ECUADOR | JOE ARMAS
Joe Armas, de trabajar como albañil a ascender a primera división
El entrenador de 27 años ascendió a la máxima categoría de Ecuador con el Imbabura. A los 17 años viajó a Europa para formarse siguiendo de cerca a equipos como el Real Madrid o Ajax.
El fútbol deja historias preciosas, una de ellas la ha protagonizado Joe Armas. Él es un entrenador de 27 años y acaba de hacer historia en Ecuador. Joe Armas ascendió este viernes a la primera división con el Imbabura tras imponerse 4-0 a Macará en la final de la Serie B. Su historia hasta llegar a este momento es sencillamente espectacular.
Joe Armas jugó en categoría juvenil en Deportivo Quito y Liga de Quito, pero no tuvo éxito y buscó la manera de seguir ligado al fútbol de primer nivel. A los 17 años destacó en la carrera de dirección técnica y administración deportiva y decidió viajar a España para mejorar sus conocimientos.
Para poder mantenerse económicamente, Armas tuvo que trabajar como albañil. En su trabajo conoció al que hoy en día es su asistente. No lo tenía sencillo, ya que tenía que realizar jornadas muy largas, pero aprovechó muy bien su tiempo libre. Pudo comprobar de cerca la forma de trabajar del Real Madrid, Athletic Club y Leganés. También se desplazó hasta Países Bajos para aprender de Ajax, PSV Eindhoven y AZ Alkmaar en Países Bajos.
De vuelta a casa para triunfar
En el año 2021 volvió a Ecuador, su país natal. Tras enviar a más de 300 equipos su currículum, explicando incluso que aceptaba no cobrar, fue contratado por Imbabura SC, que por aquel entonces militaba en la tercera división de Ecuador. En su primera temporada ascendió al club a la Serie B, segunda división del país.
En su siguiente temporada, alcanzó los Cuartos de la Copa Ecuador, venciendo a Liga de Quito, uno de los equipos más potentes del país. Bajo sus órdenes, Kevin Rodríguez alcanzó un nivel sobresaliente, llegando incluso a viajar al Mundial de Qatar. El delantero juega actualmente en el Union Saint-Gilloise de Bélgica.
Ahora ha terminado de consagrarse al ascender a la Serie A a Imbabura doce años después. Joe Armas rompió a llorar nada más finalizar el encuentro, había su sueño, llegar a la élite de su país. Posteriormente, quiso felicitar a todos sus jugadores: “Primero quiero darle las gracias a Dios, porque hemos tenido fe en cada día, en cada entrenamiento, en cada partido. Quiero también agradecerle a las personas más importantes que son los muchachos... Sin los jugadores todo esto no sería posible. El agradecimiento a todo el equipo de trabajo, porque este es un logro de todos, no de una sola persona”.
Esta historia, que parece más el modo carrera de un videojuego que la pura realidad, demuestra que el fútbol es un deporte que ofrece oportunidades y que hasta la persona más humilde con trabajo y con sacrificio puede lograr su propósito.
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