“Florentino vino y me dijo: ‘Te estoy vigilando...”
De ser una de las mayores promesas del mundo, ‘quererle’ Florentino Pérez para el Real Madrid y ser comparado con Neymar, a prácticamente la desaparición. Tras años de ‘silencio’, Hachim Mastour atiende a AS.


Hachim Mastour (Reggio Emilia, Italia, 1998) se consolidó como una de las mayores joyas del fútbol mundial en la segunda década de este siglo. Italiano, pero de orígenes marroquíes, fue fichado por el Milan a los 14 años procedente del equipo de su ciudad, envuelto en lo mediático a más no poder. Entre promesas no cumplidas, e intermediarios y agentes que se aprovecharon de su imagen, desapareció de un año a otro sin que ‘se supiera más de él’ hasta la fecha.
Ahora, a la edad de 27 años, y rodeado de un entorno que sí que le desea lo mejor, quiere volver a encontrarse con su juego en el Virtus Verona. Parece haber encontrado su zona de confort de la mano del entrenador ‘récord’ de Italia, Gigi Fresco, que ostenta 44 años en el banquillo de la ‘squadra’ transalpina, y en un proyecto que sin duda se ha situado entre los ‘pequeños grandes’ del panorama del ‘Calcio’.
Su historia, en AS. Complicaciones desde el Milan, un fichaje por el PSG frustrado con Al Khelaifi llamándole personalmente, la firma como Amateur en el Málaga que le imposibilitó jugar, Florentino Pérez confesándole que le había echado el ojo… Años y años de silencio que ‘se rompen’ atendiendo a AS.
Mastour comenzó jugando a los 4 años en su zona del país transalpino. Siempre destacó, siempre era el “diferente”. Todo bien hasta que aumentó el nivel, llegaron las cámaras, los comentarios de todos, el lidiar con la presión… Pero llegó el Milan a por él. Aunque antes…
¿Cómo te llama el Milan? ¿Cómo llegas en esta primera vez, de muy pequeño?
“Yo era un chico que jugaba en Reggio Emilia y a poco me fichó el Inter. Había un problema: siendo tan pequeño, no podía irme a vivir de una región a otra siendo menor de 14 años. Aun así yo iba a jugar torneos con el Inter y tal, pero no podía ser oficialmente jugador del Inter hasta que no cumpliera esa edad. Por lo tanto, de normal seguía jugando en este equipo de Reggio Emilia y en la temporada que tenía 13 años para cumplir 14, hago un año que me salgo. Entonces, vienen todos los equipos grandes de Italia, y también del exterior. Manchester City, Barcelona, Juve, Inter, Roma, Fiorentina… Y el proyecto que me convenció más fue el del Milan. Galliani mandó a personas a mi casa a ficharme. Me sentí parte de ese proyecto, imaginate, con 14 años, siendo parte del Milan…”
¿Qué te dijeron cuando fueron a ficharte? Para convencerte
“Me prometieron un proyecto técnico. Yo buscaba crecer como futbolista, a nivel futbolístico. Un crecimiento personal también, algo enfocado a crecer también ahí. Pero es algo que no estuvo bien hecho, no se hizo. Obviamente, cuando vinieron, me dijeron que no me fuera al Inter (risas)... Bueno, una serie de promesas pues que yo veía en ese momento perfecto para yo crecer. Era lo que yo buscaba. Vino un representante/agente específico, que se acercó a mí y a mi familia, Galliani, Mauro Bianchessi (director general del Milan)... Todos me querían en el Milan. Pero tema económico y esas cosas, poco podía saber yo con 14 años”.
¿Cuándo llegas al Milan, qué te encuentras?
“La primera vez que llego a la ciudad deportiva del Milan, me encuentro con Galliani, firmo un acuerdo, porque ni siquiera podía firmar un contrato, y me hicieron sentir un jugador de primer equipo. Cuando salí, firmé hasta casi autógrafos, estaba Sky Sports que quería entrevistarme… Y esto luego lo pagué. Lo pagué en el juvenil. Parecía que tenía que conquistar también hasta a mis compañeros. Para empezar, era un pequeño que jugaba con los grandes, también mi estilo de juego, podía llevar a eso también… Y esta situación no fue simple. Tengo que decir que claro, esto también formaba parte de mi trabajo, y también me sirvió. Llego la primera temporada con Inzaghi (como entrenador) al juvenil, y fue todo genial, casi llegando a primer equipo…”
Florentino Pérez vino y me dijo, ‘te estoy vigilando..’
Hachim Mastour a AS
¿Y qué sucede después para que se tuerza todo?
“Sucede que la sociedad cambia. Hasta hacerme muchas preguntas, como: ‘¿será este el sitio para mí?’. La gestión de un joven, mediáticamente fuerte, no la tuve. Todo era nuevo de gestionar para una persona como yo. Aquí nos encontramos todos a gestionar una cosa nueva, y llegaron los errores. Mentalmente, también, yo era del primer equipo, y después me tiraba todo el tiempo jugando con el juvenil. Me sentía frustrado, y cometí errores, porque igual muchas veces no fui con las ganas que tenía que ir a jugar. Y a todo esto, no hubo nadie que me recondujera en mi camino, que me aconsejara. Me dejaron ahí, y en esto lo que era la gente de mi entorno tampoco estuvo”.

“Sentí que me trataron como una máquina de hacer dinero. Yo amo este deporte, vivo por este deporte, y no he estado aquí nunca por fama, por dinero… El dinero viene como otra consecuencia. A mí me gusta jugar a fútbol, es mi ‘por qué’. Solo necesitábamos y esperábamos cualquier cosa que nos ayudara”.
Situación complicada con el Milan, y decides salir…
“Sí, pero hubo algunas cosas entremedias que agravaron la situación. Me llamó Marruecos. Yo jugaba para las categorías inferiores de Italia, era una de las promesas... Unas situaciones… Que a aquella edad, era complicadísimo de gestionar. Y no puedes ponerle la cruz a un chaval de 15-16 años por situaciones que él no puede controlar, que son más grandes que él. Y lo he pagado con el tiempo. Imagínate, en ese momento, pensar y preguntarte si vistes la camiseta correcta, si has tomado la decisión justa… Verdaderamente complicado”.
Lo tenía todo hecho con el PSG, Al Khelaifi llamaba a mi padre...
Hachim Mastour a AS
Hachim salió en la 2015/16 cedido al Málaga. Llegaba buscando oportunidades y algo más de libertad, lejos de la presión y de Milán. Lo que le ocurre, ver para creer.

Problemas con el entorno: ¿Lo dejas antes o después de irte al Milan?
“Lo dejo para irme del Milan. Necesitaba cambiar la situación, irme. De hecho, yo me iba a ir al PSG. Estaba todo hecho, todo. Al Khleaifi llamaba a mi padre. Imaginate. Y por otra parte se dedicaron a llamar al club diciendo que era una mala persona, que no era profesional… Y aquí, Al Khelaifi llamó a su primo, Al Thani, el presidente del Málaga, para ficharme. Ellos me querían. Estoy muy agradecido a ellos porque me ayudaron a encontrar una solución para mí. Y ahí, cuando ya me ficha el Málaga, también hubo influencia externa, como te comentaba antes. También allí. Hicieron un contrato amateur, no profesional. Yo no podía jugar”.
“Un entrenador se encuentra a un jugador que no puede jugar, pues es un jugador que está fuera de los planes. Esto son cosas que la gente a simple vista no lo saben. Piensan que el jugador no lo está haciendo bien, que es un ‘pluf’... Nadie sabe las cosas que hay detrás. Y yo no he hablado nunca. Todo esto con 17 años. He podido hablar, pero no he hablado. Yo solo creía en ver la luz al final del túnel. Siempre pensé que llegaría mi momento, hablar sobre el campo… Era complicadísimo. De Italia a España, no ves la luz. En Italia era un crack, una estrella, todos esperaban algo de mí… Y fíjate, por este contrato”.
Suena fuerte, pero pensé en ponerle fin a todo
Hachim Mastour a AS
Tras Málaga y PEC Zwolle en Países Bajos, Hachim solo había jugado 14 partidos en total. Tampoco pudo disfrutar mucho en Grecia, donde tampoco disputó tantos minutos, en total 6 partidos… Y vuelve a su país natal, Italia. Pero todo sigue torciéndose. Problemas con el racismo, más cosas a nivel profesional que no... Nada le ayudó, y según nos cuenta, entró en depresión. “Buscaba encontrarme a mí mismo, y no me encontraba. Necesitaba alejarme del fútbol para encontrarme a mí. Necesitaba una razón para vivir. Y me alejé, me alejé”, confiesa.
Dejando el tiempo pasar, llegó una nueva oportunidad. De vacaciones en Marruecos, se encuentra al presidente de un club y este le invita a cenar. Con ofertas de los dos equipos más potentes del país norteafricano, se marcha a la segunda división para acabar ascendiendo a primera. “Yo me fui con el equipo de ‘B’, por amor básicamente al fútbol, sin dinero, sin muchas cosas más… Y me fui a jugar a un campeonato difícil, con campos muy difíciles (risas), donde no había ninguna consideración de mí… Quería partir de cero. Solo si partes de cero, puedes volver”, cuenta a AS el jugador.
¿Cómo hiciste, o cómo asimilaste, el hecho de pensar que no pudiste llegar al nivel que quisiste porque no te dejaron?
“Es feo decirlo, pero yo pensé en momentos hasta en morir. No era una situación que pudiera controlar, no tenía el control. Y encima la gente me culpaba, decían que la culpa era mía. Obviamente, hay una parte que es culpa mía, claro. Pero por ejemplo, era muy difícil, ya que no tenía un ejemplo a seguir. Yo sentía que no tenía nada donde agarrarme. No tenía una referencia de donde mirar y aprender. Y yo mismo era mi propio ejemplo. Verdaderamente complicado… La religión me ha ayudado mucho. Dios me ha dado el talento, los pies que me ha dado… Y ha decidido acompañarme en este viaje dándome la dificultad, porque después he vuelto con él. Tienes que encontrar las cosas y con dificultad. Realmente estoy contento por lo que tengo hoy en día, y de lo que he aprendido”.
Pese a volver a ver la luz a la final del túnel en Marruecos, las cosas volvieron a ir como no debían. Ya le llevaba su padre tras la muerte de Mino Raiola, y la adaptación, junto la alta exigencia más las expectativas que tenía sobre él, le hicieron no pasarlo del todo bien. Además, la Selección tampoco fue el reto más fácil.
“En Marruecos de todas formas tuve que adaptarme, porque no crecí allí, crecí en Italia… Y en los clubes de allí, con la Selección, hubo presión para que jugara… al final jugué seis minutos, seis, contra Libia. Para un jugador marroquí, ir con la Selección puede cambiar su carrera. La gente quiere que llegues, juegues y lo hagas bien, y ya está, pero las cosas nunca son tan simples. Nadie entiende lo que hay detrás…”, expresa.
Después de esto, vas a la Kings League…
“Sí, todos los equipos contactaron con mi equipo actual para que fuera a jugar allí. Saben de las skills y todo… Es un juego en el que puede ser destacado este modo de jugar… Y me contactaron muchos equipos. Siempre dudé, porque no quería que se me asociara con esa imagen. Y hay muchos jugadores que ya, por ejemplo, empiezan a jugar ahí al final de sus carreras, no era una imagen que quisiera dar. Pero me llamó Christian Brocchi, que lo tuve en el Milan, y me dijo de ir a prácticamente a ‘divertirme’, como hacíamos en el Milan. Entonces encontré el sentido para ir a jugar”.
Y ahora, ¿cuál es tu objetivo?
“No quiero ni decirlo, ni imponerlo. Quiero vivir día a día, quiero hacerlo bien, ganar lo máximo posible, y quiero también sorprenderme de lo que vendrá. Porque en el pasado, me llené de objetivos que no se dieron. Quiero vivir día a día y construir poco a poco, porque solo así puedes construir una casa".

¿Y qué te ha llevado a firmar con el Virtus Verona?
“He tenido la fortuna de encontrarme con Gigi Fresco, ahora en Verona, que entiende a la perfección lo que quiero, me gusta su filosofía, y es por ello que estoy aquí. Tengo mucha hambre y necesidad de jugar al fútbol. Necesitaba esto para poder seguir jugando, un proyecto así”.
¿Cuál fue tu sueño, desde pequeño? ¿A parte del Milan, qué equipo o qué club mirabas y decías, ‘quiero jugar algún día ahí’?
“Real Madrid. La época de los Galácticos me hizo enamorarme. Era un icono del fútbol mundial. Es un sueño jugar ahí”.
¿Y cuándo eras pequeño, con qué otros jugadores te comparaban?
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“Mira, una cosa que me pasó, cuando jugamos una vez contra el Real Madrid, me vino Florentino Pérez y me dijo, ‘te estoy vigilando’. Me emocioné, era un sueño. No se sabe en el futuro qué puede suceder. En cuanto a comparaciones, siempre dijeron Ronaldinho, Neymar… Por esa fantasía. Cuando era pequeño, siempre mi padre me compraba los casettes de fútbol, y yo siempre me fijaba en los jugadores ‘10’. Zidane, Maradona, Baggio, Zico, Zola… Todos. Y siempre fue mi sueño jugar ahí. Cuando ves con tantas ganas esos vídeos, mecanizas y aprendes muchas cosas. Hoy, la vida de hoy, aleja normalmente del fútbol, y dicen que se ha perdido el talento. Y lo que tienen que hacer los chicos es ver y ver y ver fútbol… ”.
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