutos no sólo le llegan al club en forma de éxitos, sino también de jugosos traspasos (en muchos, se aseguran un porcentaje en futuras ventas) para un proyecto cuyos lazos han llegado al fútbol español, ya que están presentes en el Numancia de Soria. Y que también está repercutiendo a la selección nacional. En el Mundial de Qatar aportaron 10 jugadores formados en su estructura, y trabajan con la federación de forma coordinada para aportarle mimbres a una Ecuador que todos apuntan como la nueva selección emergente del continente. Porque, como Andoni y Arkaitz coinciden, en Ecuador “hay muchísimo talento”. Y ellos forman parte de un proceso que intenta que esos jóvenes cuenten con las herramientas para cumplir sus sueños. En el fútbol... y en la vida.

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