ARGENTINA
El calvario de Marcos Rojo
El defensor argentino no ha dejado de tener problemas físicos desde su llegada a Boca Juniors, algo que le ha costado perderse una gran cantidad de partidos.
No todo han sido buenas noticias para Marcos Rojo desde que volviera a Argentina. A pesar de que el defensa puso rumbo a su país para defender los colores de Boca Juniors, desde 2021 ha tenido un sinfín de lesiones que le han impedido tener continuidad sobre el terreno de juego. Algo que ha pasado factura a su rendimiento, y que el Xeneize también ha aquejado sobremanera.
El ex del Manchester United llegó a la Liga Profesional con un gran cartel a su espalda. Por polivalencia y experiencia, se convirtió desde un primer momento en una de las cabezas más visibles dentro de los de azul y dorado. Lo cierto es que los distintos entrenadores que ha tenido en Buenos Aires (Miguel Ángel Russo, Sebastián Battaglia, Hugo Ibarra y Jorge Almirón) han depositado su confianza en él, y en cierta medida todo eso lo ha devuelto.
Ahora, en lo que es un nuevo comienzo con Diego Martínez de entrenador en la primera experiencia de Juan Román Riquelme como presidente, las cosas no parecen haber cambiado... Aunque de momento no ha podido mostrar nada sobre el terreno de juego.
Con un final de 2023 y un inicio de 2024 que está siendo para olvidar, las lesiones no dejan tranquilo a Rojo. Sin poder desplegar su juego en este ‘nuevo Boca’, a sus 33 años el estado físico es una de las cosas que más pueden preocupar con el ex internacional argentino.
Desde su llegada a Argentina con el Xeneize ha sufrido diversas lesiones que le han tenido apartado del verde en un total de 87 partidos, algo que incluso supera la cantidad de encuentros disputados por el veterano defensor - 75 en total -.
Contando 524 días lesionado, su inactividad también se está trasladando en no estar en los días importantes, algo que seguramente le ‘de bronca’ a él principalmente. A la espera de su vuelta, la incógnita sobre su rendimiento será una de las principales dudas a resolver dentro de Boca. Tendrá hasta el 31 de diciembre de 2025 para disiparlas.