El PSG es un polvorín

El PSG vive en un alambre que se estira, se dilata y ya no puede dar más de sí. La bochornosa derrota este sábado contra el Mónaco, por 3-1, ha vuelto a encender las alarmas en un equipo que parecía que ya había aprendido la lección del Bernabéu hace un año. El martes comienza una eliminatoria de Champions contra el Bayern y las sensaciones no auguran un buen desenlace. El vestuario, crispado, tampoco atraviesa su mejor momento. Se dan, por tanto, todos los ingredientes para que este proyecto, que nació para ser el rey de Europa, vuelva a convertirse en un castillo de naipes cuya temporada se termina en marzo.

El rendimiento actual contrasta claramente con el que el conjunto parisino manifestó a principios de la temporada. El PSG era un equipo vivo, enérgico, letal. Ahora es todo lo contrario. Cierto es que ante el Mónaco no estuvieron Mbappé, Messi o Verratti, pero la imagen del líder de la Ligue 1 fue una catástrofe. Concedió tres goles, pudieron ser muchos más y su rival, como el Marsella en Copa, le barrió durante los 90 minutos. A ello hay que añadirle que se produjeron una serie de acontecimientos extradeportivos que no hacen más que caldear el ambiente a dos días de medirse al Bayern.

Luis Campos, enfurecido

Una de las imágenes de la derrota contra el Mónaco la protagonizó Luis Campos. El consejero deportivo, muy criticado por su inoperante mercado invernal, entró en el vestuario gritando después del 3-1 de Ben Yedder. Según Amazon Prime, señaló a varios jugadores y, una vez finalizado el encuentro, reprochó a la plantilla la “falta de agresividad”. Esos gritos del portugués no gustaron a Neymar y Marquinhos, que, según L’Équipe, protagonizaron una discusión airada que trascendió durante varios minutos.

El trabajo de Campos está siendo muy criticado en Francia. El mercado invernal del PSG fue inexistente, a tal punto de que el ex director deportivo del Mónaco fue a la desesperada a por varias pistas durante el último día de mercado. Ziyech, con el que ya había acuerdo, finalmente no fichó porque el Chelsea envió hasta tres veces mal los documentos del acuerdo. Skriniar, que llegará en enero, fue otro objetivo de Campos, pero el Inter pedía 20 millones y el luso no ofreció ni 10.

Marquinhos y Donnarumma

Otra de las imágenes de la debacle en Mónaco fue la discusión entre Marquinhos y Donnarumma. El defensa brasileño, capitán del PSG, le pidió al italiano que no fuera a saludar a los ultras desplazados al Principado este sábado. El portero hizo caso omiso a su compañero y acabó acercándose al fondo de los aficionados, que le respondieron con una sonora ovación Los hinchas del PSG, además, le recriminaron a sus jugadores la falta de compromisos y les cantaron que sudaran la camiseta.

Kimpembe pide perdón a los ultras

Fue tal el nivel de convulsión con los aficionados del PSG que Kimpembe tuvo que salir, una vez finalizado el partido contra el Mónaco, a pedir perdón a los ultras. Con un micrófono en la mano, el central, que reapareció este sábado después de varios meses lesionado, pidió unidad a los hinchas. “Os necesitamos el martes en el Parque de los Príncipes. Tenemos que estar unidos si queremos sacar esto adelante. Habrá que movilizarse dentro del vestuario”, dijo mientras se producían imágenes de mucha tensión en las gradas del Louis II.

Galtier, sin ideas

Aunque su inicio de temporada fue brillante, el ‘efecto Galtier’ se ha desvanecido por completo en París. El técnico del PSG comienza a recibir críticas en Francia, al que le achacan su falta de alternativas tácticas y el poco carácter que imprime a sus jugadores. Caracterizado por ser un maestro defensivo, avalado por su gran trabajo tanto en el Niza como en el Lille, su futuro podría estar en juego en la eliminatoria de Champions. Si el PSG no se clasifica a los cuartos, no se puede descartar un escenario en el que Galtier sea destituido y Al Khelaïfi busque un entrenador, ya que la decisión de ficharle fue única y exclusivamente de Luis Campos y no del presidente de la institución francesa.

Tensión entre Neymar y Ekitiké

Como ante el Lens el 1 de enero (derrota 3-1), Hugo Ekitiké volvió a ser el eje de las tensiones internas en una derrota del PSG. Según informó L’Équipe, el joven delantero tuvo un encontronazo con Neymar después de consumarse el bochorno parisino. El brasileño, de forma airada, le recriminó a su compañero algunas acciones dentro del partido y ambos protagonizaron un episodio de tensión que, por suerte, no fue a mayores. Ney, sin Messi ni Mbappé, intentó tirar del carro, pero fue insuficiente contra un gran Mónaco (acumuló 28 pérdidas en 90 minutos)

Sin Mbappé el martes

Si algo ha adolecido el PSG durante los últimos partidos ha sido, sin duda, la baja de Mbappé. El delantero se perderá la ida de los octavos de final contra el Bayern después de sufrir una lesión ante el Montpellier en el aductor, por lo que los problemas para Galtier se acumulan. El técnico, de 56 años, colocó a Ekitiké de 9 contra el Mónaco, pero el delantero sufrió bastante para imponerse a los centrales y no fue un buen complemento a Neymar. Aunque Messi tiró del carro ante el Montpellier (1-3) y el Toulouse (2-1), el argentino, físicamente mermado, no pudo con el Marsella en los octavos de la Copa de Francia.

Mbappé, que según Galtier tiene para tres semanas de baja -lleva dos cumplidas-, publicó una historia en Instagram después de lo acontecido en Mónaco. “Sigamos fuertes y unidos”, reza la publicación del talento de Bondy. El PSG espera que para la vuelta de los octavos de Champions, en Múnich el próximo 9 de marzo, ya esté totalmente recuperado de sus molestias en el aductor y pueda disputar la contienda en plenas condiciones.

Mismas derrotas que en todo el año pasado

Por increíble que parezca, el PSG ya ha sumado, en apenas mes y medio de 2023, las mismas derrotas que en todo el año pasado: 4. Los parisinos comenzaron el año sucumbiendo por 3-1 ante el Lens, después volvió a caer contra el Rennes por 1-0 y esta semana, frente al Marsella en los octavos de Copa y contra el Mónaco en la Ligue 1, se confirmó su crisis. El club se propuso a principios de temporada terminar invicto el campeonato, una estadística muy alejada de la realidad que viven los pupilos de Christophe Galtier.