El último milagro del fútbol
Mirassol, de una pequeña localidad del interior de São Paulo (68.000 habitantes), ha cerrado su primera temporada en Primera y le ha servido para certificar su pasaporte para la próxima edición de la Libertadores.

El fútbol ha vuelto a escribir otra página de esas que conmueven a los aficionados y a los que no lo son tanto. No ha sido fruto de la casualidad y sí la consecuencia de algo bien hecho en los últimos años y que ha posibilitado la llegada a la élite de un modesto equipo dispuesto a escribir una nueva página de la historia del fútbol. Con el empate ante el Flamengo, campeón del Brasileirão y la Libertadores, Mirassol ha cerrado su primera temporada en Primera y le ha servido para certificar su pasaporte para la próxima edición de la Libertadores. Una pequeña localidad del interior de São Paulo (68.000 habitantes), con un siglo de historia, se dejará ver por Sudamérica, con el fútbol por bandera. Atrás han quedado equipos como Fluminense, Botafogo, Sao Paulo, Gremio, Santos, Corinthians... todos ellos repletos de historia, pero no de esas ganas que han llevado al modesto equipo a convivir con los grandes, que lo ha logrado justo en el momento en el que los equipos brasileños vuelven a pagar sueldos a un admiren comparación con Europa, todos menos en Mirassol.
En la trastienda de todo lo sucedido en el modesto equipo paulista está Paulinho. El en su día mediocentro, conocido en España por llegar al Barcelona procedente de China en 2017 y que un año después regresó al país asiático, concretamente al desaparecido Evergrande, es el director deportivo y constructor del hasta ahora desconocido Mirassol. La CBF quiso llevar al que fuera centrocampista al equipo técnico de Ancelotti, pero prefirió seguir y culminar su obra en Mirassol.
El banquillo y la dirección del equipo han sido para Rafael Guanaes, sin experiencia en la máxima categoría, pero si alguien merecía la oportunidad era el técnico que llevó al equipo a ascender a Primera. La consecuencia no ha sido otra que lograr el pase a la máxima competición de toda Sudamérica, tras sufrir en el inicio y disfrutar en el resto de la temporada.
Paulinho reforzó al técnico pese a su mal inicio de campaña. Tras la caída en su debut, donde fue derrotado en cancha del Cruzeiro por 2 a 1, acumuló una racha de dos derrotas, cuatro empates y tan solo una victoria en las primeras jornadas, entrando incluso en posiciones de descenso. Nada importó. En ese momento pesó más lo hecho años atrás para llegar a lo más alto, que ese arranque con sombras. En 2019 el equipo no figuraba en categoría nacional, por lo que técnico y jugadores se merecían tiempo y paciencia.
La historia del actual Mirassol arrancó con cien mil euros, que fueron empleados en la renovación del centro de entrenamiento. Mejoras en la infraestructura, nuevos equipos, además de cuatro canchas y una residencia mejorada. A partir de ese dinero se dio forma a un proyecto en el que ha mandado la lógica y no los experimentos de huevos ricos, tan habituales en el fútbol actual.
Además de los cien mil euros, el otro empujón llegó con la venta del delantero del Sao Paulo Luiz Araújo al Lille francés. Al club llegaron llovidos del cielo 1,2 millones de euros que ingresaron por la parte que correspondía al por su paso por el equipo. Mirassol poseía el 30 por ciento de sus derechos económicos y se embolsó el citado dinero. Eso fue en 2018, año de la inauguración del centro de entrenamiento, inspirado en la Academia de Fútbol del Palmeiras.
Año tras año, el dinero llegado al club era invertido en mejorar lo que ya existía y no nos referimos a la plantilla y sí a las instalaciones y herramientas con las que poder mejorar al futbolista que llegaba al club. A finales del año pasado, cuando estaba a punto de ascender, Mirassol adquirió una cámara de flotación, instrumento utilizado para la recuperación de las lesiones de los jugadores, dando forma a uno de esos cambios experimentados por el club.
Para su debut en el Brasileirão, el club anunció una inversión de 1,4 millones en la renovación del estadio José Maria de Campos Maia. Nueva imagen exterior, palcos, cabinas de prensa, así como la tecnología de reconocimiento facial en las entradas, esa que está prohibida en España, adiós a las vallas y puesta en marcha de una iluminación que permitiera la transmisión televisiva sin problemas.
Máximo goleador con 36 años y lateral
Entre los 20 clubes de la Serie A, Mirassol tiene la segunda nómina más baja del plantel, estimada en 800.000 euros, por delante sólo del Juventude, con 600.000 euros y que ha terminado descendiendo. Reinaldo (lateral izquierdo de 36 años), con trece goles, ha sido el máximo realizador y la referencia en todo. El delantero Francisco da Costa, que ha jugado en Paraguay, Bolivia, México y que llevaba desde 2017 fuera de Brasil, ha sido otro de sus jugadores franquicia. Para su llegada a la Serie A aterrizaron once jugadores y tan solo pagaron por el portero Joao Víctor, procedente del EC Vitoria, que costó 450.000 euros.
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Los patrocinadores aportaron lo suyo para el cambio, concretamente con 2,2 millones de euros. Lejos de los 42 que la empresa Berani paga al Flamengo en idéntico apartado. Una de las empresas más importantes en este proceso fue 7K, que, aún en la Serie C, apostó por el potencial de crecimiento de Mirassol. “Celebramos casi tres años de una alianza basada en la confianza, los resultados y el propósito. Cuando decidimos apoyar a Mirassol, el club iba camino de ascender a la Serie B y demostró una gestión moderna, transparente y altamente profesional, justo el tipo de proyecto con el que disfrutamos colaborar”, señalan desde la empresa. Además de 7K, Mirassol colabora con Guaraná Poty, Ecori Energia Solar, Kodilar (empresa líder en la industria alimentaria), Ruiz Coffees, la marca Atacadão Pisos e ITS Brasil.
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