El entrenador revelación de la Ligue 1 que visitó a Setién en España
Régis Le Bris está a un solo punto del PSG tras diez jornadas disputadas. Segundo entrenador más joven de la Ligue 1, su Lorient está maravillando en el fútbol francés.
El Lorient ha conseguido hacer el mejor arranque de su historia en la Ligue 1. El Lorient está a un solo punto del PSG después de diez jornadas disputadas. El Lorient tiene al segundo entrenador más joven de la categoría, Régis Le Bris, que es el primer técnico francés de la historia que consigue sumar, en su primera temporada como profesional, 25 puntos en sus primeros diez partidos en la máxima división del fútbol francés. En definitiva, el Lorient está obrando un milagro en este inicio de temporada.
En un fútbol francés dominado irreversiblemente por el capital externo y por Qatar en el PSG, que haya un equipo que juegue tan bien al fútbol con tan pocos recursos como este Lorient es, sin duda, una bendición para los amantes del romanticismo. El conjunto bretón, que vendió a su mejor jugador, Laurienté, traspasado al Sassuolo durante los últimos días de mercado, se ha encontrado con una situación inimaginable a principios de temporada. Suma seis victorias consecutivas, ha conseguido ganar al Rennes en su campo, al Lyon o al Lille y le juega de tú a tú a todos los equipos a los que se enfrenta.
Su entrenador, Regis Le Bris, no había conocido el profesionalismo en el fútbol hasta 2022. Tras Julien Stephan (Estrasburgo), el nacido en Pont-l’Abbé es el segundo entrenador más joven de la Ligue 1, con 46 años. En verano, el Lorient anunciaba la destitución de Pélissier como técnico del primer equipo y le otorgaba la responsabilidad a Le Bris, sin experiencia más allá del filial de ‘Les Merlus’, con el que obró maravillas en National 2, además de erigirse como un extraordinario formador de jóvenes promesas.
Una masterclass con Quique Setién
Este inexperimentado entrenador no es el prototipo clásico de técnicos franceses. La escuela gala, caracterizada por entrenadores resultadistas, pragmáticos y que no salen de sus ideas conservadoras, se aleja completamente de Régis Le Bris. Amante del juego de posición, que tiene como objetivo generar superioridades en cualquier zona del campo, el técnico del Lorient viajó, hace ya varios años, a Sevilla para empaparse del estilo de juego de Quique Setién. Según su entorno, Le Bris no solo ha estudiado un estilo. Se ha instruido a través de numerosos estilos de juego de los cuales coge lo más relevante para aplicarlo al terreno de juego. De hecho, si uno analiza su Lorient, los bretones no tienen un patrón definido. Son capaces de hacer una salida de balón en 3-4-3 en rombo y después, con resultado a favor, replegar en un 4-4-2 que recuerda al mejor Milan de Sacchi.
“De todos los cursos de formación a los que he asistido, en Francia y en el extranjero (una treintena de clubes desde que entró en la academia del Lorient), he sacado cosas. Cuando hablamos del juego de posición español, fui al Betis, al Villarreal, al Valencia, a la Real Sociedad, al Bilbao y al Osasuna para aprender de ellos. He conocido a grandes formadores. A veces los intercambios duraban cinco minutos, a veces horas, y las relaciones perduraban”, reconocía Le Bris en una entrevista, además de declararse fan del Barcelona de Guardiola, el Sassuolo de De Zerbi, el Sevilla de Lopetegui o incluso el Villarreal de Emery.
Discípulo directo de Christian Gourcuff, que fue considerado en su día como el Wenger moderno, Régis Le Bris ha profundizado en distintos aspectos intangibles que suponen un punto de inflexión en los jugadores. Como por ejemplo, la psicología. Su segundo entrenador, Ingo Goetze, estudió psicología y se formó en Alemania. En equipos como el Leverkusen, con el que trabajó con un tal Kai Havertz, o en el Werder Bremen, donde coincidió con Le Bris, que había ido a formarse como técnico porque Silvestre, exjugador del Manchester United con el que coincidió en Rennes durante su etapa como jugador, se encontraba allí, que en 2016 le llamó para que se uniera a sus órdenes en el filial del Lorient.
“Conozco a Le Bris desde 2011. En aquel entonces, estaba realizando sus prácticas en el Werder como parte de una patente estatal para convertirse en director de un centro de formación. Había elegido el Bremen porque allí estaba Mikaël Silvestre, con el que había jugado al comienzo de su carrera profesional en el Rennes. Allí yo era la única otra persona que hablaba francés, así que hice un poco de traducción. Después de su pasantía, nos mantuvimos en contacto. A veces nos escribimos, luego lo visité durante el verano de 2012 porque estaba de vacaciones en Finisterre. Regresé en 2016 porque todavía tengo amigos allí que conocí durante mis estudios en Brest. Régis se había unido al Lorient mientras tanto y me había mostrado el centro de formación. Terminamos en su oficina hablando de filosofía de juego y acabé uniéndome a él”, reconocía Goetze en una entrevista a la web de la Ligue 1.
Se inspiró en el equipo olímpico de natación
El factor humano, por supuesto, es otra de las premisas de Régis Le Bris en su ascensión a la élite. El hacer partícipe desde el primero hasta el último trabajador del Lorient han potenciado la estructura del club, que desde 2015 ha experimentado una ascensión importante en los resultados de su cantera. El joven entrenador, en una entrevista al portal Nosotros, reconocía haberse inspirado en el equipo olímpico de natación para implantar sus ideas.
“Para resumir nuestro pensamiento en pocas palabras, estuvimos de acuerdo en que es el jugador en la situación, dentro de una intención amplia bien definida (marcar un gol más que el oponente), que aportaría significado a lo que está sucediendo, resolviendo problemas. Nos fijamos en Claude Fauquet, que hizo a Francia la segunda mejor selección olímpica de natación. Consideraba que no se puede tener la ambición de acabar en el pódium si no se tiene la ambición de llegar a una final Olímpica. Si lo extrapolamos al fútbol, nuestro objetivo es formar jugadores de alto rendimiento para nuestro equipo profesional, capaces de proyectarse hacia la élite francesa y europea, que al final es la máxima ambición de cada jugador”, subrayaba Le Bris.
Pero no solo la natación ha inspirado a Le Bris para diseñar su metodología desde el infrafútbol. El filósofo Robert Damien es otra de las personas que le han permitido cambiar el concepto de que el jugador es un robot que atiende únicamente las directrices de su entrenador y que cuando se le presenta un problema, espera que su jefe, el técnico, le diga algo para resolverlo. “En este sentido, Robert Damien (filósofo) nos ha inspirado mucho con sus reflexiones sobre la construcción de la autoridad. Menciona distintas cualidades para forjar un hombre de autoridad.
La primera es, según el autor, la inteligencia educada de las situaciones. Lo enfocamos desde el punto de vista del conocimiento del juego. Para poder tomar buenas decisiones en una situación con sus compañeros, el jugador debe tener un conocimiento muy detallado de los problemas de las diferentes fases, no esperar a que el entrenador le diga algo, y si es posible en distintas posiciones. El entrenador, que es el guardián de una cultura de alto nivel, será un recurso esencial, pero el jugador también debe convertirse en uno. Especialmente el jugador”.
Sus métodos, infinitos dentro de cada rama del conocimiento, han supuesto una revolución dentro del mundo del fútbol esta temporada. Le Bris estima que un jugador tiene que convertirse en su propia autoridad. Pero el entrenador, estudiando su gestualidad, su comportamiento psicológico ante situaciones de riesgo y, sobre todo, su respuesta ante los problemas, debe intentar ponerse en la piel del futbolista y dotarle de una estructura en la que pueda desarrollarse plenamente.
Un centro de formación de alto nivel
Otra de las claves del éxito del Lorient es, además del trabajo de su entrenador, el centro de formación. La escuela FCL, situada a tan solo 200 metros del Mar Atlántico, es un complejo deportivo diseñado para que los jugadores, además de formarse en el mejor entorno posible, se desarrollen plenamente como personas dentro de la sociedad.
Régis Le Bris reconocía en una entrevista no hace mucho tiempo que instaurar una escuela dentro del centro de formación servía al jugador para dar respuestas a las emergencias que se le iban a presentar a lo largo de su carrera. La Escuela FCL, además, sigue un plan personalizado de estudios, formando grupos de trabajo que no superan los cinco alumnos para que el rendimiento del futbolista sea pleno. Si atendemos a las estadísticas, el 100 % de los jóvenes que estudian dentro del centro de formación han superado las pruebas para entrar en la universidad, en una clara evidencia del éxito que supone colocar un colegio dentro de una cantera.
El desarrollo personal, combinado con la calidad futbolística del jugador, define plenamente la filosofía de la cantera del Lorient. El dotarle al canterano de un entorno agradable, sin que pueda distraerse de factores externos y, sobre todo, otorgarle diversos campos de entrenamiento de inmejorable calidad, refuerzan todavía más a un equipo que se ha ido colando poco a poco en la élite absoluta del fútbol francés.
Su Lorient, un equipo de autor
El Lorient ha necesitado diez jornadas para conseguir las mismas victorias que en toda la temporada pasada. Les Merlus han logrado el mejor inicio de su historia. Lo que parece una casualidad es una causalidad del extraordinario trabajo de Le Bris en la Bretaña francesa durante muchos años. El técnico se empapó del estilo de muchos entrenadores, sabe adaptarse a las circunstancias de los rivales y, sobre todo, ha potenciado individualmente a futbolistas que durante el curso pasado dieron la sensación que no daban para mucho más en el club.
La alternancia de sistemas es, sin duda, una de las características que más definen a Régis Le Bris. Esa riqueza táctica le ha dado al Lorient un salto cualitativo inmerso en términos de juego. Es capaz de salir con tres centrales, jugar con tres mediocentros o dos medios y un mediapunta en función de la presión del rival y, además, también sabe replegar en 4-4-2 para potenciar la potencia de Terem Moffi, pichichi de la Ligue 1 junto a Neymar y Mbappé, al contragolpe.
Si hay un jugador al que debemos mencionar como pieza clave del Lorient, con permiso de Ouattara, un extremo veloz que es imparable cuando arranca en conducción, es Enzo Le Fée. A sus 22 años, el internacional francés sub 21 es el motor de Le Bris. Puede jugar tanto de pivote, mediapunta o interior con llegada en segunda línea y a su calidad técnica hay que añadirle una capacidad abrumadora para esconder la pelota. En Francia ya le han catalogado como el ‘Pedri francés’, salvando las distancias por supuesto, en una evidencia del potencial que atesora.
Enzo Le Fée reconocía hace un año en una entrevista a L’Équipe que su ídolo era Iniesta y que, además, había sufrido mucho en su infancia. De pequeño, el mediocentro se saltaba entrenamientos para ir a visitar a su padre en la cárcel, algo que, lejos de afectarle, le reforzó como jugador y le definió en el terreno de juego. Sin tener un cuerpo idóneo para brillar como centrocampista en la Ligue 1, el carácter de Le Fée le ha permitido erigirse como uno de los mejores jugadores del campeonato en este inicio de temporada.
El gran momento del Lorient es, por supuesto, un milagro, pero no casualidad. Desde 2015, precisamente con los primeros años de Le Bris en el centro de formación, el club ha experimentado un crecimiento sin precedentes y ha conseguido mirarle de tú a tú a los mejores equipos de Francia. El sueño en el que se han sumergido los 23 componentes de la plantilla no ha hecho más que comenzar y en la Bretaña francesa se imaginan un futuro no muy lejano en el que los muchachos de Le Bris luchen por acabar en competiciones europeas.