Emery, más difícil todavía

“Lo importante no es cómo se empieza, sino cómo se acaba”. Y si no, que le pregunten a Unai Emery. La 2025-2026 arrancó de la peor manera posible para el Aston Villa. Ahogados por las inflexibilidad de las Reglas de Rentabilidad y Sostenibilidad (PSR) de la Premier League, los villans apenas gastaron 30 millones de euros durante el pasado mercado estival. Una falta de inversión que ha tenido una incidencia directa sobre el terreno de juego. En tres jornadas ligueras, el Aston Villa registra un empate, dos derrotas y cero goles a favor. El equipo de Birmingham se marchó al parón de selecciones de septiembre ocupando la penúltima posición de la tabla. Aún así, el técnico de Hondarribia no se rinde. Unai Emery busca el enésimo milagro en el banquillo local de Villa Park.

El escaso punto que han sumando los villans hasta la fecha, antes de visitar al Everton en el Hill Dickinson Stadium, partido correspondiente a la 4ª jornada de la Premier League 2025-2026, es el fiel reflejo de la difícil situación que atraviesa el club. Tanto deportiva como extradeportivamente. Pero para entender qué está pasando sobre el césped, antes hay que revisar lo que ocurre en los despachos.

Aunque Unai Emery se las ha apañado para, desde que llegó a Birmingham en noviembre de 2022, superarse a sí mismo al frente del Aston Villa, los problemas económicos llevan varios años condicionando las planificaciones y aspiraciones del club. En Villa Park aún arrastran las consecuencias de las desorbitadas inversiones realizadas durante las temporadas 2019-2020 y 2020-2021. Es difícil que los números cuadren cuando gastas más de 261 millones de euros, apenas recuperas seis en ventas y no estás siquiera cerca de luchar por competiciones europeas. Y todo esto sin contar la mella que hizo en todos los clubes la pandemia de COVID.

¿Resultado? El Aston Villa empezó la recién concluida ventana de traspasos como el equipo de la Premier League con peor y menor margen de maniobra en relación con las mencionadas PSR. Si los clubes ingleses tienen permitido registrar unas pérdidas máximas de 105 millones de libras (126 millones de euros) en periodos de tres años, los villans se lanzaron al mercado estival con un margen 15 millones de libras (17 millones de euros). Una cifra inferior a la de, por ejemplo, los tres recién ascendidos. Por contextualizar, el margen del Chelsea era de 300 millones de libras.

Es decir, en Villa Park estaban obligados a vender alguna pieza importante para aumentar su margen de inversión y no incurrir en posibles incumplimientos del ‘Fair Play Financiero’ de la Premier League. Y es que el de Birmingham fue uno de los clubes que corrían serios riesgos de ser sancionados con deducciones de puntos. El sacrificado terminó siendo el canterano Jacob Ramsey. Aún así, el Aston Villa apenas pudo gastar 30M€ en el delantero Evann Guessand y 500.000 euros en el portero suplente Marco Bizot. El resto, cedidos.

El loco ‘Deadline Day’ protagonizado por el Aston Villa, con hasta tres fichajes a última hora, fue el fiel reflejo de su situación económica. La dolorosa derrota por 0-3 ante el Crystal Palace evidenció que Unai Emery estaba falto de efectivos y a Monchi no le quedó más remedio que tirar de inventiva para dotar al técnico de Hondarribia de refuerzos suficientes con los que competir tanto en Premier League como en Europa League.

De esta manera, los villans incorporaron a Victor Lindelöf como agente libre, a Jadon Sancho en calidad de cedido (asumiendo toda su ficha) y a Harvey Elliott, también a préstamo, con una obligación de compra de 40 millones de euros. A pesar de que el Aston Villa lleva tres temporadas consecutivas participando en competiciones europeas, en Villa Park no podían permitirse pagar este verano el traspaso del ya exjugador del Liverpool.

Dados los problemas económicos, el Aston Villa acordó vender, a finales del mes de junio, los derechos de su equipo femenino a su propio grupo de propiedad, V Sports, “para ayudar a cumplir con las normas de Rentabilidad y Sostenibilidad (PSR) de la Premier League”, tal y como informó The Athletic. Los villans acumulaban entonces unas pérdidas cercanas a los 200 millones de libras. Esta fue la misma solución encontrada meses antes por el Chelsea. No obstante, el club de Birmingham sí acabó sancionado, junto a Barcelona, Chelsea, Roma u Olympique de Lyon, por la UEFA. El Órgano de Control Financiero de Clubes multó con 11 millones de euros a los villans por infringir la norma de ingresos futbolísticos y la de costes de plantilla.

Con todo y con eso, si hay quienes confían en el enésimo milagro de Unai Emery en Villa Park es porque no sería la primera vez que el de Hondarribia lo protagoniza. Cuando llegó a Birmingham en 2022, el equipo era 16º. Esa temporada, la 2022-2023, los villans terminaron 7º y clasificados para Conference League. La 2023-2024 fue la del histórico regreso a la máxima competición continental. Por primera vez en más de 40 años, el Aston Villa volvería a disputar la Champions League.

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El curso pasado no solo estuvieron a punto de obrar el milagro eliminando al PSG, a posterior campeón de Europa, sino que la diferencia de goles fue lo único que impidió al club repetir presencia en la Liga de Campeones por segunda campaña consecutiva. Empatados a 66 puntos con el Newcastle, los villans acabaron la 2024-2025 en 6ª posición. Este curso, a pesar de las circunstancias y dificultades, son uno de los favoritos y principales candidatos a levantar el trofeo de la segunda competición continental. El torneo fetiche de Unai Emery. Y es que, con el de Hondarribia en el banquillo, (casi) todo es posible.

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