Grietas internas en el PSG

El viaje de Messi a Arabia Saudí ha sacudido el ecosistema del PSG. Un entorno de trabajo que ya estaba al borde del colapso y que tras la sanción de dos semanas de empleo y sueldo a Messi está más tocado que nunca. Los hechos que han ido sucediendo desde agosto no han hecho más que descomponer todo.

En los días más cruciales del mercado de fichajes, Luis Campos tuvo su primera ‘disputa’ interna con el PSG. El portugués había alcanzado distintos acuerdos en materia de incorporaciones y salidas, pero Antero Henríque, clave en la renovación de Mbappé y hombre de confianza de Al Khelaïfi, colocado en el club para efectuar las ventas, no agilizó las operaciones hasta prácticamente los últimos días del mercado estival.

Henrique dejó el PSG ante el enfado de Campos, justo antes de iniciarse una temporada para olvidar en la capital francesa. El PSG está fuera de la Champions, fuera de la Copa y el título de la Ligue 1, que debería ser un mero trámite, se ha puesto en entredicho después de que el Marsella se acerque a cinco puntos del conjunto dirigido por Christophe Galtier. Y ahora el asunto Messi...

Ampliar

Internamente, ya existen distintas grietas dentro del club. La primera de ellas es, por supuesto, la poca compenetración entre la plantilla y el entrenador. Desde hace meses, concretamente desde la eliminación ante el Bayern, los futbolistas han bajado los brazos. La mayor evidencia es que en mayo el PSG ha sufrido nueve derrotas entre todas las competiciones, cinco más que en todo el 2022.

Según L’Équipe, Campos y Galtier ya no tienen la misma armonía que a comienzos de temporada. Episodios como el de Mónaco, en el que el director deportivo bajó, enfurecido, a achacar el rendimiento a los jugadores, o el de Lille, en el que el portugués se sentó en el banquillo al lado del entrenador, en una imagen inédita en otros clubes, han debilitado la relación entre ambas partes. Aun así, Galtier ha repetido sistemáticamente que se siente “legitimado” para entrenar al club durante la próxima temporada y que habla continuamente con Campos para mejorar la plantilla.

El luso, fichado por su cercanía a Mbappé durante su etapa en el Mónaco, tampoco mantiene una relación fluida con Al KhelaÏfi. El episodio de Henríque mermó la confianza de ambos, pero las decisiones deportivas también han dinamitado los últimos meses en los despachos. Como, por ejemplo, la elección del entrenador. Al Khelaïfi abogó por Motta y Zidane en verano de 2022, pero Campos, desde el primer día que aterrizó en París, escogió a Galtier. Eso ha provocado que Qatar pueda quitarle poderes al portugués, siendo el Estado el que tenga la última palabra en el próximo técnico del PSG y no el consejero deportivo, cuyo deseo es traer a Mourinho.

La descomposición del proyecto del PSG es total y el club intentará, en última instancia, formar un proyecto deportivo ambicioso para evitar una posible prematura salida de Mbappé. Cualquier decisión será supervisada con lupa por el internacional francés, al que le resta un año de contrato y solo él puede ejecutar unilateralmente la opción del año suplementario que dispone desde que se materializara su ampliación de contrato en mayo del año pasado.