La penitencia de Neymar: “No podía soportarlo más...”
El crack brasileño, en declaraciones para ‘GE’, habló sin tapujos sobre cómo las lesiones afectaron su plano mental. “Mi estado emocional realmente llegó cero”.
El año de Neymar ha sido una montaña rusa de emociones. Tras pelear casi todo el curso por la permanencia, el Santos no solo logró su objetivo, sino también volver a la Copa Sudamericana. Un final de temporada de ensueño donde el diez volvió a brillar y, por momentos, recordar a ese Ney que enamoró en Europa. Lesiones, su talón de Aquiles, crisis de rendimiento y resultados, críticas desmesuradas... No tuvo la continuidad que esperaba y eso, como el propio Ney analizó, terminó pasando factura.
“Después del partido contra el Flamengo, recibí demasiadas críticas. Cuando se trata de mí, la gente siempre se pasa un poco con los límites. Esta vez fue la primera vez que tuve que pedir ayuda. Mi estado emocional llegó a cero, y ya no tenía la fuerza para volver por mi cuenta. Pedí ayuda”, revelaba Neymar en declaraciones para GE.
“Mi entrenador, mis compañeros de equipo, mi familia, todos fueron extremadamente importantes en ese momento porque me ayudaron a volver a mi nivel. Les doy las gracias a todos, porque si no fuera por ellos, no creo que hubiera tenido la fuerza para volver”. El diez encontró en el psicólogo esa gran ayuda que finalmente entendió que necesitaba para volver a ser el mejor. “Ya había hecho terapia hace mucho tiempo, pero no fue porque me estaba yendo mal, era sólo porque quería autoayuda, para ayudarme a mí mismo aún más. Pero esta vez fue la primera vez que mi estado emocional realmente llegó a cero“.
En su carrera las críticas han sido una constante. Ya sea por rendimiento, por alguna salida extradeportiva o directamente por ser la figura que es. Sin embargo, esta vez fue diferente. Neymar tocó fondo. “Confieso que soy muy fuerte emocionalmente, sabes. Puedo soportar muchas críticas y ataques, pero esta vez ya no podía soportarlo más”, cerró.
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Con la temporada ya finiquitada, a Neymar ya no se le puede reprochar nada. Al contrario. Jugó los últimos partidos, aquellos a vida o muerte, sin rodilla, cojo y visiblemente tocado. Se sacrificó y brilló. Al punto de que hoy su renovación en el Vila Belmiro y su vuelta con Brasil, aun estando en esas circunstancias, sean una cuestión de estado. Pasará por quirófano para ser otra vez Ney. Porque el ‘Rei’ quiere su corona.
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