Mundial Sub-17

La dura historia de Juan Covilla: del asesinato de su padre al Mundial Sub-17

El joven portero ha vivido todo lo vivible en los últimos dos años, incluyendo el asesinato de su padre, la firma de su primer contrato y el llamado de la Selección Colombia.

Juan Covilla, portero de la Selección Colombia Sub-17
Diego Gomes
Actualizado a

Decía Eleanor Roosevelt que “el futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños”. A veces el trayecto para alcanzar estos sueños se antoja complicado, pero mientras más empinada la subida mejores historias quedan por contar. Desde muy joven, Juan Covilla se ha convertido en testimonio de resiliencia; a sus 17 años, el guardameta ha tenido que sortear enormes obstáculos, ya no solo a nivel deportivo, sino personal. Hoy, entre los 21 prometedores colombianos que luchan en el Mundial Sub-17 de Catar, puede enorgullecerse del camino recorrido y del que queda por recorrer.

Covilla se crio en el futsal y no supo lo que era jugar fútbol 11 hasta los 13 años. Su sueño era ser profesional, pero durante su infancia en Tamalameque (norte de Colombia) se ha encontrado ya varias dificultades. “Yo no tenía equipo, no jugaba nunca liga ni torneo nacional, no sabía qué era eso. Yo jugaba con equipos de barrio, apostaba la gaseosa y todo eso. No habían canchas, todavía no habían construido un parque estadio. Nosotros mismos creábamos un campito con los palos de los árboles, cortábamos el césped con machetes y ahí hacíamos nosotros los arquitos“, cuenta el portero.

A los 14 supo lo que era formar parte de una academia, pero su vida cambiaría hace dos años a raíz de su mudanza a Ibagué. Su madre se había marchado antes al departamento del Tolima por trabajo y un tiempo después él siguió sus pasos. Apenas llegó a la ciudad buscó dónde jugar y así se contactó con el Unión Tolima, donde hizo las pruebas, fue aceptado y pudo jugar por primera vez en una liga. “El profesor vio mi talento y me aceptó. Yo no pagaba nada por estar en el equipo, él me ayudaba a mí. Si no tenía para los pasajes, también me ayudaba“, recuerda Covilla.

Yo soñaba con que mi papá me viera jugar el día que debutara como profesional"

Juan Covilla

Dos meses después de llegar a Ibagué, el destino le tenía preparado el mayor golpe de su corta vida: “Un día fui a la tienda, mi mamá me mandó a comprar una cosa, y yo presentí algo, presentí algo aquí en el corazón, no sé. Cuando llegué a la casa, mi mamá me dijo que habían matado a mi papá“. Lógicamente, fue una tristeza difícil de asimilar para un joven que acababa de perder a su referente. ”Yo quería que mi papá me viera jugar el día que debutara como profesional. A él no se le dio la oportunidad de llegar al fútbol profesional, yo soñaba con que me viera a mí, que yo sé que voy a llegar”.

Juan no paró pese a tan terrible episodio. Se propuso enorgullecer a su padre y que el 2025 marcara un antes y un después en su vida, y así ha sido. Un tiempo después lo llamó el Deportes Tolima, que decidió quedárselo después de probarse con los de vinotinto y oro, y desde entonces el crecimiento ha sido frenético. “Yo sabía jugar muy poco con los pies, me enredaba. En los entrenamientos de arquero no sabía muchos fundamentos, porque yo nunca tuve entrenamiento de arquero, nunca supe qué era eso. Lo mío solo era volar, volar y ya, eso para mí era fácil, pero el entrenamiento de arquero lo veía difícil, pues porque no sabía”, confiesa el costeño sobre todos los cambios que trajo su llegada al Tolima.

Yo no sabía muchos fundamentos, porque nunca tuve entrenamiento de arquero, nunca supe qué era eso"

Juan Covilla

Desde principios de 2025 empezó a trabajar habitualmente con el primer equipo -pese a seguir jugando con el Sub-20- y ahí se encontró con Breiner Castillo, exportero con una larga hoja de vida en el fútbol colombiano. A él le agradece gran parte de lo que es hoy: “Sabía que tenía que aprender muchas cosas, era una gran experiencia, porque el profe Castillo tiene mucha experiencia en esto, ha trabajado con arqueros de mucho nivel. Él me ayudó mucho en las cosas de técnica y todo eso. Técnica con los pies, técnica de caída, todo”.

La realidad es que la aparición de Juan Covilla ha sido tan repentina y de un crecimiento tan acelerado, que ni siquiera estuvo en los planes de la Selección para el Sudamericano Sub-17 del pasado mes de marzo. No fue hasta este año que la Tricolor se fijó en él, a raíz de un partido entre la Selección de Tolima y la de Bogotá; su actuación se robó la atención de un miembro del staff del combinado nacional que estaba presente en aquella cita y a partir de ahí empezaron los contactos. Recibió sus primeros llamados en los preparativos del Mundial y se aferró a esa oportunidad. “Hice mi primer microciclo en Barranquilla y me fue bien. Yo estaba seguro de que con la ayuda de Dios y de mi papá iba a quedar, siempre con la mentalidad de que sí podía. Me enfoqué en trabajar más duro, en no bajarle”.

Entre microciclo y microciclo se fue abriendo un hueco en la rotación de porteros. Viajó a una convocatoria en Bolivia y las sensaciones seguían siendo positivas, pero su gran momento llegó en Cúcuta, contra una Venezuela que ahora tiene todo de cara para clasificarse a los dieciseisavos de final de la Copa del Mundo. Fue titular contra el país vecino y sacó a relucir su capacidad en los penales, una de sus principales virtudes bajo los tres palos. “Desde ese partido empecé a salir en todas las páginas de Instagram, en Google y me subió la página de la Selección. Hasta empresarios... yo nunca tuve empresarios y desde entonces se han acercado muchos”. Fue después de ese partido, de hecho, que el Deportes Tolima le ofreció firmar su primer contrato.

Su trabajo fue merecedor de un pasaje a Doha: “Hubo otro microciclo que fue en Uruguay. A Uruguay viajaban 23 jugadores; después íbamos a concentrarnos en Barranquilla, y ahí de salían dos y ya quedaban los 21 convocados para el Mundial”. “A mí siempre me han dicho: ‘La humildad y la disciplina te llevará a hacer una gran persona’. Escuchar a los demás me ayuda a ser grande, por eso estoy aquí. Yo siempre he sido el mismo y eso me ha ayudado a crecer, a ser mejor como persona”, rescata Juan.

Noticias relacionadas

El Mundial no ha empezado de la mejor manera para una Colombia que quedó subcampeona en el Sudamericano y tiene grandes esperanzas depositadas en Catar; los dos empates en los dos primeros encuentros obligan a los jóvenes a llevarse el triunfo contra Corea del Norte para certificar su pase a dieciseisavos. Juan Covilla, que espera por su oportunidad como bajo el arco, se mantiene positivo: “Tenemos un equipo de locos, tenemos con qué salir campeones. Yo sé que con la ayuda de Dios lo vamos a lograr, aunque no hay que confiarnos ni nada. El rival que aparezca, a darla toda. Confío en todos los jugadores, en los profes, el cuerpo técnico. Y ojalá me den minutos para darla toda”.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí

Etiquetado en:
Comentarios
Normas

Rellene su nombre y apellidos para comentar

Te recomendamos en Internacional