COPA PORTUGAL | BENFICA 2-SPORTING 2
El Sporting gana más que un derbi
Los de Amorim se clasifican para la final de la Copa de Portugal tras sobrevivir en Da Luz a un encuentro espectacular que tuvo de todo.
El Sporting de Portugal continúa con su gran temporada y estará en la final de la Copa de Portugal. Un logro muy dulce después de tumbar a su eterno rival, el Benfica (2-2, tras ganar 2-1 en la ida), en un nuevo capítulo del ‘Derby da Capital’, como se conoce a la centenaria rivalidad entre los dos clubes lisboetas. Un duelo que se vivió en el Estadio Da Luz bajo el ambiente de las grandes ocasiones, incluso más tenso de lo preferible. Las bengalas del fondo de aficionados de las águilas aportó una atmósfera tensa, confirmada con algún lance indeseable, como el lanzamiento de objetos (se vio un cargador de móvil) a los jugadores del Sporting. Todo ante la mirada de 60.000 espectadores en las gradas, que una vez se olvidaron de los incidentes extradeportivos, presenciaron un encuentro emocionantísimo.
Los locales acumularon la mayor parte de las ocasiones en la primera mitad, en la que sólo la mala fortuna impidió que lograran adelantarse en el marcador. Un gol anulado a Rafa Silva por fuera de juego, una ocasión clarísima de Di Maria que sacó el uruguayo Franco Israel o una suave vaselina de Tengstedt que se estrelló en el larguero pudieron suponer el primer tanto. El Sporting también tuvo alguna, ninguna tan clara, en unos primeros 45 minutos marcados por encontronazos, entradas al límite y mucho nervio.
Sólo faltaban los goles, que llegaron en una segunda mitad que, lejos de aminorar el ritmo, quizá casi lo aceleró más. Fue un encuentro de área a área, con continuas ocasiones, entre las que el Sporting, ese que dirige un Rubén Amorim que suena para varios de los grandes banquillos de Europa, sacó petróleo. Su puntal, Viktor Gyökeres, otro de los nombres de moda, caía a las bandas en busca de más espacios y uno de esos movimientos le sirvió para asistir al danés Hjulmand, que anotó un golazo por la escuadra.
La ventaja ampliada del Sporting no apagó al Benfica, que no tardó en reaccionar. Otamendi volvió a meter a las águilas en el partido con el empate. Ni el 1-2 de Paulinho con bastante suerte hizo que bajaran los brazos. Rafa Silva volvió a igualar el choque y dejaba el encuentro a un gol del Benfica de ir a la prórroga. Tanto que, a pesar de los numerosos acercamientos, no llegó y el Sporting respiró aliviado tras verse en una final que disputará ante el vencedor del Oporto-Vitoria de Guimaraes. Alegría doble por apuntarse el último capítulo de esta histórica rivalidad lisboeta... que no descansa. El sábado ambos se vuelven a ver las caras en la liga, esta vez en el José Alvalade del Sporting, en un torneo liguero en el que sólo están separados por un punto.
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