El descubridor de Alisson y Salah se harta de su sofá
Walter Sabatini, famoso director deportivo italiano, vive la Serie A desde el sofá. Descubridor de grandes talentos (Salah, Alisson...) dice que no sirve para ser espectador.
Después de una discreta carrera en el fútbol con una victoria final en la Serie B con el Perugia en la 74-75 como mayor logro, Walter Sabatini colgó las botas, se preparó y terminó triunfando en el fútbol justo cuando ya no podía jugarlo al más alto nivel.
Retirado en el infrafútbol italiano (más allá de la Serie C) en 1984, Walter Sabatini se tomó dos años de calma antes de volver al verde para trabajar en distintas escuelas de fútbol de notables equipos italianos. Allí, se dio cuenta de su valía para descubrir el talento. Marco Di Vaio y Alessandro Nesta se apuntan como sus tantos en su época en la academia de la Lazio. En breve, paso a la dirección deportiva y en Perugia, en su segunda experiencia tras Arezzo, descubrió a un joven Gennaro Gatusso, a la postre leyenda del calcio y ahora entrenador del Valencia.
Tras una inhabilitación por saltarse las normas de inscripción de extracomunitarios, llegaron sus tres mejores proyectos: Lazio, Palermo y Roma. Los nombres son la mejor manera de explicar su paso. A la Lazio llevó a Kolarov o Lichtsteiner. En el Palermo rodeó a Cavani con Pastore, Abel Hernández, Sirigu, Glik o Kjaer. Tras la marcha del de Salto a Nápoles, atrajo a un nuevo talento, Ilicic.
Después de Palermo, llegó Roma. De vuelta en la otra orilla del Olímpico, fue sumando acierto tras acierto con jugadores como Benatia, Lamela, Pjanic, Paredes, Nainggolan, Dzeko, Marquinhos, Alisson Becker y Mohamed Salah. Buena parte de ellos dejaron Roma llenando las arcas para triunfar en Turín, París o Liverpool.
Tras un breve paso por el Inter y el fútbol norteamericano, la Salernitana confió en él para comandar su proyecto en la llegada a la Serie A. Se salvó y hasta rodaron un documental, pero ciertas desavenencias acabaron con Sabatini despedido. Walter es ahora un aficionado más y este, no aguanta ese rol como confiesa en una extensa entrevista en Il Corriere dello Sport.
Preguntado por sus domingos de fútbol en el sofá, este estalla. “Piensa en mí. Si supieras como me cabrea. Estoy muy enfadado. No me gusta estar fuera. No encajo en el papel de espectador. No soy capaz”, afirma.
Desde su posición de espectador, halaga a su ‘hermano pequeño’ Spaletti como arquitecto de este Nápoles. El equipo sureño, afirma, le da envidia. Más concretamente un nombre, el de Khvicha Kvaratshelia. El georgiano, afirma, es uno de esos talentos que le hubiera gustado apuntarse. “Nunca había conocido la envidia, hasta ahora que he descubierto a este chico. Giuntoli ha sido un fenómeno, que hay que aplaudir, porque es una obra de arte. La gestión del mercado es una lección para todos. También hay que elogiar a De Laurentiis”, añade.
Este habla sin pelos en la lengua también del próximo rival del equipo del sur, la Roma. Ahí vuelve a centrarse en un nombre, el próximo rival de su hermano para este fin de semana, Jose Mourinho. “Hace que su club dependa de sí mismo. Porque no sé qué sería la Roma sin Mou. Tiene un fútbol diferente, llamémosle frío, cínico, todos esos adjetivos que también me dan un poco de asco porque no saben a nada, pero es cuarto y por tanto pelea por el Scudetto: el que llegue jugará hasta el final. Y les faltan Dybala y Wijnaldum, que se recuperarán. Tiene a Smalling, que es imprescindible, estrangula las líneas, ataca al probable rematador, destroza a los rivales y luego, a veces, también marca goles. En eso también está el signo de Mou”, sentencia sobre el portugués.
En una vida marcada por su cercanía al césped, Sabatini tendrá que vivir este duelo (domingo, 20:45) dentro de la cárcel que para él es su sofa. Una leyenda que desea volver a los despachos y al estadio.