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COPA | ANNECY 1-TOULOUSE 2

El Toulouse vuelve a una final de Copa 66 años después

Los de Montanier vencieron al Annecy, la revelación del torneo, gracias a un gol de Chaïbi a falta de cinco minutos para el final.

El Toulouse vuelve a una final de Copa 66 años después
Franco ArlandGetty

En un final apasionante, lleno de adrenalina y no apto para cardiacos, el Toulouse volvió 66 años después a una final de la Copa de Francia. El recién ascendido a la Ligue 1 venció, no sin sufrir, por 1-2 al Annecy, la gran revelación del torneo copero y que empató en el tiempo de descuento gracias a un golazo de Sahi, pero el delantero se encontraba en fuera de juego. Siete minutos antes, en el 85′ concretamente, Chaïbi aprovechó un error del modesto equipo de la Ligue 2 para ganar un partido que volvió a manifestar su rechazo a la piedad en el mundo del fútbol.

El primer tiempo en el Parc Des Sports, el mismo campo en el que no hace mucho sucumbió el PSG de Ancelotti, pero contra el Évian Thonon Gaillard, explica claramente cómo un equipo como el Annecy, que lucha por no bajar a tercera división francesa, sigue vivo en la Copa de Francia. Fue inferior, muy inferior al Toulouse, pero en el momento límite, justo cuando ya tocaba la lona, se repuso en una jugada aislada.

Los de Montanier fueron un rodillo durante prácticamente los 45 minutos, entendible por la superioridad y la diferencia de categoría. El espigado Logan Costa probó a Callens tras un gran centro de van den Boomen, protagonista en el primer gol violeta, pero el portero suplente del Annecy lo evitó. Minutos después, el neerlandés asistió a Aboukhlal para que, a placer, prácticamente sin oposición, materializara el 0-1 del Toulouse.

El equipo del sur de Francia comenzó a imponer su ritmo y, sobre todo, enmudeció a un Parc Des Sports lleno hasta la bandera. Sin embargo, el espíritu combativo del Annecy y su resiliencia para soportar golpes le llevaron a empatar el encuentro cuando el árbitro se disponía a pitar el descanso. Una segunda jugada en un córner provocó que Alexy Bosetti, el veterano delantero que pasó muchos años por el Niza, se inventara, o mejor dicho, se sacara de la chistera un penalti del chileno Gabriel Suazo. El atacante no perdonó y los Savoyard se iban al descanso con un empate más que satisfactorio, en vistas de lo acontecido en la primera parte.

El fútbol es un estado de ánimo y un gol prácticamente puede ser una bombona de oxígeno para cualquier equipo. En el Parc des Sports no fue una excepción. Tras la reanudación, el Annecy, por increíble que parezca, comenzó a dominar ante un Toulouse zozobroso, lento, afectado por el gol de Bosetti al borde del descanso. El balón era del pequeño, del Annecy, mientras que el grande, el Toulouse, era incapaz de salir de su campo.

Esa apatía con la que jugó durante mucho tiempo en la segunda parte no le impidió volver a sembrar el miedo en el área rival. Como en el primer gol, Branco van den Boomen, excelentísimo mediocentro neerlandés, asistió a Nicolaisen y el central estrelló su testarazo en el poste. Cinco minutos después, ya con un Annecy más fatigado, el centrocampista envió a las nubes un disparo claro en la frontal del área. El Toulouse, poco a poco, parecía volver a entrar en el partido.

El fútbol no entiende de justicias, de piedades, de historias bonitas. En el mejor momento del Annecy en el partido, justo cuando ya el encuentro estaba abocado a la tanda de penaltis, un error de Temanfo, que midió mal un pase a su portero, propició el gol de Chaïbi, que batió a Callens y metía al Toulouse en la final de la Copa de Francia. Los Savoyard, no obstante, no se rindieron y en un final impresionante, empataron el partido en el descuento, gracias a una volea extraordinaria y sutil de Sahi que ponía las tablas en el marcador. Sin embargo, su gol fue anulado al estar en posición antirreglamentaria. El Toulouse volvía a una final de la Copa de Francia 66 años después.