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SiriaSIR
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Finalizado

COPA ASIA (OCTAVOS) | IRÁN 1 (5)-SIRIA 1 (3)

La maldición Cúper

Siria tuvo contra las cuerdas a Irán, pero sucumbió en los penaltis. Al técnico argentino le persigue su gafe en los grandes momentos. La expulsión de Taremi casi dilapida las opciones iranís.

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Héctor Cúper.
Héctor Cúper.THAIER AL-SUDANIREUTERS

Siria tenía todo a favor para dar el sorpresón ante Irán, pero en lugar de seguir haciendo historia, Héctor Cúper alargó su leyenda negra con una derrota de las que hacen daño. Una eliminación ante Irán que entraba en los planes, pero el transcurrir del choque le puso los cuartos de final a Siria al alcance de las manos y cuando tenía todo de cara se le escurrió entre los dedos. En los penaltis. El maldito fútbol en su estado puro.

El estigma de Cúper siempre fue el del ‘técnico de las finales perdidas’. ¡Hasta seis! desperdició el bueno de Cúper: dos Champions con el Valencia; una Recopa y una Copa del Rey con el Mallorca; una Copa griega con el Aris de Salónica y una Copa de África con Egipto. Nunca tuvo la suerte a favor. Hoy tampoco. Un gafe que se diluye con logros como el de clasificar a equipos modestos y, en teoría, cenicientas a esos momentos reservados para los más grandes. Sin embargo, cuando tenía todo a favor: una prórroga por delante y con un jugador más, no pudo derribar la férrea defensa de Irán. Acabó besando la lona decepcionado, aletargado e impasible. Si Cúper no tiene un monumento, ya es hora de empezar a hacerlo. Se lo merece, pese a las derrotas.

Expulsión de Taremi.
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Expulsión de Taremi. MOLLY DARLINGTONREUTERS

Nunca antes la selección de Siria había llegado tan lejos en un torneo hasta que aterrizó Cúper en su banquillo. Y este miércoles tuvo muy cerca lo impensable. Siria, la selección número 91º del ranking FIFA, se quedó a un penalti de eliminar contra todo pronóstico a Irán (la 21º en el mismo ranking) y una de las grandes favoritas al triunfo final en la Copa de Asia. Y eso que le tocó remontar a Siria, una primera hazaña ya que los iranís son expertos en sacar petróleo del unocerismo. Mehdi Taremi, el delantero del Oporto, al que le caen los goles y que curiosamente nunca está entre los grandes nombres del panorama europeo pese a sus grandes números, adelantó a Irán desde los once metros. Hace tiempo que merece Taremi una gran oportunidad en una de las grandes ligas y parece que llegará este verano (suena para el Inter Milan). Es el único capaz de mirar a la cara a la leyenda de Irán Ali Daei. Vive y sufre tanto su selección que una disputa estúpida con el delantero rival acabó con su expulsión en el minuto 90 por doble cartulina amarilla. Una roja de la que a buen seguro se acordará toda su vida ya que a punto estuvo de ser fatídica para Irán. Sus goles han dado tanto que un pequeño error le pudo condicionar la carrera.

El espíritu de Cúper es infinito para reiventarse. El VAR apareció de nuevo para señalar pena máxima a favor de Siria. Khribin, con una envidiable templanza, no falló e hizo añicos el plan A de Irán. Siria se fue a por el partido, pero desnudó sus limitaciones. Hay cosas que ni la mano de Cúper puede arreglar. Tampoco pudo hacer mucho el maestro argentino en la fatídica tanda de penaltis. Para Irán era un mal menor. Para Siria, una quimera imposible antes del choque y una decepción absoluta tras unos sublimes 120 minutos. El azar tuvo su última palabra y le cayó cruz a Cúper, como otras tantas veces. Sueño roto el de Siria y el de Cúper. Esa maldición...