El West Ham, al borde del precipicio
El equipo de David Moyes suma cinco triunfos en liga y se encuentra en puestos de descenso de la Premier League. Los hammers se aferran a la Conference League para salvar la temporada.
En el London Stadium viven una situación dramática e inusual a partes iguales. Durante las últimas temporadas y de la mano de David Moyes, el West Ham se consagró como una de las grandes revelaciones tanto en Inglaterra como en Europa disputando competiciones europeas y erigiéndose como el principal aspirante a romper la hegemonía del ‘Big Six’ en Premier League. Pero hoy en día, poco o nada queda de aquel club que enamoró a propios y extraños y que tiene el infierno de la Championship a la vuelta de la esquina.
Inmersos en una crisis total de identidad, estilo y resultados, los hammers deambulan por la parte baja de la tabla. Clasificados en puestos de descenso (18º) con 20 puntos, el club londinense tan solo ha sumado cinco triunfos en lo que va de curso, acumula tres fechas sin conocer la victoria y la pesadilla del descenso se ha convertido en realidad.
El efecto Moyes se diluye
El proyecto del técnico escocés atraviesa su peor momento desde su llegada a Londres hace cuatro años. Regresó como ‘apagafuegos’ a finales de diciembre de 2019, tras dejar el club en verano de 2018 sustituyendo a Manuel Pellegrini. Obró el milagro de la permanencia esa temporada y el West Ham resurgió como el ave fénix hasta presentarse en los mejores escenarios europeos y vivir su etapa más exitosa durante sus dos últimas décadas.
David Moyes hizo de los hammers una máquina insaciable de ganar y durante las dos últimos años logró clasificar al club londinense para Europa. La pasada campaña alcanzó las semifinales de la Europa League (cayó ante el Eintrach de Frankfurt) y, en el presente curso, se aferran a la Conference League (clasificados para dieciseisavos de final) como última esperanza para salvar la temporada.
Aun con todo, la situación límite que atraviesa el West Ham en Premier League ha avivado los cantos de sirena acerca de una posible salida del escocés. Solo superados por Chelsea (611 millones de euros) y Manchester United (243 millones de euros), los hammers fueron el tercer club inglés que más dinero invirtió en el mercado de fichajes en la última temporada (194). Pero las llegadas de Lucas Paquetá (43), Gianluca Scamacca (36), Nayerf Aguerd (35) o Maxwel Cornet (20) a Londres no han surtido efecto, con un nivel muy por debajo del esperado y que tiene al equipo de David Moyes coqueteando con el descenso.
Uno de los principales problemas de los hammers está campaña está siendo su falta de acierto de cara a puerta (cuarto equipo menos anotador de la Premier). Ni siquiera la llegada de Danny Ings en el mercado invernal ha logrado resolver la falta de gol. Jarrod Bowen con cuatro dianas y Michail Antonio con un par de ellas son los dos máximos anotadores del West Ham en liga, mientras que la temporada pasada el inglés acabó con 12 y el jamaicano lo hizo con diez.
Rice se olvida del presente
Otro de los grandes hándicaps del West Ham tiene nombre y apellidos: Declan Rice. El futuro del capitán hammer está más en el aire que nunca y su rendimiento ha caído considerablemente con respecto a temporadas pasadas. El centrocampista inglés es uno de los futbolistas más cotizados del mercado y, aunque ya estuvo cerca de salir el verano pasado, el club londinense logró retener a su diamante en bruto.
Ahora, la intención del ‘41′ es la de cambiar de aires con Arsenal, Chelsea y United como principales candidatos y futuros destinos del mediocentro de 24 años. En esas, Rice ha bajado su nivel y los datos de la Inteligencia Artificial de Olocip así lo demuestran. El inglés es el jugador del West Ham con mayor impacto generado a través de sus acciones totales (ofensivas, defensivas y de construcción de juego) con 6,24 de valor, pero ni siquiera se encuentra en el top-30 de futbolistas con mejor registro de la Premier.
Los datos evidencian aún más la situación del West Ham. El club londinense es el peor equipo de la competición inglesa en ‘finalización’ (-10,07) y los segundos más deficientes en el apartado de ‘ofensivo’ (0,77) y ‘tiro’ (-0,0084). El ‘I’m forever blowing bubbles’ seguirá retumbando en el London Stadium en tributo a los fracasos del equipo y los hammers esperan no sumar uno más a su historial a final de temporada.