Guardiola roza la tragedia

Una vez más de manera agónica, sufriendo y teniendo que ir a contracorriente. Pep Guardiola respiró de alivio después de que su equipo superara la quinta ronda de la FA Cup. En un enfrentamiento contra el Plymouth que volvió a ver a su equipo perder, como contra el Leyton Orient, pero que acabó con una gran celebración después de dar la vuelta a otra situación complicada (3-1).

Nuevo rival pero misma metodología la que esperó al Manchester City. Esta vez en el Etihad Stadium y contra el Plymouth Argyle (que ya dio la sorpresa contra el Liverpool), el equipo de Pep Guardiola tuvo que responder a otro enfrentamiento de paciencia, precisión y tranquilidad. El conjunto sky blue tuvo un primer tiempo en el que controló casi todo, porque el balón parado se convirtió en un punto débil de los locales para que el Plymouth encontrara una vía de peligro.

El equipo de Championship, como ya hizo el Leyton Orient, se adelantó en el marcador tras un saque de esquina. Con las jugadas a balón parado siendo su mayor baza, el ucraniano Talovierov remató un centro de cabeza para hacer saltar el plan de los citizens por los aires y poner el primer gol del partido. A pesar de que el Manchester City vivió en un mar de ocasiones a favor (Gündogan mandó una pelota al palo y De Bruyne casi marca un gran disparo cruzado), esperó a los últimos minutos antes del descanso para que el canterano O’Reilly, también a balón parado, salvara los muebles antes del pitido del árbitro.

El segundo tiempo supuso un pulso entre Manchester City y Plymouth. El equipo visitante cedió al completo la posesión de la pelota y basó todos sus esfuerzos en defender. Los de Pep Guardiola, en un monólogo a través de las bandas, acumuló sus esfuerzos ofensivos en los centros laterales. Ocasión tras ocasión el juego se sucedió con los de Championship viéndose cada vez más encerrados, pero con el paso de los minutos yendo a su favor.

No obstante, O’Reilly comprimió sus esfuerzos para aprovechar las pocas ocasiones que encontró en el área rival. El canterano del Manchester City, como si hubiera marcado este partido en su calendario, hizo el segundo gol de su equipo. El tanto local cayó como un jarro de agua fría en el Plymouth, que a pesar de tratar de irse hacia arriba en los minutos finales no encontró la portería de Ortega en ningún momento. Con ese escenario favorable Kevin De Bruyne sentenció una eliminatoria que prometió de inicio... Pero que no tuvo el mismo destino que para el Liverpool.

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