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ITALIA

El verdadero Chiesa ha vuelto

La Juventus se clasificó a los cuartos de Copa italiana batiendo al Monza 2-1 gracias a un espectacular golazo del italiano, que está dejando atrás su grave lesión.

El verdadero Chiesa ha vuelto
Daniele Badolato - Juventus FC
Mirko Calemme
Nació en Nápoles en 1988. Desde 2014 es corresponsal en Italia de AS, para el que cubre la información de la Serie A, de la Nazionale, de los equipos italianos en las competiciones UEFA y del mercado de fichajes internacional. También fue actor y trabajó en una película con Pierce Brosnan. En serio.
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La Juventus dejó atrás la histórica derrota con el Nápoles batiendo al Monza y conquistando así los cuartos de Copa italiana, que jugará contra la Lazio. Una vez más, los turineses no tuvieron una actuación brillante, pero pudieron celebrar el regreso de uno de sus mejores talentos: Federico Chiesa. El extremo anotó el golazo decisivo del choque y mejora partido tras partido después de la lesión en el ligamento cruzado de hace un año.

Una gran noticia también para Roberto Mancini. Adriano Galliani definió “un sueño” ver a su equipo enfrentarse a la Vecchia Signora, y sus jugadores saltaron al campo con la intensidad que requiere una cita histórica. Allegri, por su parte, tuvo que gestionar energías tras el batacazo de Nápoles e hizo rotaciones, saliendo de inicio con Perin, Gatti, Iling, Miretti, Fagioli, Soulé y Kean.Justo Fagioli y Soulé, tras ocho minutos, combinaron perfectamente y el balón llegó a McKennie: el mediocampista centró para Kean, autor del 1-0 con un cabezazo.

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El equipo de Palladino, a partir de entonces, tomó inesperadamente las riendas del choque e hizo méritos para el empate, que llegó en el 25′: lo anotó Valoti, tras un córner de Colpani. Los jóvenes Iling Junior, Soulé y Fagioli protagonizaron la reacción de los juventini, y el partido estuvo muy igualado hasta su fase final.Allegri, ante las dificultades de los suyos, decidió evitar sorpresas y sacó del banquillo a cinco titulares: Alex Sandro, Locatelli, Milik, Di María y, sobre todo, Federico Chiesa. El italiano, tras otro gol anulado a Kean por fuera de juego, se sacó de la chistera una jugada que mostró lo mejor de su repertorio.

Llegó desde la banda izquierda, se deshizo con fuerza y rapidez de Antov a pesar de su intento de falta, penetró en el área y con una rosca imparable anotó el 2-1 decisivo. Es su primer gol tras el año de sufrimiento por su grave lesión, que valió la clasificación y un mensaje clarísimo, el mejor posible para una Juve en apuros: el verdadero Federico está de vuelta.

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