Espantada en el City

Dos años. Ese es el tiempo en el que gran parte del Manchester City campeón de Europa se ha derrumbado. El equipo que conquistó el trébol en Inglaterra, aquel conjunto que con Guardiola parecía imbatible, está hoy despedazado por la marcha de algunos de los que lograron hacer historia en una temporada única, mágica, coronada con la conquista de la Champions en Estambul ante el Inter.

Pero la crisis deportiva que desde entonces azota al City ha obligado a una profunda transformación que se nota en la plantilla. El arquitecto en los despachos, Txiki Begiristain, también se ha ido, y con él varias de las piezas que llevaron a los ‘citizen’ a lo más alto de su historia.

Este verano ha sido especialmente gráfico en ese sentido. Se ha marchado Ederson, el portero que daba sentido al juego desde atrás, al Fenerbahçe. También se fueron, en el último día de mercado, futbolistas como Akanji, al Inter, o Gündogan, al Galatasaray. Lo mismo ocurrió en esta ventana con De Bruyne, leyenda del club, y Grealish, que acabaron en el Nápoles y el Everton respectivamente,

En las ventanas anteriores también hubo espantada de campeones. Kyle Walker acabó en el Milan, aunque allí tampoco convenció; Aymeric Laporte se fue a Al Nassr: Sergio Gómez, a la Real; Kalvin Phillips, al West Ham y después al Ipswich; Perrone al Como y Cole Palmer, al Chelsea; en ataque, Julián Álvarez y Riyad Mahrez fueron traspasados y acabaron en el Atlético y en Al Ahli.

Una fuga que desnuda el proyecto y lo vuelve a iniciar de cero. Una estrategia en la que Guardiola queda como eje neurálgico de todo, aunque con dudas contractuales de sus estrellas que ya empiezan a afectar incluso a pesos pesados como Rodri o Haaland.

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