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INGLATERRA | HAVERTZ

“Fui el más caro del Chelsea... ¡se creen que eres Messi!”

El atacante alemán Kai Havertz habla en ‘The Guardian’ sobre la temporada actual del Chelsea, su llegada a Londres, la presión por el precio de fichaje y la percepción que se tiene de los futbolistas.

Londres (Inglaterra)
“Fui el más caro del Chelsea... ¡se creen que eres Messi!”
Robin JonesGetty

Sus celebraciones de gol siguen sin ser nada desmedidas, pero lo importante es que Kai Havertz vuelve a tener motivos por los que celebrar. El delantero alemán del Chelsea se marchó al parón de selecciones en uno de sus mejores momentos de la temporada como jugador Blue. Tras un largo período de sequía goleadora, en la que los resultados del equipo tampoco acompañaron, Kai Havertz encadenó tres partidos consecutivos marcando. Uno en Champions League y dos en Premier League. Sin embargo, los goles no lo son todo en el fútbol del atacante del cuadro londinense, y es por eso que, tal y como reconoció en una profunda entrevista con el diario británico The Guardian, “nadie puede decir que no doy el 100%”.

La 2022/2023 está siendo una temporada complicada en Stamford Bridge. Con muchos cambios. La presidencia, el banquillo, la propia plantilla. Tantos hechos que hasta el propio jugador germano se pregunta ‘¿qué está pasando?’: “Como jugador, no notas tanto el cambio de propietario, pero tenemos un nuevo equipo, nuevo entrenador, nuevo personal. Un vestuario completamente nuevo, con muchas personalidades. Tienes que adaptarte, crear una relación. Jugué con Jorginho durante dos años y medio, se cambiaba a mi lado. Me encantaba estar con él y luego... Me llama una tarde (Jorginho) y me dice: ‘Me voy’. Yo estaba como: ‘¿Pero qué...? ¿Cómo es posible? Así de rápido cambian las cosas. Es algo humano. Hay que aceptarlo, es fútbol. Es mi sexto año como profesional y mi séptimo entrenador: en Alemania tuve cuatro o cinco y son tres en el Chelsea. Desde el verano han llegado una docena de jugadores; no es fácil. Enzo (Fernández) y (Mykhailo) Mudryk han venido por mucho dinero y sólo tienen (22 años) No se puede esperar que sean Neymar de inmediato. Es como yo: lleva tiempo”.

Los fichajes del centrocampista argentino y el extremo ucraniano dispararon los gastos del Chelsea durante el pasado mercado invernal de traspasos. Mientras que el vigente campeón del mundo se convirtió, por 120 millones de euros, en el fichaje más caro en la historia del club, los 100 millones de euros que pagaron los Blues por el ex del Shakhtar Donetsk, variables incluidas, elevaron la inversión de los londinenses por encima de los 600 millones de euros. De esta manera, Enzo Fernández y Mykhailo Mudryk superaban al propio Kai Havertz en la lista de traspasos más elevados en la historia del Chelsea. “Para mí el precio fue algo importante. Fui el jugador más caro del Chelsea. No entiendo cómo se paga tanto dinero, pero es normal en el fútbol: mira nuestros últimos fichajes. Eso conlleva presión porque la gente piensa que eres Messi. Yo aún tenía 20 ó 21 años. La gente no ve eso, ve el precio, así que tienes que ser grande desde el primer día. Puedes sentirlo, la tensión. Lo lees, lo oyes”, reconoce el futbolista alemán. En torno a 70 millones de libras pagaron los Blues por él en la primera temporada del COVID, y su rendimiento inmediato, como es de imaginar por sus palabras, no fue el esperado: “Los primeros seis meses no fueron tan buenos. Quizá los aficionados te abuchean. Sientes las cámaras sobre ti y yo no me he criado así”.

Un futbolista diferente

Lo cierto es que la entrevista concedida por Kai Havertz a The Guardian denota que el alemán es un jugador diferente. Con unos valores que, en cierto modo, pueden llegar a chocar con la burbuja que implica el mundo del fútbol: “No quiero estar en medio, con todo el mundo mirando. Al principio fue una locura. En Leverkusen la gente también miraba, pero si le sumas el precio de aquí... Lo sentí (la presión), obviamente. Es un proceso. Cuando tenía 17, 18, 19 años, el fútbol controlaba mi vida. Si tenía un mal partido, pasaba una semana en la que... No sé. Cuando eres joven, lees lo que dice la gente y piensas: a lo mejor tienen razón, a lo mejor eres idiota y eres una basura en el fútbol. En cierto modo te lo crees”.

Según Kai Havertz, “hay una imagen de los futbolistas, todo de lujo y diamantes y esto y lo otro. He conocido a jugadores que gastan tanto en cosas que piensas: ‘¿Por qué haces esto?’. Hay jugadores a los que no les importa, pero a otros sí. He conocido a personajes diferentes. Toni Kroos es uno de ellos: tranquilo, con los pies en la tierra, no le importan las cosas llamativas. Sabe que la vida no es sólo fútbol. N’Golo Kanté es otro. Tiene el mismo teléfono desde hace 10 años, no le importan los coches ni la ropa. No se puede juzgar a la gente por los gastos. Si eso les hace felices, me da igual. Puede que en el fondo también sean buenas personas, sólo quieren parecer guays. A veces quizá sea una especie de protección”. Y es que, tal y como cuenta el alemán en esta entrevista, él mismo fue uno de esos jugadores que quiso parecer o sentirse guay cuando era más joven comprándose una mochila de lujo: “Era blanca con dorado, llamativa, pero pensé: ‘Yo no soy así’. No podía tomármelo en serio. Lo hablé con mis padres. Si cambiaba me decían: ‘Kai, no eres tú, déjalo ya’”. Para el jugador del Chelsea, “tal vez actuaba demasiado guay”.

La experiencias personales también forjan al futbolista y su capacidad para afrontar los momentos difíciles sobre el terreno de juego. Al igual que el precio de su fichaje fue un condicionante, las rachas goleadoras y bajones de rendimiento pueden generar incertidumbre y dudas en la confianza del jugador. Es por eso que “tienes que ser estable”. Kai Havertz cree que “si juegas mal, eso no te convierte en la peor persona del mundo y los subidones no son reales. Todo va muy rápido: los últimos meses son un buen ejemplo. Todo el mundo está enfadado conmigo porque no marco, juego fatal, esto es malo, aquello es malo, tienen que venderme. Ahora marco y todo el mundo dice que soy el mejor jugador. La gente me quiere ahora, pero puede que dentro de dos semanas vuelvan a odiarme. No importa lo bien que haya jugado, cuando llego a casa mi novia quiere que meta los platos en el lavavajillas”. El delantero del Chelsea bien sabe de lo que habla, ya que meses después de las críticas recibidas por el elevado coste de su fichaje y su dudoso rendimiento, fue un gol del propio Kai Havertz el que le dio al Chelsea la segunda Champions League de su historia. “Mi hermano y yo solíamos ver todos los partidos de la Champions League y sostener el trofeo con tu familia en el campo fue un gran alivio. He marcado este gol, puedo estar contento. He hecho realidad el sueño de mi infancia. Y la ambición sigue ahí. En la liga no somos muy buenos y lo sentimos por los aficionados, pero contra el Borussia Dortmund, el ambiente fue el mejor que he visto. Se siente la emoción. La Premier League es grande y ganarla puede ser aún más difícil, pero la Champions League es diferente. Oír ese himno, jugar de noche... Es especial”.

De Lampard a Potter pasando por Tuchel

Graham Potter es el tercer entrenador que ha tenido en el Chelsea desde que llegó a Stamford Bridge, y con cada uno de ellos, tal y como cuenta en la entrevista para The Guardian, ha vivido experiencias y etapas diferentes: “Frank Lampard me fichó, tuvimos buenas charlas y me ayudó a pesar de que no le iba bien, así que le estoy agradecido. Luego (Thomas) Tuchel me dio una idea diferente del fútbol. Cada detalle cuenta, cada centímetro, cómo tocas el balón, cómo controlas, por dónde pasas, con qué pie, el movimiento, la creación de espacios: él es simplemente de alto nivel. Llegar y ganar la Champions League en seis meses lo dice todo. ¿Graham Potter? Es muy bueno para el Chelsea, aunque reciba críticas. En el vestuario todo el mundo conoce sus cualidades. Me fastidiaba que la gente me preguntara esto. Puedo decir que no soy el típico número ‘9′”.

Kai Havertz ha pasado de levantar la Champions League a ver cómo el entrenador con el que ha disputado más partidos en su carrera hasta el momento era destituido, pero la conclusión es la misma: “Cuando pierdes, sigues de mal humor, pero he cambiado. Te desarrollas, maduras. Mi novia dejó toda su vida en Alemania para venir aquí. No quiero volver a casa y amargarle el día. Sientes la presión cada día en un gran club como este, pero cuando lancé el penalti contra el Borussia Dortmund hubo un momento en el que miré a la grada y pensé: ‘De niño soñaba con estar aquí’. Cuando tenía 10 años no podía imaginarme lanzando el penalti que metía al Chelsea en cuartos de final de la Champions League”. El alemán admite que estaba “nervioso”, pero incluso a pesar de las circunstancias –llevaba siete partidos sin ver portería y la pena máximo tuvo que repetirse después de que fallara el primer lanzamiento–, afirma que pudo “disfrutar del momento en lugar de sentir la presión. Y eso es lo más importante: recuerda que empezaste a jugar porque amas el fútbol. Todo el mundo debería tenerlo claro. Eso es lo más importante. El fútbol es una buena manera de hacer feliz a la gente, darles alegría, algo a lo que aferrarse, ayudar. Pero hay otras maneras. Y mirar siempre al fútbol 24 horas al día, 7 días a la semana no es sano”.