La cuna de Zidane resurge
El AS Cannes, el primer equipo en el que militó la leyenda del Real Madrid, se clasificó a las semifinales de la Copa de Francia. Está en cuarta división.


La Copa de Francia guarda como un tesoro todas las historias que permiten a los equipos más modestos, con menor presupuesto y sin aspiraciones cada año desafiar a todos los gigantes del fútbol francés. Cada temporada, el torneo más antiguo del país galo protagoniza grandes epopeyas que hacen de esta competición, la única que se disputa en los cuatro continentes a nivel nacional, una de las más bonitas del mundo.
Este martes, el AS Cannes, un histórico del fútbol francés, catapultado en los años noventa como una cantera extraordinaria, acogiendo a los talentos más prolíficos del Hexágono, se clasificó a las semifinales de la Copa de Francia después de barrer por 3-1 al Guingamp. Entre ambos clubes había dos categorías de diferencia, pero el conjunto rojiblanco, en un ejercicio de pundonor encomiable, borró del mapa al conjunto bretón, alcanzando la penúltima instancia del torneo copero por primera vez desde 1992.

Precisamente en aquella época, el Cannes, actualmente en la cuarta división del fútbol francés, después de décadas de absoluto sufrimiento, zarandeado por sus continuas deudas, fue la cuna de varios jugadores que, a la postre, se convertirían en estrellas. El epítome fue, sin duda, Zinedine Zidane. Nacido en Marsella, el que es considerado el mejor jugador de todos los tiempos de la selección francesa, con permiso de Platini, se mudó pronto a esta fastuosa ciudad, revestida de lujos y conocida, actualmente, no antes, por su acaudalado festival de cine.
En 1991, Zidane debutó con el Cannes. Central de formación, tal y como confirman varios de sus excompañeros en las inferiores, su exquisito dominio de la técnica, su facilidad para regatear, su clase, su elegancia y su talento le convirtieron en un centrocampista que irrumpió con fuerza en la liga francesa. Otro joven mediocentro, Patrick Vieira, conocido por ser un auténtico ciclón en la Premier League, pieza capital del Arsenal de los invencibles, también germinó sus primeras semillas en Cannes. Micoud, Luis Fernandez o incluso Faubert, que tuvo un paso efímero por el Real Madrid, fueron otros de los jugadores que vistieron la indumentaria rojiblanca años después. De hecho, como curiosidad, Faubert fue el primer jugador que llevó el ‘10′ de la selección francesa tras la retirada de Zizou. Casi nada.
El Cannes, que congregaba cada fin de semana a un sinfín de ojeadores, anonadados por su fábrica de jóvenes talentos, fue paulatinamente descendiendo a los infiernos. Las continuas crisis económicas que padeció le quitaron poder en el sur de Francia. El Marsella de Tapie, por ejemplo, copó todo el protagonismo en los años 90 y el Burdeos, que rivalizaba con su vecino, fichó a Zidane por 450.000 euros. Desde 1992 no conseguía el histórico club francés alcanzar las semifinales de Francia, una quimera para una entidad que sigue siendo recordada como la que catapultó a Zidane a la élite. A la inversa de la leyenda del Real Madrid, el mito Jan Köller, espigadísimo delantero que se hizo célebre por sus más de 2 metros de altura, se retiró en 2011 vistiendo los colores del club, en tercera división francesa, marcando 20 goles en 46 encuentros.
Tras varios lustros, décadas incluso, sumido en el ostracismo, en 2023, Dan Friekdin, propietario de la Roma, formalizó la adquisición del Cannes. El club entraba en una nueva dimensión. En tiempo récord, ascendió a la cuarta división del fútbol francés y, en verano, con un presupuesto de 5 millones de euros, muy por encima del resto de la categoría, remodeló de arriba a abajo la plantilla. Fichó, por ejemplo, al veteranísimo Cheick Ndoye, de 38 años, un jugador que había ascendido al Angers a la Ligue 1 y lo había guiado a una final de la Copa de Francia.
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En el banquillo, a Damien Ott le confirieron las riendas del proyecto. Fan de Gasperini, el técnico ha revolucionado el fútbol modesto francés, emulando a la Atalanta, presionando en marcajes individuales y atacando en tromba cada vez que roba el balón. Su triunfo por 3-1 al Guingamp es la evidencia de que no renuncia a su estilo, kamikaze, bajo ningún concepto. Y, en ataque, Domingues, que se retiró con 17 años del fútbol, cuya explosión fu más que tardía, rival de Mbappé en 2016 cuando se enfrentó en cuarta división al filial del Mónaco, ha pulverizado todos los registros en la Copa de Francia, marcando 10 goles en 6 partidos, incluido una obra de arte de chilena en los octavos de final. El Cannes está de vuelta y Zizou lo celebra.
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